Tercera semana internacional contra el muro del apartheid en Palestina.
Medios Alternativos / Palestina Libre.- Ha pasado más de un año fue el 9 de julio del 2004 - desde que la Corte Internacional de Justicia (C.I.J.) de La Haya consideró ilegal e injustificable el muro del apartheid que Israel empezó a construir en junio del 2002 dentro de los Territorios Palestinos Ocupados. Esta opinión consultiva de la C.I.J., adoptada por la Asamblea General de la ONU con el voto de 160 estados, insta a Israel a derribar este muro de la vergüenza y a indemnizar a los palestinos dañados por su trazado. Dicha sentencia rechaza los argumentos de Israel: un muro de seguridad habría sido construido a lo largo de su frontera reconocida por la ONU y no anexionando nuevas tierras palestinas, expulsando a sus habitantes y aislándolos en aldeas y ciudades ghetto.
Israel, como siempre, no ha respetado la recomendación de la C.I.J., al contrario, empezó a construir otro tramo del muro en Jerusalén Este cambiando sus limites y alterando su demografía con la exclusión de casi 55 000 palestinos y la anexión de Maâle Adumim, un asentamiento de más de 30 000 colonos. Una limpieza étnica planeada para hacer de Jerusalén una ciudad más judía e impedir, con la política armada de hechos consumados, que la parte oriental de la ciudad, ocupada ilegalmente sea algún día capital de un estado palestino independiente. Israel, potencia nuclear ocupante, está creando con el muro un nuevo sistema de Apartheid mucho más inhumano y terrorífico que el que conoció Sudáfrica. El muro divide los Territorios Palestinos; Israel pretende de esta forma romper la unidad nacional y cultural de los palestinos e impedir su emancipación política, económica y social. Es un paso más en el proyecto sionista colonialista en contra del proyecto democrático de un Estado palestino libre y soberano, lo que impide cualquier horizonte de paz en la región. Israel busca militarmente una paz de los cementerios que acabe con la esperanza y la lucha del pueblo palestino por la autodeterminación, la libertad y el retorno a su tierra de millones de refugiados.
La retirada de Gaza presentada como una iniciativa de paz es un simple repliegue militar y Gaza sigue cercada, convertida en una gran cárcel para un millón tres cientos mil palestinos. Toda la tierra palestina y su gente siguen en el punto de mira militar israelí, sitiados por tierra, mar y aire. De hecho, desde la supuesta retirada se han incrementado los ataques indiscriminados contra la población civil de Gaza:
Mediante bombardeos con aviones de combate F16, helicópteros apache y tanques.
Por medio de Estampidos Sónicos de aviones a reacción en vuelo rasante que rompen la barrera del sonido y provocan la rotura de vidrios, tímpanos, etc, así como efectos psicológicos. Este método no había sido empleado hasta ahora ya que hubiera podido afectar a los colonos.
Por último, desde la desconexión las fronteras tanto con Israel como con Egipto permanecen cerradas más tiempo, si cabe, que anteriormente.
La llamada desconexión unilateral sólo pretende desactivar el rechazo unánime al muro del apartheid y confundir a la opinión pública.
Hasta ahora la comunidad internacional no ha tomado ninguna iniciativa que obligue a Israel a cumplir las recomendaciones de la C.I.J. y la multitud de resoluciones de Naciones Unidas relativas a los derechos del pueblo palestino. El silencio, la pasividad y sobre todo el apoyo y el consentimiento tanto de EE.UU. como de la Unión Europea son los que permiten a Israel seguir cometiendo sus crímenes.
En este contexto, apoyamos el llamamiento de los 171 colectivos civiles palestinos a la sociedad civil internacional y a las personas concienciadas de todo el mundo, para imponer un amplio boicot y promover iniciativas de retirada de inversiones en Israel, como las aplicadas a Sudáfrica en la era del apartheid y presionar a nuestros gobiernos para que impongan embargos y sanciones contra Israel.
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