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Lazos Rotos

El terrorismo contra Cuba sí vale.

Fue el 25 de agosto de 2003 cuando George Walker Bush abrió la boca y sentenció: “Si usted alberga a un terrorista, si usted apoya a un terrorista, si usted alimenta a un terrorista, usted es tan culpable como los terroristas”. Tal que si Bush alberga al terrorista cubano Luis Posada Carriles, Bush es tan culpable como Posada Carriles. Y como la Unión Europea guarda silencio sobre este asunto, la UE es cómplice del culpable Bush al no exigirle a Estados Unidos que atienda la solicitud de extradición del terrorista Posada Carriles cursada por el Gobierno, el Tribunal Supremo de Venezuela y una veintena de congresistas estadounidenses.

Este asunto parece bastante sencillo de resolver, incluso ignorando la trayectoria como agente de la CIA de Posada Carriles y ateniéndonos a un solo hecho ya reconocido por los documentos desclasificados del FBI. Posada Carriles está acusado por la justicia venezolana de organizar el atentado contra un avión cubano que estalló en vuelo el 6 de octubre de 1976. El avión partió de Venezuela con destino a La Habana, con escala en Barbados. Murieron 73 personas, entre ellas todos los miembros de la selección juvenil cubana de esgrima. Posada Carriles fue detenido y encarcelado en Venezuela, pero se fugó en 1985 con las debidas ayudas. La petición de extradición por parte de las autoridades venezolanas no nace hoy. Lógica, pues, la demanda del ministro del Interior venezolano, Jesse Chacón, quien acaba de declarar lo siguiente: “Esperamos que la lucha contra el terrorismo por parte de Estados Unidos sea sincera y que lleve a su Gobierno a respetar el mecanismo de extradición firmado con Venezuela, para procesar en nuestro país a Posada Carriles”.

Pues va a ser que no. Me temo, aunque este acontecimiento esté cuestionando la supuesta legitimidad de la política antiterrorista gringa en el mundo mundial. A lo de Posada Carriles deben sumarse otras revelaciones que apuntan durante estos días en la misma dirección, como las barbaridades que sobre la tierra quemada iraquí están cometiendo los soldados norteamericanos, la petición del cipayo afgano Karzai, quien exige ahora que Bush castigue a los militares gringos que torturaron hasta la muerte a dos presos de su país, así como las violación de la Convención de Ginebra que supone las vejaciones sufridas por Sadam Husein en una prisión donde una cámara recoge sus imágenes en la celda durante las 24 horas de cada día. Los genios militares de la guerra psicológica estadounidense aseguran que la moral de los insurgentes iraquíes bajará cuando vean las fotos del ex dictador en calzoncillos. Estos romanos están locos. Este tipo de humillaciones que golpean al corazón de la moral musulmana sólo obtendrá el efecto contrario que buscan.

Al rescate del presidente norteamericano, cómplice del terrorista Posada y culpable de otros delitos, como acabamos de leer y contra los que nadie anuncia procesos judiciales ni protestas diplomáticas, acude la vieja Europa ayudada por los medios de distracción masiva. ¿Saben con qué arte intentan solapar todos estos crímenes? Apoyándose en aquella sabia sentencia sobre estrategia militar de Napoleón Bonaparte, según la cual un ataque a tiempo suele ofrecer mejores resultados que una defensa a ultranza. De tal modo que, en la primera página de todos los telediarios y prensa europea en general, la noticia relevante del fin de semana ha sido que el Gobierno cubano ha expulsado a unos cuantos europeos porque pretendían participar en una reunión de 120 disidentes que aspiraban representar a más de que 300 organizaciones opositoras. Nada menos.

Algunos medios de comunicación se abstuvieron de destacar que esa misma reunión expresaba en sí misma un gesto de apertura; que ninguno de los participantes resultó detenido; que la reunión fue financiada por los sectores más terroristas de la administración Bush y sus amigos cubanos en el exilio; que dirigentes de otros grupos de oposición (los de Oswaldo Payá, Eloy Gutiérrez Menoyo, Manuel Cuesta y Elizardo Sánchez) dieron la espalda a aquella reunión, como tampoco hubo muchos periódicos que se molestaran en explicar los motivos de esa actitud política. Lo único importante, visto lo visto, apunta a que Cuba se reserva el derecho de admitir en su territorio a quien estime conveniente. Lo mismo hacen Estados Unidos, España y todos los demás, pero sólo protestan cuando La Habana maneja ese privilegio de la soberanía. En todo caso, la autoridad moral de Europa se reducirá al cero matemático en materia de terrorismo si no suma su voz a la petición venezolana para conseguir la extradición del terrorista Posada Carriles. ¿O no?

Rafael Morales :: rafaelmorales@canariasahora.com

Fuente: Canarias Ahora

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