El clero se subleva.
La jerarquía católica, temerosa de perder sus enormes privilegios económicos, se plantea movilizaciones en la calle contra las reformas de Rodríguez Zapatero que agilizan el divorcio rápido, dan vía libre a las bodas entre homosexuales y convierten la religión en una asignatura maría.
La Iglesia católica española eleva el tono de sus ataques a medida que el Ejecutivo de Zapatero avanza en su plan de reformas sociales. El anunciado fin de los privilegios de que goza la institución no será inmediato, pero ya se vislumbra una verdadera rebelión de los obispos, en abierto desacuerdo con la reforma del divorcio, la investigación con células madre, las bodas entre homosexuales y su derecho a adopción o los cambios educativos que relegan la enseñanza de la religión a un segundo plano puesto que no puntuará para medir el rendimiento académico.
El choque de trenes puede ser de tal magnitud que llegue a ahondar la división en el PSOE y en la misma cúpula eclesiástica si los sacerdotes deciden por último movilizaciones en las calles.
Prestigiosos teólogos como Enrique Miret Magdalena abogan por una autofinanciación que se demora desde hace tantos años. El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, es partidario de cerrar el grifo a los que amenazan con reinventar cruzadas dulces. Dionisio Llamazares, que fue director general de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia desde 1991 hasta 1993, está convencido de que el Gobierno tiene claro que el horizonte es conseguir la laicidad, poco a poco.
Fuente: Cambio 16
La Iglesia católica española eleva el tono de sus ataques a medida que el Ejecutivo de Zapatero avanza en su plan de reformas sociales. El anunciado fin de los privilegios de que goza la institución no será inmediato, pero ya se vislumbra una verdadera rebelión de los obispos, en abierto desacuerdo con la reforma del divorcio, la investigación con células madre, las bodas entre homosexuales y su derecho a adopción o los cambios educativos que relegan la enseñanza de la religión a un segundo plano puesto que no puntuará para medir el rendimiento académico.
El choque de trenes puede ser de tal magnitud que llegue a ahondar la división en el PSOE y en la misma cúpula eclesiástica si los sacerdotes deciden por último movilizaciones en las calles.
Prestigiosos teólogos como Enrique Miret Magdalena abogan por una autofinanciación que se demora desde hace tantos años. El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, es partidario de cerrar el grifo a los que amenazan con reinventar cruzadas dulces. Dionisio Llamazares, que fue director general de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia desde 1991 hasta 1993, está convencido de que el Gobierno tiene claro que el horizonte es conseguir la laicidad, poco a poco.
Fuente: Cambio 16
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