Ni un solo euro de los 50 millones en créditos ofrecidos por el gobierno español para el tsunami ha llegado a su destino.

Medios alternativos / Rebelión.- Los créditos FAD, que los países afectados no han aceptado, suponen más del 70 por ciento de la ayuda española para los supervivientes. Un año después del tsunami que arrasó las costas del Sudeste Asiático, ni un solo céntimo de los 50 millones de euros en créditos FAD comprometidos por el Gobierno español como “ayuda humanitaria” para los supervivientes de ese desastre ha llegado a su destino. Así lo denuncia la ONG Intermón Oxfam en un nuevo informe publicado la pasada semana.

Estos créditos –que constituyen el grueso (más del 70 por ciento) de los 70,7 millones de euros en ayuda anunciados en su día por el Gobierno– no han sido aceptados por el momento por ninguno de los gobiernos afectados. Como explica el informe, titulado "Los FAD para el tsunami se quedan en casa", los créditos obligarían a países que acaban de sufrir un desastre a endeudarse en el momento en el que más necesitan todos sus recursos para atender a la población y hacer frente a la reconstrucción.

Además, los créditos encarecen la ayuda o hacen que sea totalmente inadecuada, porque son créditos que, en su mayoría, están condicionados a la compra de productos españoles, a menudo más caros que los locales y no adaptados a las necesidades de la población afectada. “Los FAD son herramientas diseñadas para promover la internacionalización de las empresas españolas y no la asistencia humanitaria o el desarrollo. No son un instrumento adecuado, y menos si se anuncian en fase de emergencia”, explica Irene Milleiro, responsable de Acción Humanitaria en el departamento de Campañas y Estudios de Intermón Oxfam.

“El Gobierno seguirá encontrando muchas dificultades para hacer efectiva la ayuda en forma de créditos, y, además, es una forma de ayuda contraria a los compromisos internacionales que ha asumido”, añade Irene Milleiro. “Dado que los países afectados por el tsunami cuentan con mucha más ayuda que otros países que sufren crisis, lo mejor que podría hacer el Gobierno con esos 50 millones de euros es convertirlos en una donación para el recién reformado Fondo de Naciones Unidas para Emergencias, que sirve para atender de forma inmediata y eficaz a cualquier crisis, incluidas las olvidadas”.