Desarrollo, Progreso.
En los últimos tiempos a nuestros amados políticos les ha dado por estimular el progreso de Canarias, el desarrollo de nuestras infraestructuras: Que si un tranvía hiperveloz, que si una nueva pista del aeropuerto del sur, el cierre del anillo insular de carreteras
Vamos, que todo lo hacen para que Canarias no se estanque en el pasado y así podamos vivir mejor el día de mañana. Millones de euros de los presupuestos generales y de las subvenciones europeas se gastan en contratar empresas a las que se adjudican obras y construcciones de todo tipo, que siempre se alargan misteriosamente, mamando dinero público con todo descaro.
Y es que el chollo de este nuevo siglo no es tanto ser político, sino ser empresario y amigo de político. ¿O acaso dudan de que más de un elemento se hará de oro con el dinero de nuestros impuestos? Pero lo más preocupante no es eso, sino que nos intenten convencer de que todo este festín empresarial va a repercutir positivamente en nuestro bienestar. En vez de hipócritas me dan ganas de llamarles malnacidos, ¿Acaso piensan que un tranvía conseguirá aumentar la esperanza de vida de los canarios? ¿O que los impuestos que se evaden en los paraísos fiscales de la Reserva de Inversiones Canaria lograrán que nuestros padres perciban una pensión acorde con lo que han trabajado? Para mí eso es calidad de vida, el que nuestros mayores tengan asistentes sociales, que nunca falten camas en los hospitales. Que no me sienta estafado cada vez que pincho el bono bus en la guagua, que estudiar me resulte gratis.
Obviamente nuestro querido Adán Martín y toda su camarilla especuladora tienen el suficiente dinero como para ir a un hospital privado y llevar a sus hijos a los colegios privados más elitistas, porque de lo contrario entenderían que el progreso de una sociedad se mide con unos índices diferentes al de las ganancias económicas. Sanidad, Educación, Cultura, Participación Política Ese es el desarrollo, el progreso, el bienestar de nuestro pueblo. Pero invertir en eso no es rentable para nuestros políticos, porque nadie se hace rico en el negocio.
Fuente: Juventud Comunista de Canarias
Y es que el chollo de este nuevo siglo no es tanto ser político, sino ser empresario y amigo de político. ¿O acaso dudan de que más de un elemento se hará de oro con el dinero de nuestros impuestos? Pero lo más preocupante no es eso, sino que nos intenten convencer de que todo este festín empresarial va a repercutir positivamente en nuestro bienestar. En vez de hipócritas me dan ganas de llamarles malnacidos, ¿Acaso piensan que un tranvía conseguirá aumentar la esperanza de vida de los canarios? ¿O que los impuestos que se evaden en los paraísos fiscales de la Reserva de Inversiones Canaria lograrán que nuestros padres perciban una pensión acorde con lo que han trabajado? Para mí eso es calidad de vida, el que nuestros mayores tengan asistentes sociales, que nunca falten camas en los hospitales. Que no me sienta estafado cada vez que pincho el bono bus en la guagua, que estudiar me resulte gratis.
Obviamente nuestro querido Adán Martín y toda su camarilla especuladora tienen el suficiente dinero como para ir a un hospital privado y llevar a sus hijos a los colegios privados más elitistas, porque de lo contrario entenderían que el progreso de una sociedad se mide con unos índices diferentes al de las ganancias económicas. Sanidad, Educación, Cultura, Participación Política Ese es el desarrollo, el progreso, el bienestar de nuestro pueblo. Pero invertir en eso no es rentable para nuestros políticos, porque nadie se hace rico en el negocio.
Fuente: Juventud Comunista de Canarias
0 comentarios