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Lazos Rotos

El Cabildo de Tenerife y sus planes de emergencia. Nota de prensa de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN).

ATANHasta hace pocos días el semáforo que indica la posibilidad de una erupción en la isla estaba en color amarillo. Los datos sísmicos y geoquímicos indicaban la reactivación del magma bajo Tenerife y, ante la posibilidad de que éste alcanzara la superficie, se puso en evidencia que no existía ningún plan para hacer frente a una crisis volcánica.

Es verdad que el cabildo dice tener elaborados planes y medios concretos para hacer frente a este tipo de catástrofes. Pero son secretos, nadie los conoce excepto los “iniciados” y eso los invalida. En plena psicosis colectiva, una nube sobre el cráter del Teide -que según los expertos era de origen meteorológico- colapsó el teléfono de emergencia, los padres acudieron a los colegios a recoger a sus hijos, nadie informaba la población de como actuar ante una erupción. Si la alarma hubiese sido real ¿qué habría sucedido?

Lo ocurrido en las cumbres de la isla con la afluencia masiva a Las Cañadas para disfrutar de un día de nieve (ver aquí) ha sido la demostración de lo que sirven sus planes para hacer frente a las situaciones que se produce todos los fines de semanas posteriores a una nevada. Es verdad que el cabildo dispone de un plan pero consideraron que no era necesario activarlo y la pregunta lógica surge de inmediato ¿para qué los hicieron?

El día 24 de febrero el teleférico del Teide tuvo una parada de emergencia debido al fuerte viento y a las bajas temperaturas (ver aquí). Este tipo de tiempo estaba previsto por el INM, de hecho, estas últimas dos semanas hemos estado en varias ocasiones en alerta por fenómenos meteorológicos adversos. Sin embargo, a pesar de estar el volcán nevado y con temperaturas bajo cero, sus responsables decidieron abrir las instalaciones; al parecer, haciendo más caso a los datos de la cuenta de resultados que a los meteorológicos. El resultado de esta equivocada decisión puso en peligro la integridad de un grupo de personas. Afortunadamente no hubo daños personales más allá de la terrible experiencia de descender de las cabinas enganchados a un cable sobre un suelo helado y azotado por la ventisca que producía una sensación térmica de 20 grados bajo cero. Los responsables se escudan en el “buen funcionamiento de los sistemas de seguridad” del teleférico, olvidando que si el periodo de “bonanza” hubiese sido un poco más largo se hubiesen visto afectadas decenas de personas. Estas graves situaciones son perfectamente evitables, bastaba hacer caso a las previsiones meteorológicas y preocuparse más de la seguridad e integridad de los pasajeros.

¡Qué curioso! El cabildo de Tenerife es el accionista mayoritario del teleférico y consejeros del cabildo forman parte del consejo de administración, pero deben limitarse a cobrar las dietas de asistencia y no a preocuparse por subordinar los objetivos económicos de la empresa Teleférico del Pico de Teide SA al interés público y a la imagen del parque nacional.

El cabildo subvenciona generosamente conciertos y fiestas (ver aquí), su vicepresidente da ruedas de prensa en el salón noble del palacio insular flanqueado por los empresarios de estos eventos “culturales”, pero no consideran necesario informar a los ciudadanos de las razones que le llevaron a inhibirse a la corporación ante estos graves problemas. Las carreteras de acceso a Las Cañadas quedaron colapsadas, en caso de accidente, las ambulancias no hubiesen podido circular y los vientos habrían puesto serías dificultades a los helicópteros en el caso de tener que evacuar a posibles accidentados. El caos era total en el Parque Nacional del Teide, nadie obligaba a cumplir las normas aprobadas para conservar este espacio protegido y el resultado fue tremendo: El parque nacional del Teide se convirtió en un basurero. ¿Quién responde por las consecuencias de no activar el plan de emergencia?

Los problemas que generan las nevadas en las cumbres han sido denunciados todos los años en el Patronato del Parque Nacional, todos sus miembros –incluidos los consejeros que representan al cabildo- han pedido que se tomen las medidas necesarias, pero los hechos demuestran que a los responsables de la institución insular no les preocupa, ni la seguridad de las personas, ni la integridad de los valores naturales. ¡Ojalá tuvieran el mismo interés por la conservación que por los festivales de música caribeña! ¿Y la oposición qué hace? Pedir entradas para los conciertos.

Eustaquio Villalba Moreno, portavoz de ATAN

Fuente: Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza :: ATAN
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