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Lazos Rotos

El nuevo colonialismo español en América Latina... Endesa.

Torretas oxidadas (Tenerife - Diciembre 2005)

Endesa es una de las mayores compañías de electricidad de Europa y es el líder en el mercado español y en varios países de Latinoamérica. Fundada en 1944 como una empresa estatal para la producción de energía, fue privatizada en 1998. En la actualidad, Endesa sirve a más de 22 millones de clientes de electricidad y gas a nivel mundial, emplea a más de 27.000 trabajadores y cuenta con ingresos en torno a los 18.000 millones de euros. En manos de grandes corporaciones bursátiles (Cajamadrid, Chase International...) se encuentra actualmente su accionariado revuelto tras la reciente OPA hostil lanzada por Gas Natural que, por cierto, está en manos de Repsol–YPF y La Caixa.

Durante el año 2004 tuvo unos beneficios netos de 1.379 millones de euros, aumentando el 5,1% con respecto al año anterior. Su presencia en Latinoamérica se plasma en la empresa Endesa Internacional y asume la gestión de un amplio número de empresas, principalmente Enersis, Endesa Chile y Chilectra (en Chile); Edesur, Costanera, Dock Sud y El Chocón (Argentina); Cien, Endesa Fortaleza, Ampla y Coelce (Brasil); Emgesa y Codensa (Colombia); o Edegel y Edelnor (Perú).

A pesar de que la entrada de la multinacional en la zona conllevó un incremento de la potencia instalada y del índice de electrificación también ha tenido en los últimos años sus peros. Así, la historia de ENDESA–España en Chile comienza cuando ésta llegó a un acuerdo financiero con un grupo chileno que representa los más turbios intereses de la burocracia estatal bajo la dictadura militar de Pinochet. El Estado enajenó el patrimonio público y estos gestores del aparato burocrático estatal aparecían como los únicos beneficiarios en múltiples sociedades donde se hacían responsables de toda la gestión del patrimonio y a su vez adquirían pequeños paquetes de acciones. El Estado chileno, por su parte, interviene siempre a favor de los empresarios y en contra de los pueblos originarios. Los gaseoductos tendidos en el norte de Chile, que se llevan los recursos mineros sin pagar impuestos, se han construido destrozando cementerios indígenas, petroglifos milenarios y sitios sagrados de las distintas culturas precolombinas.

Su actividad en Perú también ha provocado grandes polémicas ya que la concentración del mercado entró en conflicto con las leyes aunque el estado facilitó su privatización otorgando impunidad a la multinacional aunque vulnerando el principio de igualdad ante la ley. La primera actuación fue el despido de trabajadores, primeros los afiliados al sindicato más importante, y la firma de contratos individuales para evitar la negociación colectiva. Finalmente la mayoría de actividades se subcontrataron evitando responsabilidades derivadas del riesgo eléctrico en el trabajo.

Nota de la redacción: Esta información es parte del artículo de Luis Miguel Busto Mauleón (Andalucía Libre/Bolpress): 'El nuevo colonialismo español en América Latina'

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