40 aniversario de la fundación del Partido Comunista y del diario Granma.
El pasado 3 de octubre se cumplió el 40 aniversario de la fundación del Partido Comunista y del diario Granma. El 3 de octubre de 1965 fue una jornada histórica, de profundo simbolismo y extraordinaria significación la que vivieron los protagonistas de la reunión que concentró en un teatro de la capital a los principales cuadros políticos y estatales del país.
La adopción del nombre de Partido Comunista de Cuba para la organización de vanguardia de la Revolución y la presentación del primer Comité Central, encabezado por su Primer Secretario, Fidel Castro Ruz, marcó un hito de madurez del proceso de radicales transformaciones de una sociedad que por primera vez en el hemisferio occidental daba los primeros pasos en la construcción del socialismo, hacía de la dignidad, la independencia y la solidaridad principios irrenunciables y se planteaba conquistar toda la justicia.
Con aquel acto, que tendría apenas unas horas después una enorme repercusión a lo largo y ancho del país, culminaba una etapa en la consolidación de la vanguardia política en el ejercicio del poder revolucionario.
Cuatro años atrás, en abril de 1961, cuando una brigada de mercenarios armados, apoyados y financiados por el Gobierno de Estados Unidos invadió el sur de la Isla con la intención de reinstaurar la dependencia neocolonial y el régimen de explotación que había imperado hasta el último día de 1958, los cubanos que fueron a rechazar la agresión enemiga y derrotarla en menos de 72 horas lo hicieron bajo las banderas del socialismo. En el sepelio de las víctimas de los ataques aéreos que preludiaron la invasión, Fidel había proclamado el carácter socialista de la Revolución cubana y el pueblo había refrendado esa definición.
Ese mismo año, se fundaron las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), en las que confluyeron el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, fundado y liderado por el Comandante en Jefe, el Partido Socialista Popular, cuyo secretario general era Blas Roca y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, dirigido por el comandante Faure Chomón. Era un importante paso hacia la unidad de las fuerzas que habían derrocado a la tiranía y emprendido una transformación revolucionaria sin precedentes en la historia de la nación.
El papel y el carácter de la vanguardia política que se iba configurando fueron definidos al constituirse en marzo de 1962 la Dirección Nacional de las ORI, con Fidel y Raúl como Primer y Segundo secretarios, respectivamente. El documento adoptado entonces declaró: "Las ORI, la vanguardia revolucionaria marxista-leninista, expresión del poder político de la clase obrera y de todo el pueblo trabajador de Cuba, refleja en su dirección máxima la estrecha unión de las fuerzas y dirigentes revolucionarios que han hecho posible la derrota del imperialismo, de la tiranía y de los explotadores y la victoria de la gran Revolución socialista de nuestra patria. Esto significa un paso de gran trascendencia hacia la formación del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, en cuyo seno cerrarán filas los mejores hombres y mujeres de la nación cubana".
En mayo de 1963, las ORI pasaron a denominarse PURSC que comprendió la estructuración de la vanguardia política, basada en los principios de centralismo democrático, la rigurosa selección de los ejemplares y la observancia de los requisitos indispensables para el ingreso al Partido. La formación del Partido en lo sucesivo se realizaría bajo la más estricta línea de masas, la aplicación de un método autóctono y plenamente democrático que ha probado su eficacia.
Todo ese proceso, que se inició en los centros de trabajo, las fábricas y en otros destacamentos proletarios implicaría luego al campesinado y a las instituciones armadas, fructificó a tal punto que se hacía necesario un salto cualitativo en la organización de la vanguardia. El 30 de septiembre de 1965, la Dirección Nacional del PURSC convocó a los dirigentes del Partido en las provincias y regiones del país y a los responsables de la administración estatal en la nación y los territorios. Ese día abordarían cuestiones relacionadas con las estructuras y funcionamiento de la gestión gubernamental, para concentrarse, durante las siguientes jornadas, en la organización del Partido, la constitución del Comité Central, la elección del Buró Político, el Secretariado, las comisiones de trabajo, y el papel de la prensa partidista, a partir de la fusión de los diarios Hoy y Revolución en lo que sería el órgano oficial, el diario Granma. El 3 de octubre, en el teatro Chaplin (hoy Karl Marx), se harían públicas esas decisiones.
Una prolongada ovación saludó la reafirmación del liderazgo histórico del Comandante en Jefe Fidel, electo Primer Secretario del Comité Central, y de Raúl, Segundo Secretario. Al presentar al nuevo órgano de dirección partidista, Fidel subrayó cómo "no hay episodio heroico en la historia de nuestra Patria en los últimos años que no esté aquí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza, lo mismo militar que civil, heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado".
Verdaderamente emotivo fue el momento en que Fidel se refirió al nombre que llevaría en lo adelante la organización política: "...hemos llegado ya al punto afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que podamos decir que solo hay un tipo de revolucionario, y puesto que es necesario que el nombre de nuestro Partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana, ¿cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro partido? ¡Partido Comunista de Cuba!" Antes de decir esta última frase, entre los presentes la palabra comunista fue coreada en todos los ámbitos del teatro. Era el sentir de las masas, una convicción profundamente arraigada entonces, ahora y siempre.
El órgano oficial del Comité Central, Granma, también se haría público, al decir de Fidel, como "símbolo de nuestra concepción revolucionaria y de nuestro camino". Su primera edición apareció el 4 de octubre.
Aquella jornada colmó de emoción a todos los cubanos cuando Fidel leyó la carta de despedida del Comandante Ernesto Che Guevara, de quien dijo que poseía todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer al Comité Central.
A cuarenta años de aquella jornada, el Partido ha permanecido fiel a sus esencias y a su compromiso con el pueblo. Ha mantenido vivo el legado patriótico y antimperialista de José Martí, de nuestras sagradas tradiciones combativas y revolucionarias y los principios de Marx, Engels y Lenin. Es consecuente con el espíritu inclaudicable de Baraguá al defender las conquistas del socialismo. Es el Partido de nuestras victorias. Es el Partido de la unidad nacional. Es el Partido de la Patria. Es el Partido de nuestro futuro.
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