Sufrimiento.
Partidos políticos / Unidad del Pueblo.- Me lo suelen decir: "tiene usted razón en lo que denuncia, pero no esto no hay quién lo cambie", "no se puede luchar contra molinos de viento". Comprendo la sensación de impotencia individual ante los desmanes que uno vive diariamente. Entiendo la tendencia a agachar la cabeza y refugiarse en la evasión. A nadie le gusta sufrir. Lo malo del caso es que las dificultades colectivas siguen marcando inexorablemente su tic-tac, y terminan alcanzándonos a cada uno en lo particular. Sé que las cosas no se cambian por arte de magia, ni por un arrebato de indignación o de desesperación.
Conscientes de eso, a lo largo de la historia las mujeres y los hombres se han organizado. Han levantado su voz. Han dicho basta. Y han sido impacientes con la injusticia y pacientes con los ritmos de la historia. Por eso hoy no somos vendidos como esclavos. No estamos al servicio del señor feudal, ni tenemos que soportar el derecho de pernada. No vivimos bajo el fascismo. Desde que salimos de las sabanas de Tanzania, "para subir la cuesta del gran reino animal", que cantaba Silvio Rodríguez, hemos avanzado mucho.
Pero todavía mueren cuarenta mil niños cada día víctimas del hambre. Un niño europeo o norteamericano consume lo que 50 niños del Tercer Mundo. Los tres hombres más ricos del planeta suman el Producto Interior Bruto (PIB) de los 48 países más pobres. Sin ir muy lejos, en Canarias el 0,2% posee el 40% de la riqueza. Bastaría con el 4% de la fortuna de las 225 personas más ricas del mundo para lograr el acceso universal a la enseñanza y a la sanidad básica, y alimentación, agua limpia y saneamientos suficientes para todos. La mayoría de los seres humanos sigue expuesta a la guerra, las cárceles, las violaciones, la tortura, las jornadas laborales interminables, los salarios de hambre, la pena de muerte.
Quizá no mañana por la tarde, pero todo esto pasará. Mientras tanto, gracias a todos los que luchan por hacer más corta la era del sufrimiento. Que es de lo que se trata, o sea.
Teodoro Santana
0 comentarios