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Lazos Rotos

Por qué ATAN se opone al tranvía de Melchior. Nota de prensa de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN).

ATAN

Desde que empezó nuestra oposición a la obra del tranvía, hemos visto varias veces en los medios de comunicación críticas a esta actitud, comparándonos con los grupos ecologistas europeos, que sí apoyan dicha obra. Creemos por lo tanto necesario aclarar el motivo de dicha oposición, por si acaso no hubiese quedado ya claro en todos los artículos que hemos publicado al respecto en nuestra WEB. También es verdad que como, debido a la censura, el 98% de dichos artículos nunca llega a la prensa local, parece lógico que nadie comprenda nuestra actitud.

En primer lugar, nos resulta muy simpático que nos comparen con los “grupos europeos”. Por motivos políticos, y por razones legales, ATAN es un grupo ecologista europeo, con la misma capacidad y derecho de opinión que uno de Amberes, Bad Bergzabern, Grosseto o Port de France, por nombrar una RUP (como le gusta abreviarla a Adán Martín). Sin embargo, cualquiera de esos lugares tiene un nombre más “exótico” que le da cierto respeto ante ignorantes e indocumentados. Lo más gracioso es que, para el resto de los europeos, si hay algo exótico en la U. E. son estas islas perdidas en la costa africana.

Y, respecto al tranvía, el motivo de nuestro rechazo es muy simple: no estamos de acuerdo con el proyecto concreto del Cabildo, tan defendido por Ricardo Patrick Melchior y Víctor P. Borrego. Por supuesto que nos gustaría tener un tranvía como en muchas otras ciudades europeas, especialmente en Francia, Bélgica y países que tienen clara la necesidad del transporte público, sobre todo en épocas de crisis energética. El simple hecho de ver calles cerradas como Ángel Guimerá, con su asfalto lleno de coches apestosos transformado en unas vías, y el resto peatonalizado es una auténtica maravilla.

Sin embargo, nos duele mucho el gran gasto de dinero que esto ha supuesto, sobre todo porque esta línea de tranvía, si algún día funciona correctamente, sólo va a suplir alguna de las necesidades graves del transporte público entre Santa Cruz y La Laguna. Con la misma cantidad de dinero, construyendo carriles de guaguas por las mismas calles que se van a utilizar para el tranvía, se podría haber creado no una línea, sino 10. Además, el hecho de que el tráfico le tenga que dar preferencia al tranvía en todos los cruces, se puede hacer perfectamente con las guaguas.

La creatividad y el cerebro sirven para dar ideas. No hace falta poner raíles para tener un medio de transporte con prioridad en todos los cruces o con vías exclusivas por las que no pueden pasar los coches. Eso se puede hacer también con guaguas, simplemente creando los carriles por las calles actuales, y separándolos de los coches con un pequeño muro (por ejemplo). En los cruces, se ponen semáforos que cortan la circulación a los coches cuando viene una guagua, tal y como esperamos que se hará con el tranvía, y ya está, sin necesidad de grandes obras, sin tener que aumentar la producción eléctrica de la isla, y aprovechando las guaguas ya existentes. Si se trata de aumentar los puestos de trabajo, basta con poner más unidades y contratar a más conductores, pues la demanda aumentaría con toda seguridad.

En lugar de esto, el Cabildo ha levantado la mitad de las calles principales de Santa Cruz y La Laguna, perjudicando principalmente al transporte público, a pesar de que la obra se supone que es para beneficio del mismo. El odio hacia la guagua ha aumentado sensiblemente entre los usuarios, que, con toda seguridad, verán un desahogo en el tranvía, porque la situación actual es difícilmente empeorable. Nunca había habido un servicio de guaguas tan lamentable como el actual.

Con el dinero del tranvía se podría haber hecho un carril de guaguas por la autopista del norte entre Santa Cruz y el Aeropuerto, otro a San Andrés, otro hasta Santa María del Mar, desde el Cabildo a la estación de La Laguna por la Cuesta, de La Cuesta a Taco, por los Majuelos y la autovía de enlace, en la carretera de El Rosario desde Los Gladiolos a Taco y dentro de los centros urbanos de Santa Cruz y La Laguna. Y esto por no salir del área de influencia del tranvía.

A cambio, tendremos una línea que, si bien parece que podría resolver los problemas de transporte a pequeñas distancias entre los barrios altos de Santa Cruz y los bajos de La Laguna (Taco, Ofra, los hospitales, el Campus de Guajara, etc.), no resuelve ni siquiera el principal problema de tráfico entre ambas ciudades, que es un enlace rápido de centro a centro, y una salida rápida hacia el norte. Por lo tanto, la efectividad del Cabildo por haberse empeñado en el tranvía, a pesar de lo “bonito” que es, es diez veces inferior que si lo hubiese empleado en mejorar las guaguas.

El tranvía necesita paradas complicadas, una infraestructura de vías, cocheras específicas, y un sistema de alimentación por corriente que, seguramente, será menos eficiente que los motores de explosión, con lo que el rendimiento del mismo será inferior que el de una guagua, contaminando mucho más, sobre todo por la gran pendiente que hay entre Santa Cruz y La Laguna. Por supuesto, no contaminará directamente a lo largo del recorrido, sino en las centrales eléctricas, es decir, Granadilla, Las Caletillas o la Refinería. Y si el Cabildo quiere crear un parque eólico que produzca igual cantidad de megavatios que los que va a consumir el tranvía, igual podría hacerlo con las guaguas, y compensar, con el ahorro de la energía eléctrica renovable, su consumo de combustibles fósiles

Además, la ampliación del tranvía sólo es una propuesta. Si no se llega a ejecutar nunca, será un problema, pues una infraestructura tranviaria con una sola línea tiene problemas graves para su mantenimiento. ¿Qué pasa si se avería una unidad entre dos estaciones? ¿Qué pasa si, por una lluvia torrencial (por ejemplo) se estropea un solo metro de la vía? ¿Por dónde circularían los tranvías? ¿Cuánto tiempo tardaría en reponerse el tráfico? ¿Por dónde circularían las guaguas “alternativas”?

Por lo tanto, queda claro cuál es nuestra opinión: los tranvías están muy bien y son muy atractivos, pero donde no hay no se puede sacar. Aquí no hay costumbre ni infraestructura ferroviaria de ningún tipo. Lo normal, desde el punto de vista económico y ecológico es siempre aprovechar y reutilizar lo existente. Las guaguas podrían haberse mejorado y hacer el mismo servicio que el tranvía, por 10 veces menos dinero. Pero a Melchior no le gustan… ¿Cogerá él el tranvía para ir al Cabildo?

19 Septiembre 2005

Fuente: Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN)

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