Fecha para el volcán . Superconfidencial Andrés Chaves. Domingo 19 de septiembre.
En este país de retrasados mentales, aunque haya que reconocer que muchos escapamos, han puesto fecha al estallido del volcán. Lo escucho en las tertulias de radio y televisión las pocas veces que me ocupo de ellas. Parece que la culpa la tiene un individuo que dijo, en una comisión de expertos (¿), que la montaña iba a estallar sobre el 10 de octubre. Como quien le pone fecha a un partido de fútbol. A continuación se encarga el vulgo de propagar las más disparatadas teorías sobre montes ardientes y, de pronto, todos nos hemos vuelto vulcanólogos, menos el más que sabe, el profesor Carracedo, al que supongo harto de serlo y de que no le hagan caso. Es decir, que ignoran al sensato y dan pábulo al insensato y eso no está bien.
Carracedo está hasta las bolas de decir que un volcán es un volcán y que nosotros vivimos en tierra de volcanes. Y que los movimientos que se han producido y se siguen produciendo en Tenerife entran dentro de la normalidad. Y que no hay más motivo de alarma que hace diez años. Y que no se puede poner fecha de caducidad a una montaña, hombre por Dios, como si fuera un yogur. Las previsiones exageradas de quienes nunca han hecho previsiones (o sea, las autoridades canarias) responden más a una crisis de conciencia de haber tenido sin baterías la red de detección de sismos desde hace años que a una amenaza real, aunque se quiera disfrazar como tal.
Los nervios de la población civil son atizados por los tertulianos, casi siempre analfabetos funcionales, que opinan sin tino sobre asuntos de los que no entienden ni media palabra y que se dedican, en las radios y en las televisiones, a asustar a la panda de ignorantes que sólo escucha lo malo y lo irracional y detesta lo constructivo y racional. Se ha producido acopio de agua, linternas, mantas (no sé para qué quieren mantas con el calor que hace por la noche) y otros enseres, sin que falte el aceite y el azúcar que es lo primero que acapara el mago en caso de conflagración más o menos próxima. Pues incluyan una radio, que eso es más útil que nada. En fin, que una región que debe vivir de su tranquilidad se convierte en intranquila por mor del nerviosismo de quienes han de estar más serenas: sus autoridades.
Fuente: Comentario de opinión. Andrés Chaves :: EL DÍA
Carracedo está hasta las bolas de decir que un volcán es un volcán y que nosotros vivimos en tierra de volcanes. Y que los movimientos que se han producido y se siguen produciendo en Tenerife entran dentro de la normalidad. Y que no hay más motivo de alarma que hace diez años. Y que no se puede poner fecha de caducidad a una montaña, hombre por Dios, como si fuera un yogur. Las previsiones exageradas de quienes nunca han hecho previsiones (o sea, las autoridades canarias) responden más a una crisis de conciencia de haber tenido sin baterías la red de detección de sismos desde hace años que a una amenaza real, aunque se quiera disfrazar como tal.
Los nervios de la población civil son atizados por los tertulianos, casi siempre analfabetos funcionales, que opinan sin tino sobre asuntos de los que no entienden ni media palabra y que se dedican, en las radios y en las televisiones, a asustar a la panda de ignorantes que sólo escucha lo malo y lo irracional y detesta lo constructivo y racional. Se ha producido acopio de agua, linternas, mantas (no sé para qué quieren mantas con el calor que hace por la noche) y otros enseres, sin que falte el aceite y el azúcar que es lo primero que acapara el mago en caso de conflagración más o menos próxima. Pues incluyan una radio, que eso es más útil que nada. En fin, que una región que debe vivir de su tranquilidad se convierte en intranquila por mor del nerviosismo de quienes han de estar más serenas: sus autoridades.
Fuente: Comentario de opinión. Andrés Chaves :: EL DÍA
1 comentario
Tino Armas -
Un fuerte abrazo y hasta siempre,y dígame por favor,dónde Coño se me te que hace ya algún tiempo que no le oigo,en su dial no se oye NADA..... bay...