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Lazos Rotos

Desde aquí afirmamos que la corrupción es la peor de las lacras sociales.

Desde aquí afirmamos que la corrupción es la peor de las lacras sociales y que ha penetrado todo el tejido de la vida política canaria. Es correcto afirmar que la corrupción es un hecho social y político de extrema gravedad, pero debemos considerarla más como un efecto que como una causa. Ciertos partidos políticos de izquierdas y algunas personalidades, han convertido la denuncia de la corrupción en su principal bandera de lucha, sin reparar en sus orígenes y en los cambios y transformaciones sufridos por nuestros pueblos en los últimos decenios.

La corrupción es un hecho complejo que involucra a actividades públicas y privadas. Muchas de ellas están tipificadas como delitos. Entonces ¿Qué es corrupción? La clase política, dentro de los marcos de los viejos esquemas del clientelismo y las estructuras inamovibles, sabe de antemano que el poder se compra y los favores para alcanzarlo, hay que pagarlos. De esta manera se instaura una cultura que ata, indisolublemente, intereses económicos privados y poder político. Se crean códigos de relaciones, trasiego de influencias, sociedades de hecho y métodos de gestión, que llevan el sello indeleble de un favorecimiento en ambos sentidos. Sin una clase económica dominante y corruptora, no habría políticos influyentes y corruptos..

La política el oficio de la política, única actividad que realizan con destreza los viejos dueños del poder, ya sea municipal, autonómico o estatal, se separa aun más de los compromisos con la gente, es decir de política al servicio de las comunidades y se articula una forma de poder que produce enormes beneficios para la clase política, como grupo autónomo. El poder político ha cobrado autonomía. No necesita que los intereses económicos lo perviertan. Es el aparato de poder mismo el que se convierte en una afinada maquinaria de enriquecimiento personal. La política toma la iniciativa y todo el que desee gestionar o contratar, debe pagar, trátese del negocio de la construcción, servicios, pagos, compras, licitaciones, permisos, recalificaciones, provisiones, contratos, asesorías etc.

Las reglas del juego democrático y la estructura jurídica, que de manera natural sostienen el sistema social imperante dentro de ciertas reglas del juego sujetas a controles legales o jurisdiccionales, son hechas trizas, desmembradas o anuladas, para darle campo a relaciones casuísticas entre los intereses dominantes y los políticos que las manejan en su provecho.

Lo que ha salido a la luz en Lazos Rotos, al menos respecto a Icod de los Vinos, resulta entonces explicable. Y claro, la degradación política continuará a menos que provoquemos un giro radical en la política. Debemos abrir un nuevo período, debemos reflexionar comprometiéndonos activamente en la lucha contra la corrupción y los corruptos. De todos nosotros depende la construcción de un futuro mejor, más justo, donde la política deje ser un negocio y se convierta en un servicio a los ciudadanos, a todos los ciudadanos, sin distinción de sexos, razas, credos, ideologías... o de si se es del Casco, de Las Abiertas, de La Playa... o de si se votó a una opción u otra. Icod de los Vinos sigue siendo "res nullius".

Artículo de opinión de la Redacción de Lazos Rotos.

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