El número de temblores en Tenerife se ha multiplicado por ocho desde 2003.
Los expertos dicen que es la única crisis sísmica de la Isla en 60 años. Tenerife atraviesa actualmente la única crisis sísmica registrada en sus últimos 60 años, según han reconocido los expertos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER). "La frecuencia con la que se están produciendo estos movimientos de baja magnitud y el hecho de que se localicen en el interior de Tenerife constituyen una novedad desde que trabajamos en la Isla, sin lugar a dudas", precisó un técnico de la delegación del IGN en Santa Cruz de Tenerife.
Los datos de este Instituto en Canarias, centrados en los últimos 11 años, así lo confirman: el número de temblores localizados se ha multiplicado por más de ocho desde 2003 en Tenerife con respecto a 1993-2000.
Esta situación, generada por una perturbación volcánica en el subsuelo de Tenerife que en un 10% de los casos similares estudiados en todo el mundo acabó en erupción, llevó a las administraciones regionales a crear el comité de seguimiento volcánico, que ha colocado el semáforo de vigilancia en amarillo, un grado por encima de la normalidad. El 22 de abril pasado fue la fecha de inicio de la crisis, aunque ésta empezó a gestarse antes, en 2001, según los vulcanólogos y tal y como confirmó en un reportaje la prestigiosa revista National Geographic en su número de mayo.
Sólo hay que ver los datos oficiales del IGN de seísmos localizados para comprobarlo. Desde 1993 hasta 2000 la media de temblores en Canarias fue de 17,6 al año, una media que se había mantenido en los años anteriores salvo la excepción de 1971 de La Palma, con la erupción del Teneguía. Prácticamente la totalidad de todos ellos se situaron en el mar, principalmente entre Tenerife y Gran Canaria, y apenas hubo movimientos en el interior de las Islas salvo el caso de la Isla Bonita.
Pero, la situación varió en 2001. Ese año se registraron 64 seísmos, mientras en 2001 fueron 92; en 2002, 150; y en lo que va de 2004, 149, la mayoría en el interior de Tenerife. Este año puede marcarse un récord si, como se prevé, continúan los movimientos en la Isla. Según un experto del IGN, "esta situación es anormal a todas luces en los baremos de tiempo adaptados a nuestras medidas. Si habláramos en períodos geológicos, claro que sería normal en un Archipiélago que nació de la lava, pero como podría serlo cualquier otro fenómeno como una erupción muy potente. Y nadie en Tenerife ha visto una erupción salvo que viviera en 1909, cuando se produjo la última, en el volcán Chinyero".
Los expertos coinciden en que Tenerife podría encontrarse en la fase B dentro de la reactivación volcánica. Hay una inyección de magma en el subsuelo de Tenerife, exactamente en la dorsal noroeste, que ha producido deformaciones de terreno, un aumento en la emisión de gases y otros fenómenos. Los temblores son precisamente producidos por la circulación de fluidos a través de las fracturas. Estos fluidos pueden volver a bajar y dejar el subsuelo de la Isla o pueden terminar saliendo al exterior en una erupción. En ese caso, el volcán avisaría con seísmos de mayor magnitud, grietas y deformaciones mayores.
Fuente: La Opinión de Tenerife
Los datos de este Instituto en Canarias, centrados en los últimos 11 años, así lo confirman: el número de temblores localizados se ha multiplicado por más de ocho desde 2003 en Tenerife con respecto a 1993-2000.
Esta situación, generada por una perturbación volcánica en el subsuelo de Tenerife que en un 10% de los casos similares estudiados en todo el mundo acabó en erupción, llevó a las administraciones regionales a crear el comité de seguimiento volcánico, que ha colocado el semáforo de vigilancia en amarillo, un grado por encima de la normalidad. El 22 de abril pasado fue la fecha de inicio de la crisis, aunque ésta empezó a gestarse antes, en 2001, según los vulcanólogos y tal y como confirmó en un reportaje la prestigiosa revista National Geographic en su número de mayo.
Sólo hay que ver los datos oficiales del IGN de seísmos localizados para comprobarlo. Desde 1993 hasta 2000 la media de temblores en Canarias fue de 17,6 al año, una media que se había mantenido en los años anteriores salvo la excepción de 1971 de La Palma, con la erupción del Teneguía. Prácticamente la totalidad de todos ellos se situaron en el mar, principalmente entre Tenerife y Gran Canaria, y apenas hubo movimientos en el interior de las Islas salvo el caso de la Isla Bonita.
Pero, la situación varió en 2001. Ese año se registraron 64 seísmos, mientras en 2001 fueron 92; en 2002, 150; y en lo que va de 2004, 149, la mayoría en el interior de Tenerife. Este año puede marcarse un récord si, como se prevé, continúan los movimientos en la Isla. Según un experto del IGN, "esta situación es anormal a todas luces en los baremos de tiempo adaptados a nuestras medidas. Si habláramos en períodos geológicos, claro que sería normal en un Archipiélago que nació de la lava, pero como podría serlo cualquier otro fenómeno como una erupción muy potente. Y nadie en Tenerife ha visto una erupción salvo que viviera en 1909, cuando se produjo la última, en el volcán Chinyero".
Los expertos coinciden en que Tenerife podría encontrarse en la fase B dentro de la reactivación volcánica. Hay una inyección de magma en el subsuelo de Tenerife, exactamente en la dorsal noroeste, que ha producido deformaciones de terreno, un aumento en la emisión de gases y otros fenómenos. Los temblores son precisamente producidos por la circulación de fluidos a través de las fracturas. Estos fluidos pueden volver a bajar y dejar el subsuelo de la Isla o pueden terminar saliendo al exterior en una erupción. En ese caso, el volcán avisaría con seísmos de mayor magnitud, grietas y deformaciones mayores.
Fuente: La Opinión de Tenerife
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