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Lazos Rotos

Doctor Meléndez, lamentándolo mucho, va usted a tener que largarse de aquí también.

Foros ciudadanos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Estimado doctor Meléndez-Hevia, se ha equivocado usted, no ha sabido medir bien con la clase de personajes que se iba a tener que enfrentar en el Gobierno de Canarias pero, sobre todo, no contaba usted conque en Canarias no hay prensa imparcial que, al menos, contraste un jodido dato que les dé el Gobierno. Lo que dice el Gobierno de Canarias, que subvenciona a la mayoría de los medios de comunicación generosamente, es palabra de Dios padre. ¿Cómo si no se explicaría usted que en Tenerife haya tantos periódicos como en Madrid y ninguno se arruine?

Por eso cuando el Gobierno de Canarias le culpabiliza a usted de que un paciente enfermo diabético sufra un deterioro en sus funciones renales, como ocurre diariamente con centenares de enfermos con o sin polvos, significa, nada más y nada menos, que un poder muy, pero que muy potente, le ha puesto a usted una especie de cruz y raya para toda la batalla. Y eso, aún encontrándonos supuestamente en un estado de derecho, es muy pero que muy peligroso. Y no es que deba usted temer a los peleles de la Consejería de Sanidad, nada de eso, sólo que cuando la Consejería actúa así, después de dos o tres años de que conocían sus dietas con detalle, es que han sido tocados por uno de esos huracanes que no mueven ni dos ni tres millones de euros, sino muchísimos más.

Si es verdad que esos polvos le están haciendo daño a alguien, no nos referimos a posibles alergias porque de eso se muere la gente hasta por tomar penicilina, comer marisco o usar betadine, sino en forma de insuficiencias renales -hecho que sería otro gran descubrimiento, porque en el instituto estudiamos todos que los aminoácidos son unos componentes de las proteínas que jamás pueden producir daño con un control mínimo- entonces, sin duda, unas cuantas personas deberían desfilar por el talego. Pero de todas esas personas, sin duda, la última debería ser el doctor Meléndez, porque por delante de él deberían de ir todos y cada uno de los responsables que son y que han sido en la Consejería.

La simple estadística, doctor Meléndez, dice que de esas 8.000 personas a las que usted ha recomendado tomar unos complementos alimenticios, bajo supervisión médica, alguna que otra tendrá que morir por alguna u otra cosa derivada de su padecimiento o no. Y aunque se caiga en la bañera la culpa va a ser suya. Le juzgarán y le crucificarán públicamente en los medios de comunicación sin prueba ni dato alguno, con la misma impunidad con la que avisaron el otro día a todos los medios de comunicación para intentar desprestigiarle públicamente, con presencia policial incluida, para mamarle 9 botes del factor 2, el mismo producto que se puede comprar por ahí casi en cualquier sitio sin supervisión médica y sin nada.

Cada día miles de canarios acuden a las farmacias donde se dispensa casi de todo con o sin receta, la gente se automedica, los médicos meten la pata y se llevan a la gente por delante pero tienen una licencia de la que usted carece, aunque lo que proporcione a la gente sea una simple dieta alimenticia, mucho menos dañina que las miles que lleva a cabo la gente porque se la recomendó la vecina o porque, incluso, se la recomendó el médico sin los debidos análisis o pruebas. Pero la Consejería de Sanidad, a instancias a todas luces de unos intereses inconfesables -porque si no tendrían que haber actuado desde el principio-, le ha entrado la coña con uno de los más eminentes científicos que ha salido jamás de nuestras universidades.

Esta Consejería de Sanidad, cuyas políticas de prevención consisten en repartir decenas de miles de preservativos a los adolescentes cuando llegan los Carnavales, en lugar de hacerlo en los colegios con el debido asesoramiento, no sólo no está dispuesta a llevar adelante política sanitaria alguna que no sea la de engordarle las carteras a las clínicas privadas a costa de hundir a la sanidad pública, sino que ha decidido que, en estos momentos, su prioridad es cargarse y echar de Canarias a una persona que ha hecho felices a miles de canarios con una sencilla dieta, produciendo una auténtica revolución que tiene anonadados a miles de profesionales honestos de la salud, esos que se alegran de que sus pacientes mejoren aunque dejen de recetar esas medicinas que, si las recetan en cantidad, les permiten hacer gratis fabulosos viajes o recibir valiosos regalos de la industria farmacéutica. Pero eso, al parecer, no es jugar con la salud de la gente.

Ahora le ha tocado a usted, porque la Consejería no tiene otras cosas que hacer, como averiguar por qué las clínicas privadas mandan a los viejitos a los hospitales públicos cuando hay que hacerles algún scanner, para quedarse ellos con los extranjeros que por lo visto son más rentables. Pero no se apure, cuando en Canarias gobiernos como éste dispongan de policía propia y como las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias -que el otro día dijo que los carnavales estaban por encima de los derechos fundamentales de la gente- no sean recurribles al Supremo; entonces tendremos que salir en patera o a nado por miles. Todos los que no estamos por la labor de reírles las gracias. Esperemos que, si llega el momento, podamos pedirle un trabajito, aunque sea de repartidor, allí donde esté. Si tiene suerte con su fabuloso descubrimiento, seguro que tiene trabajo para miles, o decenas de miles, de personas. Pero en Canarias todo lo que no sea mucho piche y mucho cemento no interesa ¿No ve usted como quieren cargarse a la Universidad de la Laguna? ¿Para qué queremos Universidad si tenemos a la Promotora Punta Larga?

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