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Lazos Rotos

Javier Sardá ha acumulado una fortuna de cuarenta millones de euros en ocho temporadas de 'Crónicas marcianas'.

Crónicas marranas

Según un reportaje firmado por los periodistas Daniel Montero y Nieves Salinas, publicado esta semana en la revista Interviú, el show-man catalán Francisco Javier Sardá Tamaro, que así se llama, se ha retirado voluntariamente de la televisión con una fortuna acumulada de cuarenta millones de euros (cerca de siete mil millones de pesetas). Sardá es un buen comunicador y los precios del mercado son los que son. Vivimos en un país capitalista y esto es lo que hay. Si nos hacemos eco de esta información es por la razón de que esta realidad es un mal ejemplo para tantos y tantas jóvenes que, ante la inseguridad de su futuro, han llegado a creer que los "valores" que fomentaba el circo de Crónicas son el camino a seguir para salir del bache. Nadie les ha enseñado la diferencia entre lo coyuntural y lo estructural, y así les va.

Dicen quienes lo conocen que es un hombre hermético y poco dado a las ostentaciones. Javier Sardá ha echado el cierre a Crónicas marcianas tras ocho temporadas en Telecinco y se ha tomado un tiempo sabático. Pero puede permitirse todo el que quiera. Acumula una fortuna de cuarenta millones de euros. Entre sus caprichos, los barcos, los aviones y los coches de época. Entre sus propiedades declaradas, una gran finca en Canet de Mar (Barcelona) y cuatro pisos en la Ciudad Condal. Cuando se pregunta sobre Javier Sardá en medios televisivos, la respuesta es siempre la misma. Nadie sabe nada. Con fama de hermético, Francisco Javier Sardá Tamaro, el show-man más famoso de la televisión, es un hombre blindado.

No concede entrevistas, no hace declaraciones y no quiere que nadie husmee en sus asuntos, hasta el punto de no tener cuentas bancarias a su nombre en España y ni siquiera figurar en el censo electoral. De él se dice, también, que es un hombre de gustos sencillos, muy amigo de sus amigos, respetuoso con su equipo y cariñoso con sus colaboradores.

Lo cierto es que este excelente comunicador cruzó la línea y aceptó enriquecerse a cambio de enlodarse en el sensacionalismo dedicándose a exprimir a su galería de monstruos, sacándoles, en la mayoría de los casos, lo peor.

En general, un pésimo ejemplo que, desgraciadamente, ha conseguido calar en muchas personas jóvenes.

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1 comentario

icodense -

sardá es el ejemplo mas claro del satrapa capitalista hipocritamente vestido con el habito izquierdista. un pesimo ejemplo para todos, sin duda.