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Lazos Rotos

Gleneagles sitiada en vísperas del G-8.

Protestas contra la globalización hacen que la ciudad escocesa de Gleneagles espere a los líderes de los siete países más industrializados y Rusia con una cerca de dos metros de altura y custodiadas por 3 000 policías.

La urbe escocesa de Gleneagles se presenta como una fortaleza en espera de los líderes de los siete países más industrializados y Rusia (G-8), asediada por protestas de grupos contra la globalización.

El hotel Gleneagles, sede de la cita que se realizará entre el miércoles y el viernes próximos, estará aislado del resto del mundo por una cerca de dos metros de altura, y custodiado por 3 000 policías.

Además, otros 10 000 trabajan para poder enfrentar la avalancha de más de 200 000 personas que participan desde el pasado sábado en mítines contra la pobreza, los cambios climáticos, las armas nucleares, la guerra y el racismo, entre otros temas.

El primer ministro británico, Tony Blair, que preside este año el G-8, presentará una agenda relacionada con la ayuda a los países pobres, en especial a los de África, y un acuerdo sobre cambios climáticos, en lo que encuentra la oposición de Washington.

De forma paralela al G-8 —al que asistirán unos 7 500 delegados y periodistas—, organizaciones no gubernamentales y agrupaciones de izquierda realizan debates sobre los mismos temas que se abordarán en Gleneagles.

Este lunes, dos días antes de que comience la cita, cerca de medio millar de activistas antinucleares británicos participaron en el bloqueo de los accesos a la base de submarinos atómicos Trident, en Faslane, Escocia, para protestar contra la existencia de armamento y portadores nucleares en Gran Bretaña y enviar un mensaje a la Cumbre del G-8 acerca del vínculo entre pobreza y gastos militares.

Muchos de los manifestantes conformaron grupos de hasta 10 personas frente a los diversos accesos a la base, y se esposaron entre sí para evitar ser cargados por la policía, que hasta el momento no hizo detenciones.

La protesta es organizada por la Campaña en favor del Desarme Nuclear (CND, según sus siglas en inglés), con el apoyo de la Campaña contra el Comercio de Armas y la Coalición Paren la Guerra. En ella participan dos parlamentarios escoceses, la verde Caroline Lucas, y el socialista Tommy Sheridan.

Uno de los portavoces de la manifestación, Joss Garman, declaró a radioemisoras británicas que mientras los líderes del G-8 hablan de poner fin a la pobreza, “nosotros mostraremos cómo son culpables de ella a través de la guerra y el gasto y el comercio armamentistas”.

La ciudad de Edimburgo, a unos 70 kilómetros de la sede del encuentro del selecto grupo de ocho naciones, fue escenario de varios foros, en los que se analizó la hipocresía de los países más desarrollados al tratar asuntos como la pobreza.

Voceros de esas organizaciones recordaron que unos 25 millones de niños africanos podrían morir antes de que los integrantes del G-8 alisten sus posiciones para el 2010 sobre una ayuda económica a esa región, la que se considera insuficiente.

Para el miércoles, cuando se inaugura la reunión, está prevista la principal manifestación de los grupos opuestos a la globalización, contra la ocupación anglo-estadounidense de Iraq y la pobreza, que tendrá lugar a unos 500 metros del citado hotel.

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