Meliá no admite terroristas. Mercenarios cubanos, junto al embajador checo en La Habana, critican al grupo hotelero Sol Meliá.
Medios alternativos / inSurGente.- Miriam Leiva, mercenaria a sueldo de la Casa Blanca e integrante de las Damas de Blanco (también conocidas como Damas de Bush o Damas de la Muerte), ha afirmado que su movimiento recibió como una injuria la cancelación, en uno de los hoteles del grupo Meliá, de una recepción que se iba a celebrar con motivo de la fiesta nacional de la República Checa.
Cuando las Damas de Bush llegaron al hotel se encontraron con la noticia de que había sido suspendida la fiesta. Por su parte, el embajador checo, Petr Stiegler, informó que la dirección del hotel le había comunicado que no podía amparar actividades contra el Gobierno cubano.
"Esta situación de complicidad con el totalitarismo nos muestra que la empresa española, en su afán de hacer negocios, no tiene reparo alguno en aliarse con la represión y la violación de los derechos humanos", dijo Miriam Leiva.
Sin embargo, la Dama de Bush se ha cuidado mucho de efectuar alguna declaración sobre las violaciones de los derechos humanos y las torturas que se llevan a cabo en los campos secretos de exterminio que la CIA tiene instalados en determinados países del Este de Europa con la complicidad de éstos. Todo apunta a que uno de esos campos está ubicado en la muy "democrática" República Checa que tanto vela por proteger los derechos de los "disidentes". Si existiera un siniestro premio a la tortura, Vlacav Havel sería el máximo favorito para recibirlo.
Aunque Polonia, Rumania, Bulgaria y la República Checa, se han apresurado a negar que alberguen en su territorio esas cárceles, a pocos pueden ya engañar porque juega en su contra el hecho de que todos tienen como denominador común, ser los países del antiguo bloque socialista que más se han distinguido en su servilismo hacia el Imperio. En consecuencia, también son aliados fieles de los mercenarios cubanos.
Gusanos y "demócratas" europeos orientales, todos juntos en comunión con terroristas y torturadores de la CIA. Evidentemente, Sol Meliá se reservó el derecho de admisión a sus instalaciones de aquellos que colaboran con el terrorismo internacional ¿Hacen falta más argumentos?
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