La sociedad canaria busca incansablemente la forma de organizarse.
La falta de valores, el proceso de descomposición política sistemática y masiva que secundan los partidos políticos, entre ellos los que tienen presencia en los municipios canarios que abrazan la ideología neoliberal que impera actualmente por doquier (incluso en el seno de algunos partidos que se auto-proclaman de izquierdas), está socavando los intereses de nuestra sociedad, de la mayoría de la población.
Pero nunca como hasta ahora los partidos, sindicatos, organizaciones gremiales, se han consolidado tan peligrosamente en el turbio entramado del poder, siempre al margen de la sociedad que dicen representar. La sociedad necesita partidos que defiendan y se impliquen responsablemente en la creación y desarrollo de una sociedad donde impere la igualdad, la justicia social y la defensa de los más desfavorecidos.
Con la aparición de problemas sociales nuevos, ante la indiferencia de nuestros políticos, la sociedad ha comenzado a organizarse dejando al margen, olvidándose de los partidos políticos, en busca de nuevas e imaginativas formas de organización que llenen ese vacío. Y no podía ser de otra manera.
En Canarias tenemos múltiples ejemplos de auto-organización ciudadana que sería largo enumerar aquí, sin embargo citaremos algunos ejemplos: movilizaciones en contra del tendido eléctrico de Vilaflor, manifestación multitudinaria en contra del macropuerto de Granadilla, proyecto del Istmo, las prospecciones petrolíferas en las costas de Fuerteventura y Lanzarote...
Las anquilosadas estructuras de los partidos de izquierda (la mayoría) están cada vez más alejadas de los contenidos ideológicos que les dieron origen para transformarse en meros aparatos electorales de alquiler y un medio para el enriquecimiento rápido, amén de poder saborear las mieles del poder indiscriminado y sectario. Que decir de los partidos cuya ideología se fundamenta en la defensa de intereses particulares, minoritarios, que para entendernos podemos encuadrar en la derecha, ya sea ésta más o menos "rancia" o civilizada.
En Canarias nuestra sociedad, aún cuando no haya sido, ni es muy consciente de esta realidad, ha empezado a desarrollar lentamente como por instinto, una fuerza de resistencia activa al mismo tiempo que la búsqueda de nuevas alternativas, que por supuesto pasa por la implicación consciente y consecuente en las movilizaciones populares.
La sociedad Canaria a lo largo de su historia ha buscado incansablemente la forma de organizarse y hoy esta búsqueda está dando sus frutos. Han surgido nuevos lideres, como: José Luis Fumero, Federico Aguilera Klink, por citar algunos ejemplos, que han sacrificado su prestigio personal por la defensa consecuente de sus ideas. Un ejemplo que debe extenderse a todos los sectores sociales. Aún resuenan, siempre lo harán, las voces de miles de gargantas que al unísono claman: ¡Todos somos Vilaflor, todos somos Granadilla!
Los partidos políticos se han convertido en hipermermercados del clientelismo, el corporativismo, el amiguismo... se han convertido en predadores sociales, y sus victimas los ciudadanos que han depositado su confianza en ellos.
¿Y los sindicatos? Que pactan, protestan o guardan silencio según los intereses corporativos y en muchos casos hasta con la aprobación de afiliados con puestos de responsabilidad como es el caso de algunos representantes sindicales.
Y como no podía ser de otra manera, no nos olvidamos de Icod de los Vinos, todo lo expuesto anteriormente en este artículo se puede aplicar perfectamente a los políticos locales. Que victimas de su propia incongruencia, están más preocupados en mantenerse en el poder que de los problemas que aquejan gravemente a la ciudadanía icodense.
Artículo de opinión de la redacción de Lazos Rotos.
Pero nunca como hasta ahora los partidos, sindicatos, organizaciones gremiales, se han consolidado tan peligrosamente en el turbio entramado del poder, siempre al margen de la sociedad que dicen representar. La sociedad necesita partidos que defiendan y se impliquen responsablemente en la creación y desarrollo de una sociedad donde impere la igualdad, la justicia social y la defensa de los más desfavorecidos.
Con la aparición de problemas sociales nuevos, ante la indiferencia de nuestros políticos, la sociedad ha comenzado a organizarse dejando al margen, olvidándose de los partidos políticos, en busca de nuevas e imaginativas formas de organización que llenen ese vacío. Y no podía ser de otra manera.
En Canarias tenemos múltiples ejemplos de auto-organización ciudadana que sería largo enumerar aquí, sin embargo citaremos algunos ejemplos: movilizaciones en contra del tendido eléctrico de Vilaflor, manifestación multitudinaria en contra del macropuerto de Granadilla, proyecto del Istmo, las prospecciones petrolíferas en las costas de Fuerteventura y Lanzarote...
Las anquilosadas estructuras de los partidos de izquierda (la mayoría) están cada vez más alejadas de los contenidos ideológicos que les dieron origen para transformarse en meros aparatos electorales de alquiler y un medio para el enriquecimiento rápido, amén de poder saborear las mieles del poder indiscriminado y sectario. Que decir de los partidos cuya ideología se fundamenta en la defensa de intereses particulares, minoritarios, que para entendernos podemos encuadrar en la derecha, ya sea ésta más o menos "rancia" o civilizada.
En Canarias nuestra sociedad, aún cuando no haya sido, ni es muy consciente de esta realidad, ha empezado a desarrollar lentamente como por instinto, una fuerza de resistencia activa al mismo tiempo que la búsqueda de nuevas alternativas, que por supuesto pasa por la implicación consciente y consecuente en las movilizaciones populares.
La sociedad Canaria a lo largo de su historia ha buscado incansablemente la forma de organizarse y hoy esta búsqueda está dando sus frutos. Han surgido nuevos lideres, como: José Luis Fumero, Federico Aguilera Klink, por citar algunos ejemplos, que han sacrificado su prestigio personal por la defensa consecuente de sus ideas. Un ejemplo que debe extenderse a todos los sectores sociales. Aún resuenan, siempre lo harán, las voces de miles de gargantas que al unísono claman: ¡Todos somos Vilaflor, todos somos Granadilla!
Los partidos políticos se han convertido en hipermermercados del clientelismo, el corporativismo, el amiguismo... se han convertido en predadores sociales, y sus victimas los ciudadanos que han depositado su confianza en ellos.
¿Y los sindicatos? Que pactan, protestan o guardan silencio según los intereses corporativos y en muchos casos hasta con la aprobación de afiliados con puestos de responsabilidad como es el caso de algunos representantes sindicales.
Y como no podía ser de otra manera, no nos olvidamos de Icod de los Vinos, todo lo expuesto anteriormente en este artículo se puede aplicar perfectamente a los políticos locales. Que victimas de su propia incongruencia, están más preocupados en mantenerse en el poder que de los problemas que aquejan gravemente a la ciudadanía icodense.
Artículo de opinión de la redacción de Lazos Rotos.
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