Por otra Europa: vota NO a esta Constitución UE.

Quizás uno de los aspectos más frustrantes del tratado constitucional neoliberal propuesto por los jefes de gobierno para Europa es que pone fin al mito del "modelo social europeo".

Los derechos sociales de la gente trabajadora. Tras la II Guerra Mundial la resistencia antifascista y popular en Europa obligó a las clases dominantes que construyeron las instituciones europeas a llegar a un pacto social con los dirigentes de los sindicatos social-demócratas y cristiano –demócratas. A cambio de participar en una cogestión limitada, el desarrollo de la sanidad pública, un sistema de pensiones y de ayuda a los parados, las direcciones sindicales aceptaron limitar sus reivindicaciones salariales y aceptar el nuevo marco político. Su esperanza era que la extensión de las instituciones europeas permitiera ir ampliando el acceso a los servicios públicos de los sectores más desfavorecidos y que un nuevo derecho laboral comunitario extendiera a todos los estados miembros europeos una fiscalidad progresiva y los elementos más avanzados del estado de bienestar.

Aun hoy, para CES (Confederación Europea de Sindicatos), la Unión Europea representaba la promesa de mantener y extender un “modelo social europeo” por el que la clase obrera europea alcanzará unos derechos sociales más amplios que sus hermanos de clase en EE UU y Japón. La Unión Europea era la esperanza de un reformismo social progresista mientras no pusiera en cuestión los derechos de explotación y dominación de las oligarquías europeas.

Pero las políticas neoliberales de los años 90 y las aplicadas en los últimos años en nombre de la “Estrategia de Lisboa” de reforma del sistema de pensiones y la extensión de los años necesarios para jubilarse, los recortes en el sistema sanitario, las modificaciones del mercado de trabajo para mermar las ayudas a los parados y otras similares que afectan a la vivienda pública y a los servicios públicos, han ido recortando y erosionando el estado de bienestar. Estas políticas tienen como objetivo aumentar los beneficios de los empresarios europeos y su competitividad en despiadado mundo del mercado capitalista globalizado.

Líneas rojas. Los sindicatos europeos a través de la CES desarrollaron una intensa política de cabildeo tanto en el proceso de redacción de la Carta de Derechos Fundamentales y del Tratado Constitucional. Intentaron incluir en la Carta las mejores prácticas de los estados miembros en materia de derechos sociales y sindicales. No tuvieron éxito porque las delegaciones de varios estados miembros, pero sobre todo la británica, impusieron una “serie de líneas rojas” que vaciaron de contenido los derechos sociales incluidos por la presión sindical.

¿Cuáles fueron esas líneas rojas? Dos fueron las más importantes:

:: El articulo I-3-3 que recoge la definición básica del “modelo social europeo” queda subordinado a que la economía sea “altamente competitiva”, como pidió y obtuvo la patronal europea.

:: El Titulo VII de la parte segunda reduce el ámbito de aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales al espacio comunitario. Es decir, excluye a los estados-miembros, que mantendrán la competencia plena sobre la legislación social y laboral y solo será de aplicación, en la práctica para los funcionarios comunitarios y los trabajadores contratados por la Comisión.

La consecuencia es que el Tratado Constitucional neoliberal creará un marco coordinado y unificado para aplicar las políticas neoliberales en la Unión Europea, pero amplificará las diferencias actuales entre los estados miembros en lo que se refiere al disfrute de los derechos sociales y laborales porque deja todo el área de las políticas sociales a la competencia plena de los estados-miembros. Si además se tiene en cuenta que tampoco establece un sistema fiscal homogéneo a nivel de la UE, es inevitable una carrera competitiva hacia abajo para erosionar los derechos sociales de los trabajadores y deslocalizar las empresas hacia los estados miembros con menos impuestos, menos estado de bienestar, menos derechos sociales y más subvenciones para los empresarios. Es la muerte anunciada del mito de un “modelo social europeo”.

¿Qué debería incluir? Una Constitución que recogiera las aspiraciones de los trabajadores debería incluir las siguientes exigencias:

- Debería recoger claramente el acceso universal de todos los ciudadanos a los servicios públicos que como la educación, la vivienda, la sanidad, las pensiones, agua potable, comunicaciones, transporte y la energía, son condiciones mismas del ejercicio de sus derechos como ciudadanos. La Unión Europea debería garantizar un nivel mínimo de estos servicios en toda la Unión.

- Debería establecer claramente el derecho a un trabajo remunerado de los ciudadanos europeos y de una renta universal de solidaridad, que garantice unos ingresos mínimos suficientes, para todos los ciudadanos, cualquiera que sea su condición. Esa renta universal deberá ser la base para el cálculo adicional de las pensiones, las subvenciones para los parados y otras ayudas sociales.

- Debería asegurar el derecho de los sindicatos a representar a los trabajadores en negociaciones colectivas y a establecer los convenios alcanzados como la norma para todos los trabajadores del sector. Los tribunales europeos deben tener competencias para fijar normas comunitarios de derecho laboral sobre la base de las “mejores prácticas” de los estados miembros.

- Debería garantizar que los emigrantes tienen los mismos derechos que los trabajadores comunitarios, tanto sociales como ciudadanos.

- Debería garantizar el derecho de las mujeres a controlar su propio cuerpo, incluido el aborto.

- Debería implantar la semana de 35 horas en toda la Unión Europea.

- Debería establecer la competencia del Parlamento Europeo para fijar impuestos europeos y asegurar un mismo nivel de fiscalidad en toda la UE. El Parlamento Europeo debería tener el poder de fijar objetivos sociales y económicos que fijen la orientación de las políticas económicas de la Unión de la misma manera que hoy lo hacen los ministros de economía con los parámetros macroeconómicos. Porque para los ciudadanos tan importante es el paro como la inflación.

- Debería permitir la participación de los ciudadanos a través de referéndum sobre los objetivos sociales y económicos de la Unión Europea.

Crear condiciones. Un conjunto de medidas similares a las mencionadas en estas páginas no establecería un sistema socialista. Pero si crearía las condiciones para un auténtico modelo social europeo en el que el concepto de ciudadanía se base en unos elementos materiales mínimos que la hagan posible, y por lo tanto el ejercicio mismo de la democracia. Pero ninguna de estas medidas aparece hoy en el Tratado Constitucional neoliberal. ¿Cómo van a votar a favor de su explotación y del recorte del estado de bienestar que han conquistado los trabajadores y trabajadoras europeas? Eso es lo que quieren los que proponen el SI. Nosotros, por el contrario les llamamos a hacer del NO el primer paso de su resistencia por una Europa que esté al servicio de los trabajadores y los pueblos.

Fuente: Izquierda Unida