Apostatar como Dios manda.
Ana Sáez.- En 1991 envié mi solicitud de apostasía a la parroquia donde me impusieron el catolicismo con tres meses de edad. (Igual que hicieron con mis padres y los padres de mis padres...).
El mismo documento que yo envié me vino de vuelta y detrás había escrito lo siguiente: "Quiera o no quiera está bautizada en la iglesia católica que viene de Jesucristo y no de un lunático" (tengo este documento en mis manos).
Así que llegué a la conclusión de que o soy católica "quiera o no quiera" o soy una lunática. O sea, que si soy musulmana o budista o judía o evangélica o atea o indígena del Amazonas, soy lunática porque no soy católica. Y además, "quiera o no quiera" quedo fuera de la creación y ardo viva por toda la eternidad. Dios no se apiadará de mí porque no soy católica... y como padre ni se inmutará cuando vea a una hija suya convertirse en una antorcha viviente por milenios de milenios.
Menos mal que en ese dios tan pobre nunca he creído. Se lo debo también a las monjas del colegio donde me crié que sometían a desprecios a una niña que cometió el pecado de no ser católica. Ellas comían manjares cada día mientras a nosotros en el comedor nos ponían bazofia pura, ¡y pobre del que la vomitara!, porque le hacían comer el vómito. No miento.
El estado le costea la vida a la iglesia vaticana. Por cada uno que aparece en el libro de bautizos, la iglesia recibe dinero. De ahí lo vital de apostatar. Porque no basta con decir aquello de "soy católico no practicante porque no creo en los curas". Se trata de echarle redaños al asunto y salirse de semejante organización que después de casi dos milenios de pretender ser la dueña de Dios sólo ha demostrado que no va a resolver nunca nada, que no se puede contar con ella para nada si no eres nadie y si lo eres, te sacará la cera de los oídos a cambio. Que vea las injusticias que vea, las catástrofes y las desgracias que vea, ni se inmuta y sólo se moviliza -con dinero público- cuando trata de eliminar al que es diferente, o sea, al que no se le arrodilla.
En fin, que retomo el apostatar y voy a repetir, a ver si esta vez hay alguien ahí con al menos educación, para contestar "como Dios manda".
Este artículo ha sido publicado en la sección Cartas al Director del periodico digital Canarias Ahora.
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icodense -