El semáforo volcánico cambia a color verde, aunque aún permanece el riesgo.
Los servicios de emergencia siguen activos ante una posible erupción. El semáforo establecido para determinar el nivel de riesgo volcánico en la Isla ha pasado a verde, lo cual define la normalidad y abandona el amarillo, que indica la fase de alerta.
La decisión ha sido adoptada en el transcurso de una reunión sostenida ayer en el Cabildo Insular de Tenerife en la que participó el titular de la corporación, Ricardo Melchior, el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, y el delegado del Gobierno, José Segura, quienes integran el comité de dirección del Plan de Actuación Coordinada de Protección Civil ante una posible erupción volcánica. Este acuerdo se sustenta en una cierta estabilidad observada en los parámetros estudiados como referencia a lo largo de un plazo prudencial.
Los valores siguen altos. Sin embargo, estos valores resultan un tanto superiores a las cifras consideradas como normales, afirma el comunicado. Asimismo, también se ha tenido muy en cuenta la disposición de una denominada respuesta de protección civil, que se fundamenta en la existencia de planes de actuación en el caso de que se produjera un proceso eruptivo. Así, estos programas afectan a todos los servicios de emergencia existentes en la Isla y a las diferentes administraciones. Dichos servicios están diseñados para facilitar la evacuación de los posibles afectados y proporcionarles la debida atención, además realizar operaciones para limitar los efectos de una crisis volcánica en la Isla. La inquietud por el incremento de la actividad sísmica en Tenerife comenzó en mayo de 2004.
Ocho meses con el semáforo en amarillo en señal de alerta. La actividad sísmica y la emisión de gases en Tenerife han dejado de significar un peligro, y aunque los valores aún permanecen un poco elevados, el semáforo volcánico ha cambiado a verde después de ocho meses en estado de alerta y en color amarillo. La emisión de un parte semanal sobre la actividad volcánica en Tenerife comenzó en junio de 2004, a partir de la comprobación de una serie de datos que apuntaban al incremento de los valores medios en la emisión de gases y movimientos sísmicos. Desde entonces, el comité científico ha realizado una vigilancia constante. También se afrontó la protección civil.
Fuente: La Opinión de Tenerife
La decisión ha sido adoptada en el transcurso de una reunión sostenida ayer en el Cabildo Insular de Tenerife en la que participó el titular de la corporación, Ricardo Melchior, el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, y el delegado del Gobierno, José Segura, quienes integran el comité de dirección del Plan de Actuación Coordinada de Protección Civil ante una posible erupción volcánica. Este acuerdo se sustenta en una cierta estabilidad observada en los parámetros estudiados como referencia a lo largo de un plazo prudencial.
Los valores siguen altos. Sin embargo, estos valores resultan un tanto superiores a las cifras consideradas como normales, afirma el comunicado. Asimismo, también se ha tenido muy en cuenta la disposición de una denominada respuesta de protección civil, que se fundamenta en la existencia de planes de actuación en el caso de que se produjera un proceso eruptivo. Así, estos programas afectan a todos los servicios de emergencia existentes en la Isla y a las diferentes administraciones. Dichos servicios están diseñados para facilitar la evacuación de los posibles afectados y proporcionarles la debida atención, además realizar operaciones para limitar los efectos de una crisis volcánica en la Isla. La inquietud por el incremento de la actividad sísmica en Tenerife comenzó en mayo de 2004.
Ocho meses con el semáforo en amarillo en señal de alerta. La actividad sísmica y la emisión de gases en Tenerife han dejado de significar un peligro, y aunque los valores aún permanecen un poco elevados, el semáforo volcánico ha cambiado a verde después de ocho meses en estado de alerta y en color amarillo. La emisión de un parte semanal sobre la actividad volcánica en Tenerife comenzó en junio de 2004, a partir de la comprobación de una serie de datos que apuntaban al incremento de los valores medios en la emisión de gases y movimientos sísmicos. Desde entonces, el comité científico ha realizado una vigilancia constante. También se afrontó la protección civil.
Fuente: La Opinión de Tenerife
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