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Lazos Rotos

Imagen Chávez: Visibilidad de signos transparentes.

Hugo Chávez

Bitácoras / Otro mundo es posible.- Chávez es un signo transparente. Es imposible no ver a través de él el movimiento revolucionario de un pueblo que desde abajo camina a la toma definitiva del poder. Chávez no es un traductor ni un intermediario mediático, es una voz más del espíritu de un pueblo en ascenso que, por cierto, va ganando muchas voces en todas partes. Chávez no es un estorbo a la mirada que desea escudriñar la realidad de Venezuela, es más bien una especie de “lupa” o un estetoscopio, para auscultar las profundidades de una revolución con rumbo al socialismo. Signo transparente con significados bien claritos. “Ya lo he dicho. Estoy convencido que el camino para construir un mundo nuevo y mejor no está en el capitalismo. El capitalismo nos lleva directo al infierno”. H.Ch.

Chávez cumple tareas de microscopio. Su visibilidad, que no es poca, sirve para hacerse transparente, él lo sabe bien seguramente. Consigue que su presencia lo ausente para dejar el espacio libre y sean vistas, a través suyo, las luchas, los avances, las contradicciones y atrasos que conviven en la dialéctica de una revolución cuya salud, por cierto, también es responsabilidad mundial. Es una especie de telescopio. Uno podría sospechar que cuando el presidente Hugo Chávez aparece en la televisión, en los discursos, en los periódicos, en las radios… tanto tiempo, tantas veces, genera saturación y acaso rechazo. Como les pasa a muchos funcionarios del mundo entero. Pero Chávez consigue, su presencia concreta e inconfundible, dejar ver el mandato que lo insufla, para organizar, para dejar ver ese contenido, esa carga de significados, en su interior, hecho con la lucha de muchos… dejar ver esas entrañas simbólicas plenas de acción y fe colectiva. ¿Será por eso que se le ve más robusto?

Alguien cuya fisonomía no necesariamente obedece a los cánones estéticos occidentales de la farándula común, que no basa su “presencia” en prodigar halagos o en decir sólo cosas dulces, simpáticas o políticamente correctas… alguien que no se esmera en hacerse el simpático, que empuja, presiona, demanda y exige a los funcionarios, los líderes y los movimientos sociales, a toda hora en todo foro… cómo logra convocar y mantener la atención de tantas personas, en tantos lugares y tantas horas. Cómo logra mantener en sincronía ese fenómeno de comunicación que es escuchar lo que uno estaría dispuesto a decir, poner en una voz tantas voces, escuchar, pues, lo que uno piensa, escuchar lo que se desea y hace en la práctica revolucionaria… escuchar uno escuchándose uno en la voz de un referente que no es complaciente y que punza, acicatea y cuestiona. Escuchar incluso los debates que menos se escuchan. ¿Es un genio de los mass media, Gebels caribeño que se instala como ídolo telenovelero, rockero…? ¿Es obra maestra de alguna industria de masas, acaso un hito de las agencias de mercadotecnia y alienación publicitaria? Si fuese así sería fácil callarlo, desfondar su carga simbólica, cercenar esa fuerza semiótica que le viene de la revolución… de los de abajo. Que nos es individual… que no es suya [...]

Fernando Buen Abad Domínguez. Instituto de Investigaciones sobre la Imagen

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