¿Y el riesgo volcánico?
Las administraciones eliminan la prealerta y reconstruyen su política de prevención, mientras los datos siguen siendo anómalos
La situación de prealerta volcánica de Tenerife por los parámetros anómalos a partir de abril duró 9 meses, el tiempo que estuvo el semáforo en amarillo. Gobierno canario, Cabildo y delegación del Estado han prescindido del comité de vigilancia y reconstruyen su política de prevención volcánica, mientras los expertos advierten que los datos siguen estando por encima de lo normal.
La decisión tomada el pasado 16 de febrero, en una reunión mantenida por las principales autoridades de Tenerife, de pasar el semáforo de vigilancia volcánica de amarillo a verde ponía fin a 9 meses y 16 días de una prealerta decretada ante el aumento anormal de los parámetros magmáticos. La determinación de los presidentes del Gobierno canario, Adán Martín, y el Cabildo, Ricardo Melchior, así como del delegado del Ejecutivo estatal en Canarias, José Segura, supuso la consiguiente suspensión de los trabajos del comité científico de seguimiento, que venía emitiendo un parte semanal.
El paso del amarillo al verde en el semáforo de cuatro colores (el naranja y el rojo son los grados de mayor riesgo), con el que se prescindió de una serie de medidas destinadas fundamentalmente al control y la prevención, fue justificado por las administraciones con el argumento de que se había detectado una cierta estabilidad en los diferentes registros, aunque la nota de prensa oficial reconocía que estos registros seguían siendo ligeramente superiores a lo habitual.
Tenerife se ha quedado sin comité de coordinación entre instituciones científicas. Pero, ¿se ha ido el riesgo? Miembros del comité científico que siguieron la crisis iniciada el 22 de abril del año pasado aclaran que siguen recogiéndose datos anómalos en la emisión de gases y que continúan detectándose pequeños seísmos en el interior de la Isla que en anteriores décadas no se producían, aunque ni mucho menos tanto como entre abril y septiembre. En realidad, todos los expertos creen que el riesgo de erupción está siempre presente en las islas, sobre todo en Tenerife, con una actividad joven y en desarrollo, y que a pesar de ello las administraciones han desatendido la prevención.
Uno de los científicos del comité apunta que "se actuará con fuerza cuando pase algo, cómo no. Qué curioso que se insista en decir que no va a haber una erupción, mientras que las alertas, por ejemplo, por las fuertes lluvias se encienden cada dos por tres aunque no haya datos preocupantes. ¿Por qué? Por que ahí está fresca la tragedia de la riada en Santa Cruz, mientras la última erupción de Tenerife fue hace mucho, en 1909". La mayor parte de los expertos aclaran que no hay ninguna razón para la alarma, pero que sería conveniente mantener un control lo más coordinado posible. Ninguno esconde que en cualquier momento se puede producir una erupción en Tenerife, y que ante la imposibilidad de preverlo con la antelación deseada la mejor solución es la planificación.
La situación de prevención ha vuelto a como estaba antes de abril. Al quedar el comité científico desconvocado, la declaración de una nueva prealerta estaría en manos de las administraciones, con el asesoramiento, eso sí, de las entidades científicas que siguen vigilando, aunque cada una por su cuenta. El ITER lleva el seguimiento de la geodesia y la geoquímica y hace un parte semanal para Tenerife, El Hierro y La Palma con un semáforo tricolor, mientras el Instituto Geográfico Nacional controla los seísmos y el CSIC y la Universidad de La Laguna hacen labor de control complementario. Así sucedió el 30 de abril del año pasado cuando se encendió por primera vez la prealerta tras una reunión en Madrid del Comité de Evaluación de Riesgos Volcánicos, que advirtió de los parámetros inhabituales que empezaban a recogerse en la Isla.
A partir de ahí cierto nerviosismo y descoordinación pusieron de manifiesto que Canarias no parece estar del todo preparada para esta amenaza. Hubo discrepancias y el comité llegó a quedarse sin rango reglamentario para comunicarse con Protección Civil, que toma las decisiones finales ante las emergencias. Un Real Decreto del Ministerio de Administraciones Públicas, de junio, ponía al IGN de Madrid al frente de la vigilancia.
No pasará nada. Los responsables de las administraciones canarias confían en que no pasará nada y se cuidan mucho de evitar lo que entienden como alarmismo, para que éste no afecte a la llegada de turistas. Mientras, garantizan la seguridad con los planes de emergencia disponibles, prometen una mejora de los destinados específicamente a una erupción -con la inclusión de mapas de riesgo-, tratan de mejorar la red de detección y esperan poder configurar pronto un observatorio vulcanológico para Canarias, con la ayuda del Estado, que venga a suplir las carencias y los vacíos reglamentarios. Así lo pidió José Segura a Madrid el pasado 10 de noviembre. Digamos que Canarias ha vuelto a comenzar de cero, pero con la experiencia reciente de una reactivación volcánica que parece proseguir tímidamente y que la obliga a mantenerse al tanto.
Del primer aviso a la vuelta a la "normalidad". Primera alerta (30-04-2004). Los expertos envían una primera señal de alerta en la reunión del 30 de abril del Comité de Evaluación de Riesgos Volcánicos, en la sede de la dirección de Protección Civil, en Madrid. Se habla de datos anómalos, de seísmos en el interior de Tenerife inhabituales y de la necesidad de poner en marcha medidas de prevención.
semáforo amarillo. El primer parte del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables en el que el semáforo volcánico aparece en color amarillo en vez de verde es el del mes de mayo.
El seísmo de Icod (11-05-2004). Las advertencias de los científicos cobran cuerpo con el seísmo de 2,5 grados en la escala de Richter del 11 de mayo del año pasado en Icod. El movimiento genera cierta alarma en la población norteña y viene seguido de otros de menor magnitud.
El comité se pone en marcha. Las administraciones ponen en marcha el comité técnico de seguimiento, formado por las principales instituciones científicas: ITER, CSIC, IGN y Universidad de La Laguna. Emite partes semanales a través de los medios de comunicación y coordina la vigilancia. Al mismo tiempo, se refuerzan los medios de detección de parámetros.
El IGN toma el mando. El vacío legal sobre quién debe llevar el control lleva al Instituto Geográfico Nacional a obtener la responsabilidad a través de un Real Decreto del Ministerio de Administraciones Públicas.
El semáforo vuelve al verde (16-02-2005). Gobierno, Cabildo y delegación del Estado deciden volver a colocar el semáforo en verde, aunque los datos siguen ligeramente por encima de lo normal. Desaparece el comité y las demás medidas especiales de vigilancia.
Prosiguen los seísmos. Los datos de la actividad volcánica (seísmos, emisión de gases, deformaciones de terreno) han tendido a la calma en los últimos meses en comparación con lo que sucedió entre abril y septiembre, aunque siguen por encima de lo normal. Entre abril y septiembre se produjo una cadena de más de 600 pequeños terremotos en el interior de Tenerife, principalmente en la dorsal noroeste y el sistema Teide, de los que sólo cuatro fueron sentidos por la población y 149, localizados. Todos ellos parecen de raíz volcánica y suponen una novedad desde que se recogen datos sísmicos en la Isla, a mitad del siglo pasado, pues eran muy extraños en el interior, no así en el mar. La mayor parte de los expertos asocia este fenómeno (el número de seísmos en Tenerife se ha multiplicado por diez con respecto a los diez años anteriores) y la subida de las emisiones de gases a una reactivación de magma que puede quedar en nada o terminar en erupción en un plazo imprevisible. Últimamente se recogen menos seísmos, pero siguen produciéndose. Los seis últimos fueron los pasados días 4, 9 y 11, 14, 15 y 16 de este mes y sus epicentros se situaron en Guía de Isora (tres), Vilaflor (dos) y Adeje. Ninguno superó 1,5 grados en la escala Richter.
Fuente: La Opinión de Tenerife
La situación de prealerta volcánica de Tenerife por los parámetros anómalos a partir de abril duró 9 meses, el tiempo que estuvo el semáforo en amarillo. Gobierno canario, Cabildo y delegación del Estado han prescindido del comité de vigilancia y reconstruyen su política de prevención volcánica, mientras los expertos advierten que los datos siguen estando por encima de lo normal.
La decisión tomada el pasado 16 de febrero, en una reunión mantenida por las principales autoridades de Tenerife, de pasar el semáforo de vigilancia volcánica de amarillo a verde ponía fin a 9 meses y 16 días de una prealerta decretada ante el aumento anormal de los parámetros magmáticos. La determinación de los presidentes del Gobierno canario, Adán Martín, y el Cabildo, Ricardo Melchior, así como del delegado del Ejecutivo estatal en Canarias, José Segura, supuso la consiguiente suspensión de los trabajos del comité científico de seguimiento, que venía emitiendo un parte semanal.
El paso del amarillo al verde en el semáforo de cuatro colores (el naranja y el rojo son los grados de mayor riesgo), con el que se prescindió de una serie de medidas destinadas fundamentalmente al control y la prevención, fue justificado por las administraciones con el argumento de que se había detectado una cierta estabilidad en los diferentes registros, aunque la nota de prensa oficial reconocía que estos registros seguían siendo ligeramente superiores a lo habitual.
Tenerife se ha quedado sin comité de coordinación entre instituciones científicas. Pero, ¿se ha ido el riesgo? Miembros del comité científico que siguieron la crisis iniciada el 22 de abril del año pasado aclaran que siguen recogiéndose datos anómalos en la emisión de gases y que continúan detectándose pequeños seísmos en el interior de la Isla que en anteriores décadas no se producían, aunque ni mucho menos tanto como entre abril y septiembre. En realidad, todos los expertos creen que el riesgo de erupción está siempre presente en las islas, sobre todo en Tenerife, con una actividad joven y en desarrollo, y que a pesar de ello las administraciones han desatendido la prevención.
Uno de los científicos del comité apunta que "se actuará con fuerza cuando pase algo, cómo no. Qué curioso que se insista en decir que no va a haber una erupción, mientras que las alertas, por ejemplo, por las fuertes lluvias se encienden cada dos por tres aunque no haya datos preocupantes. ¿Por qué? Por que ahí está fresca la tragedia de la riada en Santa Cruz, mientras la última erupción de Tenerife fue hace mucho, en 1909". La mayor parte de los expertos aclaran que no hay ninguna razón para la alarma, pero que sería conveniente mantener un control lo más coordinado posible. Ninguno esconde que en cualquier momento se puede producir una erupción en Tenerife, y que ante la imposibilidad de preverlo con la antelación deseada la mejor solución es la planificación.
La situación de prevención ha vuelto a como estaba antes de abril. Al quedar el comité científico desconvocado, la declaración de una nueva prealerta estaría en manos de las administraciones, con el asesoramiento, eso sí, de las entidades científicas que siguen vigilando, aunque cada una por su cuenta. El ITER lleva el seguimiento de la geodesia y la geoquímica y hace un parte semanal para Tenerife, El Hierro y La Palma con un semáforo tricolor, mientras el Instituto Geográfico Nacional controla los seísmos y el CSIC y la Universidad de La Laguna hacen labor de control complementario. Así sucedió el 30 de abril del año pasado cuando se encendió por primera vez la prealerta tras una reunión en Madrid del Comité de Evaluación de Riesgos Volcánicos, que advirtió de los parámetros inhabituales que empezaban a recogerse en la Isla.
A partir de ahí cierto nerviosismo y descoordinación pusieron de manifiesto que Canarias no parece estar del todo preparada para esta amenaza. Hubo discrepancias y el comité llegó a quedarse sin rango reglamentario para comunicarse con Protección Civil, que toma las decisiones finales ante las emergencias. Un Real Decreto del Ministerio de Administraciones Públicas, de junio, ponía al IGN de Madrid al frente de la vigilancia.
No pasará nada. Los responsables de las administraciones canarias confían en que no pasará nada y se cuidan mucho de evitar lo que entienden como alarmismo, para que éste no afecte a la llegada de turistas. Mientras, garantizan la seguridad con los planes de emergencia disponibles, prometen una mejora de los destinados específicamente a una erupción -con la inclusión de mapas de riesgo-, tratan de mejorar la red de detección y esperan poder configurar pronto un observatorio vulcanológico para Canarias, con la ayuda del Estado, que venga a suplir las carencias y los vacíos reglamentarios. Así lo pidió José Segura a Madrid el pasado 10 de noviembre. Digamos que Canarias ha vuelto a comenzar de cero, pero con la experiencia reciente de una reactivación volcánica que parece proseguir tímidamente y que la obliga a mantenerse al tanto.
Del primer aviso a la vuelta a la "normalidad". Primera alerta (30-04-2004). Los expertos envían una primera señal de alerta en la reunión del 30 de abril del Comité de Evaluación de Riesgos Volcánicos, en la sede de la dirección de Protección Civil, en Madrid. Se habla de datos anómalos, de seísmos en el interior de Tenerife inhabituales y de la necesidad de poner en marcha medidas de prevención.
semáforo amarillo. El primer parte del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables en el que el semáforo volcánico aparece en color amarillo en vez de verde es el del mes de mayo.
El seísmo de Icod (11-05-2004). Las advertencias de los científicos cobran cuerpo con el seísmo de 2,5 grados en la escala de Richter del 11 de mayo del año pasado en Icod. El movimiento genera cierta alarma en la población norteña y viene seguido de otros de menor magnitud.
El comité se pone en marcha. Las administraciones ponen en marcha el comité técnico de seguimiento, formado por las principales instituciones científicas: ITER, CSIC, IGN y Universidad de La Laguna. Emite partes semanales a través de los medios de comunicación y coordina la vigilancia. Al mismo tiempo, se refuerzan los medios de detección de parámetros.
El IGN toma el mando. El vacío legal sobre quién debe llevar el control lleva al Instituto Geográfico Nacional a obtener la responsabilidad a través de un Real Decreto del Ministerio de Administraciones Públicas.
El semáforo vuelve al verde (16-02-2005). Gobierno, Cabildo y delegación del Estado deciden volver a colocar el semáforo en verde, aunque los datos siguen ligeramente por encima de lo normal. Desaparece el comité y las demás medidas especiales de vigilancia.
Prosiguen los seísmos. Los datos de la actividad volcánica (seísmos, emisión de gases, deformaciones de terreno) han tendido a la calma en los últimos meses en comparación con lo que sucedió entre abril y septiembre, aunque siguen por encima de lo normal. Entre abril y septiembre se produjo una cadena de más de 600 pequeños terremotos en el interior de Tenerife, principalmente en la dorsal noroeste y el sistema Teide, de los que sólo cuatro fueron sentidos por la población y 149, localizados. Todos ellos parecen de raíz volcánica y suponen una novedad desde que se recogen datos sísmicos en la Isla, a mitad del siglo pasado, pues eran muy extraños en el interior, no así en el mar. La mayor parte de los expertos asocia este fenómeno (el número de seísmos en Tenerife se ha multiplicado por diez con respecto a los diez años anteriores) y la subida de las emisiones de gases a una reactivación de magma que puede quedar en nada o terminar en erupción en un plazo imprevisible. Últimamente se recogen menos seísmos, pero siguen produciéndose. Los seis últimos fueron los pasados días 4, 9 y 11, 14, 15 y 16 de este mes y sus epicentros se situaron en Guía de Isora (tres), Vilaflor (dos) y Adeje. Ninguno superó 1,5 grados en la escala Richter.
Fuente: La Opinión de Tenerife
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