Revolución.
Víctor Álamo de la Rosa[1]. Me llamarán romántico pero pienso dejarlo escrito: es hora de volver a llenar de significado palabras como solidaridad, revolución, amor, igualdad, paz, cambio y voluntad de empezar de nuevo.
Quienes se apoltronaron en el poder quieren seguir haciéndonos creer que las cosas no pueden ser de otra manera, que ya se hace lo que se puede y que es bastante. Eso es mentira, tretas para que el pueblo calle y aguante. Hay que decir basta en serio, empezar a creer en que otro modo de hacer las cosas es posible. Se hacen guerras idiotas, el paro crece (buen ejemplo es el de Canarias), el deterioro medioambiental clama al cielo (los desastres naturales continúan sucediéndose como plagas bíblicas), las diferencias entre países ricos y pobres son obscenas y escalofriantes, medio mundo se muere de hambre y naufraga en patera, la ONU parece el gran teatro del mundo, las medicinas se inventaron para unos pocos, el capitalismo salvaje ha instaurado la ley de la selva y etcétera, porque, en fin, demasiadas cosas están muy mal y hay que empezar a cambiarlas.
Creo que ese cambio debe comenzar en cada uno de nosotros, en nuestro ámbito doméstico. Si de veras creemos en un mundo mejor el cambio habrá comenzado. Ojalá vuelvan las gentes con madera de líderes a encabezar revoluciones, a hacerse escuchar y a arrastrar multitudes. ¿Dónde están, por cierto, los intelectuales canarios? ¿Son avestruces? Toca volver a gritar, tirar de la manta, empezar a llamar a las cosas por su nombre e intentar que este pueblo aplatanado se caliente. No quiero engañarme, pero en el aire flota el olor del hastío y el momento de volver a empezar quiere llegar. Tonto el último.
[1] Víctor Álamo de la Rosa, treinta y cinco años, es uno de los escritores canarios de mayor prestigio y proyección dentro y fuera de España. Escritor, poeta, cuentista y novelista , ha sido traducido al portugués, al croata y al francés, y ha editado en Brasil, en Venezuela y en Francia.
Fuente: La Opinión de Tenerife
Quienes se apoltronaron en el poder quieren seguir haciéndonos creer que las cosas no pueden ser de otra manera, que ya se hace lo que se puede y que es bastante. Eso es mentira, tretas para que el pueblo calle y aguante. Hay que decir basta en serio, empezar a creer en que otro modo de hacer las cosas es posible. Se hacen guerras idiotas, el paro crece (buen ejemplo es el de Canarias), el deterioro medioambiental clama al cielo (los desastres naturales continúan sucediéndose como plagas bíblicas), las diferencias entre países ricos y pobres son obscenas y escalofriantes, medio mundo se muere de hambre y naufraga en patera, la ONU parece el gran teatro del mundo, las medicinas se inventaron para unos pocos, el capitalismo salvaje ha instaurado la ley de la selva y etcétera, porque, en fin, demasiadas cosas están muy mal y hay que empezar a cambiarlas.
Creo que ese cambio debe comenzar en cada uno de nosotros, en nuestro ámbito doméstico. Si de veras creemos en un mundo mejor el cambio habrá comenzado. Ojalá vuelvan las gentes con madera de líderes a encabezar revoluciones, a hacerse escuchar y a arrastrar multitudes. ¿Dónde están, por cierto, los intelectuales canarios? ¿Son avestruces? Toca volver a gritar, tirar de la manta, empezar a llamar a las cosas por su nombre e intentar que este pueblo aplatanado se caliente. No quiero engañarme, pero en el aire flota el olor del hastío y el momento de volver a empezar quiere llegar. Tonto el último.
[1] Víctor Álamo de la Rosa, treinta y cinco años, es uno de los escritores canarios de mayor prestigio y proyección dentro y fuera de España. Escritor, poeta, cuentista y novelista , ha sido traducido al portugués, al croata y al francés, y ha editado en Brasil, en Venezuela y en Francia.
Fuente: La Opinión de Tenerife
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