Comunicado conjunto de APC y UP: Nueva Canarias es muy vieja.
La última crisis de Coalición Canaria, la formación política que ha representado a un sector hegemónico de la derecha en nuestro Archipiélago, se ha saldado con la separación de un grupo de sus dirigentes y militantes. El rompimiento, sobre todo, irrumpió en las islas de Gran Canaria y Lanzarote. Ningún componente ideológico o programático estuvo detrás de este proceso de luchas personales o de facciones por cotas de poder. Los episodios que han conducido al cisma, pactado al fin con más arreglos que discordias, revelan en especial la reiteración de las viejas contradicciones entre peñas al servicio de las clases dirigentes.
La Historia de Canarias, durante el último siglo y medio, ofrece un amplio repertorio de casos de idéntica factura: enfrentamientos entre políticos de oficio y beneficio por intereses particulares, sin otro objetivo que disputarse cargos y prebendas. El fulanismo que siempre dominó en los tinglados caciquiles sigue imperando a sus anchas, escondido como siempre bajo el disfraz de supuestas necesidades colectivas.
El nacionalismo alternativo que proponen los artífices de la agrupación cismática no tiene crédito alguno. Los líderes de Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria, procedentes muchos de ellos de una izquierda nacionalista que traicionó sus convicciones por simple oportunismo y afanes de medro personal, han estado desde 1993 embarcados en el proyecto pan-insularista de Coalición Canaria con todas sus consecuencias, al que brindaron cobertura desde los más altos niveles de dirección. Son por ello, no sólo cómplices, sino responsables directos de los estragos que ha traído consigo para las capas populares la dominación práctica del complejo político-económico articulado en torno a los núcleos de la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), soporte de las antiguas Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), en alianza estratégica hasta hace bien poco con el Partido Popular. Desde el modelo especulativo en torno al REA y la RIC hasta la normativa electoral antidemocrática, pasando por las altas cotas de pobreza y marginalidad o el tráfico de favores y el tejido de redes clientelares de corte caciquil, los que ahora se denominan neo-canarios han sido firmes apoyos de las políticas implementadas por la derecha en estas latitudes. ¿Tienen acaso la menor legitimidad esas críticas que ahora destinan a sus colegas de antaño?
Los propósitos de Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria pasan por coaligarse con el Partido Nacionalista Canario, el Partido Nacionalista de Lanzarote (otro desgajamiento reciente de la Coca), Compromiso por Gran Canaria (oriundo del PP y aliado de Coalición en Las Palmas de Gran Canaria), Iniciativa Palmera y el Bloque Nacionalista Rural (Gáldar), a fin de competir electoralmente en 2007 con el que ahora denominan insularismo recalcitrante de ATI. Se trata, en suma, de otra componenda similar a la terció en las últimas elecciones municipales, insulares y autonómicas, dentro de la cual también estuvo el Partido Nacionalista Canario, adjunto en aquella oportunidad de tres entidades insularistas (Centro Canario Nacionalista, Partido de Independientes de Lanzarote e Independientes de Fuerteventura). Nada nuevo bajo el sol. Una vez más, estamos ante la pura expresión del fraccionalismo y de la sopa de letras que ha caracterizado a nuestra clase política. A semejanza de Coalición, redil que encerró a muchos de estos redentores, el postrer invento apela al centro progresista para hacer más de lo mismo.
No cabe imaginar que semejante conglomerado de intereses circunstanciales venga a representar otra manera de entender la política en Canarias, y tampoco suponer que de estos experimentados gestores de la cosa pública (cosa de oligarcas) puedan emanar beneficios para el pueblo con el desarrollo del flamante Régimen Económico y Fiscal. La palabra regeneración en boca de quienes ampararon todo tipo de corruptelas es un hiriente sarcasmo. Los neo-canarios han nacido ya viejos y con mucho lastre a sus espaldas, el que ellos mismos han ido cargando con tantas prestaciones a la gran burguesía. En comunión con los ex-populares de Compromiso por Gran Canaria, fortalecerán a lo sumo el insularismo grancanario en pugna con el tinerfeño. Y llegarán a entenderse en el futuro, si la ocasión lo requiere, con sus próximos correligionarios de Coalición por una larga singladura; ya se habla de copiar el modelo vasco del PNV-EA. La izquierda nacionalista de este Archipiélago, la que levanta consecuentemente las banderas de la Autodeterminación, la República y el Socialismo, nada positivo espera de unos camaleones a los que conoce muy bien. Son los de ayer, y en gran medida los de siempre.
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