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Lazos Rotos

El teleférico es un peligro. Nota de prensa de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN).

ATAN“Fue una experiencia horrorosa”. Es un comentario publicado en el periódico “El Día” del 25 de Febrero de 2005, hecho por unos turistas de Bilbao que quedaron atrapados en el teleférico del Teide. Según el mismo relato, los pasajeros tuvieron que saltar a una torre, ayudados por una cuerda, bajar por dicha torre, totalmente helada, y seguir caminando cuesta abajo por las laderas del Teide a una temperatura de 6 grados bajo cero y una sensación térmica de menos 26. Según estos jóvenes bilbaínos, “la cabina fue bajando lentamente hasta la altura de la tercera torre, no sin antes casi estrellarnos debido al fuerte viento".

Al texto no le falta dramatismo: “las seis personas atrapadas a 3.200 metros de altura se vieron obligadas a salir por el techo de la cabina y saltar hasta la torre. La visibilidad era prácticamente nula. Salimos muertos de miedo. […] Los facultativos que los atendieron en un centro hospitalario del Sur constataron hematomas en las extremidades inferiores y quemaduras leves producidas por el frío […] Ha sido la experiencia más amarga de nuestras vidas”.

Pero lo más interesante es la respuesta de Fernando Amigó, gerente de la empresa “Teleférico del Teide”, quien dice: “no pasó nada extraordinario, salvo que funcionó el sistema de seguridad que tenemos instalado”. Es decir, para Amigó, el sistema de seguridad del teleférico consiste en tener que saltar hasta una torre desde el techo de una cabina, ayudándose con una cuerda, y bajar por la torre congelada, para luego seguir caminando tres horas a seis grados bajo cero en una isla donde el turista habitual viene preparado para pasar las vacaciones en playas con cocoteros (según los folletos).

El Teleférico, como toda empresa a la que sólo le interesan sus propios beneficios, no es capaz de prevenir estos problemas. En lugar de parar a las personas que suben con ropa inadecuada, o de cancelar los viajes cuando amenaza el viento, lo que hacen, de manera temeraria, es lanzarse a la “aventura”, confiando en un sistema de seguridad que simplemente para las cabinas cuando hace viento.

Así ha habido ya varios casos de personas atrapadas en La Rambleta, por un viento repentino, o viajes terroríficos, de los cuales el remate ha sido el del jueves pasado. Por supuesto, no podemos olvidar que el principal accionista (con casi el 50% de las acciones) es el Cabildo de Tenerife. No podía faltar esa insensible pública catastrófica en un disparate como este.

Pues nada, con este tipo de actividades peligrosas, no nos va a hacer falta enviar correos a los medios de comunicación extranjeros para demostrarles lo mal que se encuentra la situación de la sociedad y el medio ambiente de las islas. El propio Cabildo, mediante sus “empresas participadas", se encarga de dañar la imagen de Tenerife, con un teleférico que supone probablemente el principal impacto visual de Las Cañadas, y que, además, es altamente peligroso.

Ya lo sospechábamos en septiembre de 1999, cuando nos quejamos de las obras de restauración del mismo, realizadas de manera irregular por el Cabildo, con la excusa de mejorar la seguridad de este artefacto. Un buen momento en el que podrían haber aprovechado para eliminar toda la instalación y restaurar el impacto tremendo que produce sobre el paisaje. También es cierto que con Wladimiro Rodríguez Brito y otros políticos incompetentes por medio, era mucho esperar que llegasen tan sólo a plantearse esa opción.

En Santa Cruz de Tenerife, a 28 de Febrero de 2005

Fuente: Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN)
Artículo original: El teleférico en peligro
Fotografías: Últimas nevadas en Las Cañadas

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