Farenheit 9/11. Michael Moore
Próximamente, en octubre, se proyectará en el Teatro Cine Fajardo de Icod de los Vinos la película de Michael Moore Farenheit 9/11. La película es una crítica despiadada al presidente George W. Bush por el manejo de la situación de Irak y la guerra contra el terrorismo.
El film de Moore, quien ya ganó un premio Oscar, es una contundente obra de propaganda de un realizador cuyo celo por ridiculizar a Bush se desprende de cada fotograma.
Farenheit 9/11 ya ha provocado una tormenta en los medios de prensa internacionales después de que la empresa Walt Disney Co prohibiera a su división de cine Miramax el lanzamiento de un trabajo que según consideró, podría polarizar a la política en un año de elecciones en Estados Unidos.
La película se concentra en cómo los estadounidenses y la Casa Blanca respondieron a los ataques con aviones secuestrados del 11 de septimbre de 2001 y en los rastros de los vínculos entre la familia de Bush y sauditas prominentes, incluída la familia de Osama bin Laden.
La pantalla se funde a negro. Se oye el sonido de los aviones que chocan contra las Torres Gemelas y luego se muestra el dolor de las víctimas en contraste con la imagen de Bush sentado, aparentemente sin inmutarse, durante nueve minutos en una aula de colegio de Florida después de enterarse de lo ocurrido. Moore utiliza una canción de música pop para lograr un efecto de burla. Mientras se muestran las imágenes de la familia Bin Laden en el momento que es expulsada de Estados Unidos después del 11 de septiembre, se oye la canción "I gotta get out of this place" ("Tengo que salir de este lugar").
El documental muestra a la estrella de la música pop Britney Spears, mascando chicle y respaldando a Bush. Afuera de la Casa Blanca, una mujer se quiebra por el dolor y llora incontrolablemente por la muerte de su hijo en Irak. A la luz de las actuales controversias por las imágenes del abuso de los prisioneros iraquíes, el documental muestra soldados estadounidenses que se burlan de los muertos y que posan con encapuchados iraquíes detenidos. El sarcasmo abunda. Más aún cuando muestra un fragmento de Bush gritándole a Moore: "Compórtose. Vaya y encuentre un verdadero trabajo." En Washington, Moore encara una extraña campaña de reclutamiento.
En ella, detiene a los miembros del Congreso en la calle y pregunta "No hay muchos miembros del Congreso que tengan a sus hijos allá (en Irak) (...) en realidad sólo uno. ¿No deberían tal vez enviar ustedes a sus hijos primero?."
"¿Qué opinan de esa idea?," pregunta Moore antes de ser ignorado.
Desde una familia acongojada, Moore cambia la imagen a un empresario que busca contratos en Irak. Un ejecutivo que trabaja para una compañía de vehículos blindados le dice a Moore: "Desafortunadamente, al menos en un período próximo, creemos que será una buena situación (...) para los negocios, malo para la gente."
Pero el filme es más efectivo cuando se concentra en las emociones crudas. La cámara encuadra a una madre acongojada, con su voz que se quiebra mientras lee la última carta que recibió de su hijo antes de que lo mataran en Irak. Al describir cómo se derrumbó al oir la noticia por teléfono, la madre dice: "Te duele todo el cuerpo. Se supone que uno no tiene que enterrar a su propio hijo."
El film de Moore, quien ya ganó un premio Oscar, es una contundente obra de propaganda de un realizador cuyo celo por ridiculizar a Bush se desprende de cada fotograma.
Farenheit 9/11 ya ha provocado una tormenta en los medios de prensa internacionales después de que la empresa Walt Disney Co prohibiera a su división de cine Miramax el lanzamiento de un trabajo que según consideró, podría polarizar a la política en un año de elecciones en Estados Unidos.
La película se concentra en cómo los estadounidenses y la Casa Blanca respondieron a los ataques con aviones secuestrados del 11 de septimbre de 2001 y en los rastros de los vínculos entre la familia de Bush y sauditas prominentes, incluída la familia de Osama bin Laden.
La pantalla se funde a negro. Se oye el sonido de los aviones que chocan contra las Torres Gemelas y luego se muestra el dolor de las víctimas en contraste con la imagen de Bush sentado, aparentemente sin inmutarse, durante nueve minutos en una aula de colegio de Florida después de enterarse de lo ocurrido. Moore utiliza una canción de música pop para lograr un efecto de burla. Mientras se muestran las imágenes de la familia Bin Laden en el momento que es expulsada de Estados Unidos después del 11 de septiembre, se oye la canción "I gotta get out of this place" ("Tengo que salir de este lugar").
El documental muestra a la estrella de la música pop Britney Spears, mascando chicle y respaldando a Bush. Afuera de la Casa Blanca, una mujer se quiebra por el dolor y llora incontrolablemente por la muerte de su hijo en Irak. A la luz de las actuales controversias por las imágenes del abuso de los prisioneros iraquíes, el documental muestra soldados estadounidenses que se burlan de los muertos y que posan con encapuchados iraquíes detenidos. El sarcasmo abunda. Más aún cuando muestra un fragmento de Bush gritándole a Moore: "Compórtose. Vaya y encuentre un verdadero trabajo." En Washington, Moore encara una extraña campaña de reclutamiento.
En ella, detiene a los miembros del Congreso en la calle y pregunta "No hay muchos miembros del Congreso que tengan a sus hijos allá (en Irak) (...) en realidad sólo uno. ¿No deberían tal vez enviar ustedes a sus hijos primero?."
"¿Qué opinan de esa idea?," pregunta Moore antes de ser ignorado.
Desde una familia acongojada, Moore cambia la imagen a un empresario que busca contratos en Irak. Un ejecutivo que trabaja para una compañía de vehículos blindados le dice a Moore: "Desafortunadamente, al menos en un período próximo, creemos que será una buena situación (...) para los negocios, malo para la gente."
Pero el filme es más efectivo cuando se concentra en las emociones crudas. La cámara encuadra a una madre acongojada, con su voz que se quiebra mientras lee la última carta que recibió de su hijo antes de que lo mataran en Irak. Al describir cómo se derrumbó al oir la noticia por teléfono, la madre dice: "Te duele todo el cuerpo. Se supone que uno no tiene que enterrar a su propio hijo."
0 comentarios