A vueltas con el fracaso escolar.

Sindicatos / EA-Canarias.- Hoy la prensa de Tenerife publica una información sobre los resultados de la Evaluación de la Educación Primaria, de 2003, del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (I.N.C.E.), referidos a alumnos de sexto de Primaria, de doce años de edad.

Considerando la media de conocimientos en una escala en la que se le atribuye 250 puntos, más de 300 puntos serían nivel alto, y menos de 200, bajo.

Con ese baremo, el I.N.C.E. llega a los siguientes resultados:

- El 16% de alumnos tiene más de 300 puntos, nivel alto.
- El 36% logra entre 250 y 299 puntos, nivel medio-alto.
- El 34% alcanza entre 200 y249 puntos, nivel medio-bajo.
- El 17% no llega a los 200 puntos, nivel bajo.

Se advierten diferencias significativas en el rendimiento, según que los padres tengan estudios universitarios o no, y entre la enseñanza pública y la concertada o privada.

Los datos confirman algo que con frecuencia se ignora, o, interesadamente se pretende ocultar: que en el actual sistema educativo tienen ventaja significativa los alumnos con padres de mayor nivel cultural, que casi siempre coincide con los que tienen más recursos económicos.

En la escuela pública, a la que asisten alumnos de todos los niveles sociales, de distintos orígenes nacionales, y de diferentes creencias religiosas, el rendimiento del alumnado, independientemente del esfuerzo del profesorado, de la legislación educativa, es con frecuencia más bajo que en la concertada o la privada, sin que ello quiera decir que no hay alumnos brillantes, de alto coeficiente de resultados.

Los índices de fracaso tiene en buena medida que ver con circunstancias y situaciones que la escuela no puede resolver. No se puede mejorar el nivel cultural de los padres, ni facilitar la relación entre padres e hijos en familias cuyos responsables tienen largas jornadas de trabajo, por descontado, la escuela no puede mejorar el nivel económico de las familias.

No nos cansaremos de repetir que el porcentaje del P.I.B. español dedicado a la enseñanza obligatoria es más bajo que los de los países europeos más cercanos, y que su aumento podría servir para compensar desigualdades y aumentar el rendimiento escolar.

Hay quienes enarbolan demagógicamente el fracaso escolar para favorecer a la enseñanza concertada con más recursos, con más facilidades para seleccionar su alumnado (ideario de centro, religión, libertad de elección) y así segregar social y económicamente, con fondos que todos pagamos.

El resultado de esa campaña contra el fracaso escolar, si alcanzase sus objetivos, sería aumentar el descrédito de la enseñanza pública, disminuir sus presupuestos, y convertirla en lo que pretenden realmente: un lugar para encerrar a los de abajo e impedirles que puedan alcanzar metas que se reservan para sí las clases adineradas.

Canarias, a 1 de febrero de 2005

EA-Canarias

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