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Lazos Rotos

La casa de los lagartos gigantes.

Gallotia simonyi manchado (Lagarto gigante)

El Centro de Reproducción de Frontera, en El Hierro, tiene como objetivo que esta especie no desaparezca en la Isla. El pasado día 27 se soltaron en la zona de El Julan, en El Hierro, doce ejemplares de lagarto gigante (Gallotia simonyi machadoi) procedentes del centro de Reproducción que existe en el municipio de Frontera.

Esta especie, en grave peligro de extinción, se llegó a dar por desaparecida en el pasado. Dada su importancia en la biodiversidad canaria, y teniendo como principal objetivo garantizar su pervivencia en el ámbito herreño, en el año 1995 se inauguró un centro de reproducción de este animal tan característico.

En 1974, un pastor herreño redescubrió al lagarto gigante en los riscos de Tibataje, y más concretamente en la llamada Fuga de Gorreta. Por los estudios biológicos de los fósiles encontrados se ha llegado a la conclusión de que en otros tiempos este saurio vivía a lo largo y ancho de toda la Isla.

Más tarde, en el año 1985, se capturaron dos individuos y con ellos comenzó un plan de recuperación en cautividad destinado a velar por la reproducción para que esta especie no se extinga.

En la actualidad conviven en el interior de este lagartario de Frontera más de doscientos ejemplares. Desde esa fecha hasta hoy se han hecho cuatro nuevas reintroducciones de reptiles en campo abierto en la Isla, concretamente en las zonas de la Dehesa, el Julan y en el Roque Chico de Salmor. Este último fue uno de los antiguos ecosistemas donde la especie estuvo viviendo hasta los años cuarenta, fecha en que el hombre acabó prácticamente con ella.

La recuperación del lagarto gigante ha sido una labor bastante complicada, primero porque equipar de personal y material las instalaciones supuso un enorme esfuerzo económico por parte de las instituciones y, segundo, porque ya en el medio natural los lagartos se tienen que enfrentar, sobre todo, a un enorme número de gatos asilvestrados, sus principales depredadores.

En el Centro de Reproducción se ha conseguido crear un espacio que mantiene las mismas condiciones que el hábitat natural de este tipo de reptiles. En las instalaciones se han construido unos terrarios en los que crecen las mismas plantas que existen en la zona en la que habitan en campo abierto y con el mismo sustrato. Los terrarios están abiertos en la parte superior para que el sol pueda incidir directamente sobre el suelo y calentarlo. No obstante, los animales que viven en estos habitáculos están protegidos de los depredadores aéreos (cernícalos) con una malla.

Este tipo de saurios, durante la primera época de su vida, son insectívoros. Para ello los biólogos del centro crían grillos, gusanos de la harina, saltamontes, pequeños ratones, etcétera, destinados a su alimentación. Cuando son adultos cambian sus hábitos alimenticios convirtiéndose en herbívoros. Su dieta se compone de plantas habituales en la zona como verodes (Kleinia neriifolia), tabaibas (Euphorbia balsamifera), calcosas (Rumex lunaria), tederas (Bituminaria bituminosa), etcétera.

La alimentación en cautividad es estrictamente la misma que tendría el animal en la naturaleza, si bien es verdad que a algunos ejemplares que están en fase de reproducción se les suele administrar determinadas dosis de complementos vitamínicos.

En los terrarios hay instaladas una serie de cámaras de televisión de circuito interno, motorizadas desde un centro de control, que permiten a los biólogos grabar el comportamiento de los lagartos. Estas grabaciones siempre se realizan entre las 10.00 horas y las 20.00 horas, que es el espacio de tiempo en el que los animales desarrollan su actividad.

Los individuos que se hallan en libertad son capturados por el personal del lagartario para ‘marcarlos’, introduciéndoles un microchip bajo la piel, más o menos del tamaño de un grano de arroz. Después de colocarles el sistema se devuelven al campo. Este control se lleva a cabo para obtener datos estadísticos de población, edad, tamaño y peso, y establecer una distribución geográfica de las colonias, entre otras funciones.

Los ejemplares que se sueltan, cuando ya son maduros sexualmente, alrededor de los tres o cuatro años de vida, ya llevan bajo la piel este mecanismo electrónico de control. Antes de la suelta de los ejemplares maduros, el personal del centro motiva a los animales con falsos depredadores (gatos o cernícalos disecados y sonidos grabados) con el fin de que sepan reconocerlos y huir. Así, cuando se encuentren en el medio natural serán capaces de reconocer los peligros que la presencia de estos depredadores puede implicar.

Fuente: Diario de Avisos
Enlace: Gallotia simonyi manchado (Lagarto gigante)

3 comentarios

paula -

¿como se alimentan los lagartos gigantes?

tony marrero -

Espero no paren con esta iniciativa. Llegado el momento, estoy empeñado en criar grillos ya que de pequeño los oía mucho y hoy cada vez menos, lo he intentado repetidas veces pero al ver esta página me ha entrado el gusanillo. Me gustaría que me enseñaran...

Un Tinerfeño enamorado de El Hierro.

eli -

esto es una mierda