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Lazos Rotos

Dos mil personas se manifiestan en Santa Cruz de Tenerife en apoyo a la causa saharaui.

Medios alternativos / Rebelión.- La Plataforma por un Referéndum para el Sahara Occidental de Tenerife dio lectura a un manifiesto en el que reclama el Gobierno y Parlamento canarios que condene de forma explícita la constante vulneración de los derechos fundamentales del pueblo saharui. También se reclamó que una delegación del Parlamento Europeo visite los territorios ocupados por Marruecos.

Unas 400 personas según la Policía Nacional y unos 2.000 según la organización, se manifestaron ayer por las calles de la capital tinerfeña para reclamar un referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui y el fin de la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental, desde 1975.

La marcha, organizada por la Plataforma por un Referéndum para el Sahara Occidental de Tenerife, partió desde la Plaza Weyler y llegó a la Plaza de la Candelaria, donde se dio lectura a un manifiesto en el que se reclama al Gobierno y Parlamento de Canarias, que condenen de forma explícita la constante vulneración constante de los derechos fundamentales de los saharauis como personas y como pueblo por parte de Marruecos.

También, la niña Fátima Brahim, dio lectura a una carta enviada por la activista saharaui Aminetu Haidar al presidente del Parlamento europeo, José Borrell, en la que solicita que una delegación de la eurocámara visite los territorios ocupados del Sáhara “y que no sea rehén de las artimañas de Marruecos”. Además, pide que el Parlamento europeo “condene firmemente la represión de los derechos humanos y el genocidio silenciado”, que se está produciendo en la zona, y que reclama la comunidad internacional “tiene que impedir”.

Durante la protesta, que encabezaban niños saharauis acogidos por familias canarias dentro del programa ‘Vacaciones en Paz’ y que portaban una bandera saharaui, se corearon lemas como “hombro con hombro, mano con mano, pueblo canario, Frente Polisario”, “Marruecos, capullo, el Sáhara no es tuyo” o “Sáhara libre”. En el manifiesto se condena “la salvaje represión que ejerce día tras día el Gobierno marroquí contra los civiles desarmados del Sahara Occidental-hombres, mujeres, niños y ancianos-, desde su ocupación por las armas a finales de 1975, pero de forma especialmente intensa y cruel durante el último año”.

También se solicita a las autoridades, organismos, instituciones y al Gobierno de Canarias protección para la activista saharaui de derechos humanos Aminetu Haidar, a su regreso a los territorios ocupados por Marruecos.

Respeto a la legalidad internacional. Asimismo, se indica que en este conflicto “existe un agresor y un agredido, una actitud de respeto de la legalidad internacional y una falta de respeto a la ley” y se denuncia que “comparar a la víctima con el verdugo con el fin de buscar un pretendido equilibrio diplomático o por estrictos intereses políticos y económicos no es sino una interpretación perversa del concepto de igualdad que sólo favorece a la injusticia, ayuda a su normalización y fomenta la perpetuación del abuso constante del más fuerte”.

Por ello, piden que los representantes políticos “no se cansen de manifestar su apoyo y recordar el derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación tal y como recoge la Carta Fundacional de las Naciones Unidas y las sucesivas resoluciones relativas al proceso de descolonización del Sahara Occidental aún por finalizar”.

El manifiesto recuerda que desde hace ya más de 30 años el Pueblo Saharaui vive el exilio, el refugio la ocupación y la falta de sus derechos fundamentales, un camino “demasiado largo y sus cunetas están habitadas por miles de cadáveres, de hermanos que murieron por el simple hecho de ser lo que eran y lo que serán siempre, saharauis, y por rechazar ser otra cosa por imposición salvaje y genocida”.

En su intervención, el delegado del Frente Polisario en Tenerife, Hamdi Mansour, afirmó que se está en un momento crucial en la historia del pueblo saharaui y esperó que se haga justicia con su destino “de frustración ante la no aplicación de las directivas de las Naciones Unidas”. Además, afirmó que han sido 30 años “en un desierto cruel, pero también de esperanza, luchas y determinación para seguir adelante, cueste lo que cueste, hasta conseguir la libertad”, advirtió.

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