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Lazos Rotos

Un dios muy crudo.

Desde hace un año y varios meses, el mundo ha empezado a desvelar su auténtico rostro político, ése donde las grandes empresas económicas dictan las leyes para enriquecer una vez más al rico y hacer más pobre al pobre. Gracias al capitalismo descontrolado del todo vale, el mundo se enfrenta a una guerra, a la que hemos sido invitados sin nuestro consentimiento. En la historia hay partes que nos hacen ver la ignorancia de nuestros ancestros, como por ejemplo, muchos inocentes murieron en nombre de la Iglesia por el simple hecho de contradecirles y mostrar sus errores, muchos murieron no por no creer en Dios sino por no seguir la ley de la Iglesia, y hoy, parece ser que hay un nuevo dios al que adorar en nuestro mundo, un dios que rige nuestras vidas, ése al que muchos y poderosos políticos siguen con fanatismo y son capaces de matar en su nombre, pero a diferencia de otros dioses, éste no necesita ningún libro sagrado, no tiene por qué enseñar valores morales, ni mostrar ninguna verdad universal sobre nada, ni siquiera tiene por qué justificar sus actos.

A diferencia de todos, éste puede comprar al mundo, pues el dinero es su razón de ser y su único propósito el poder, se manifiesta de forma líquida y negra, como las mareas que deja tras de sí o sencillamente en forma de gas, arrasando bosques, selvas y poblados, llevando a muchos seres vivos a su posible extinción, como ha pasado en Latinoamérica, donde el nuevo señor del mundo está dejando huella indiscriminadamente. Para aquellos que aún anden despistados y necesiten que les den todo con cucharilla, tenemos nombres propios, hablamos de Shell, Repsol IPF, entre otros, compañías petroleras dedicadas a la extracción del llamado oro negro, que sólo aporta económicamente beneficios para sus propias empresas.

Parece ser, desde hace un tiempo, que en Canarias existe una bolsa marina que contendría petróleo o gas natural, bien, esto significa que dentro de poco podríamos formar parte de una nueva religión de la que no sacaríamos ningún beneficio, pero eso sí, en caso de problemas tendríamos la suerte de disfrutar íntegramente de todas las desventajas que ofrece una marea negra, la destrucción inevitable de nuestro ecosistema, entre otros perjuicios; y si no, aunque no exista ninguna fuga, sólo por la construcción de plataformas y por la extracción del petróleo o gas ya estamos favoreciendo la destrucción de muchos animales marinos, de aves y organismos vegetales de los alrededores, que dependen unos de otros y cómo no, de la contaminación de las aguas Canarias que ya no podrán ser potabilizadas como son hoy en día para su uso.

Todo esto sin olvidar al turismo, que demostrado queda que en zonas antes turísticas donde se han enfrentado a situaciones similares ha habido un descenso crítico. Por todo esto y mucho más, deberíamos sentirnos afortunados, o eso nos dicen las empresas dedicadas a este sector. ¿Será porque cuando hay problemas ellos simplemente desaparecen? Eso sí, con el dinero claro. Lo más curioso del tema, es que cuando nos muestran la necesidad del consumo de esta fuente energética, quizás no sabrán que existen otras fuentes de energía renovables, y que precisamente Canarias podría aprovecharse de estas nuevas alternativas: el viento, el agua o la luz solar, fuentes energéticas que en otros lugares no se pueden aprovechar tan eficientemente como en nuestras islas, ¿o es que saben demasiado sobre el tema y por eso patentan cada nuevo descubrimiento que acaba con la necesidad del consumo de petróleo? Coches que funcionan tan solo con semillas de olivo o con oxígeno, que nunca llegan a manos del consumidor.

En cuanto a lo económico, por ley, una empresa que extrajera el petróleo tiene la obligación de pagar la cuantiosa cantidad del 5% de sus ganancias al Estado, lo que quiere decir que podríamos comprar cinco balones de fútbol para algún equipo que lo necesite, siempre y cuando no sea de marca.

Si el turismo es nuestra fuente energética de ingreso, por qué tendríamos que cambiarla por algo que perjudicaría seriamente nuestra salud y la de nuestro entorno. La historia está llena de errores, no dejemos que nuestros hijos se avergüencen de su historia y que puedan vivir en un futuro mejor del que nosotros vivimos en el presente.

Fuente: Ruth Rodríguez :: Canarias Ahora

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