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Lazos Rotos

Las claves de la división en el PSOE de Tenerife.

Pedro Anatael Meneses

Prensa digital / Canarias Digital.- La destitución de Pedro Anatael Meneses ha provocado una revuelta en todo orden dentro de las filas del socialismo tinerfeño y ha hecho aflorar lo que muchos ya sabían: las grandes diferencias estratégicas y programáticas entre dos sectores de este Partido.

La actual situación hunde sus raíces en el resultado del último congreso de los socialistas tinerfeños, realizado en Noviembre de 2004. Allí la confluencia de intereses de la Ejecutiva Regional (es decir, Juan Carlos Alemán), la delegación del Gobierno (José Segura) y el llamado lobby de los alcaldes (que son los Buenavista, Guía, El Rosario, Granadilla, Candelaria y el propio secretario general, es decir el de Adeje) lograron derrotar a Santiago Pérez por un estrecho margen de votos.

Precisamente eso es lo que los unía: la necesidad de ocupar el poder, de derrotar a un enemigo común que representaba las posiciones más comprometidas con el desarrollo sostenible y una línea claramente diferenciada de Coalición Canaria.

Querían los ganadores, también, garantizarse el ejercicio del poder que ya tenían (sea desde la ejecutiva de los socialistas canarios, desde la delegación del gobierno y desde los ayuntamientos) sin que un poder mediador como lo es la Agrupación Socialista de Tenerife (hegemónica en el contexto del socialismo canario) pudiera minimizar o matizar su línea política. Es decir, una ejecutiva que no ejerciera. Para ello, Rodríguez Fraga “el desaparecido” era el mejor que podría representar ese papel.

Y es que estos dos grupos defienden estrategias muy distintas para moverse en el farrogoso pantano de la política tinerfeña y canaria:

Un sector, el crítico, es decir el perdedor del Congreso, convive o se acerca a algunas o a muchas de las posturas del movimiento ciudadano, especialmente cuando éste resalta sus planteamientos en positivo. Sus figuras más conocidas son Santiago Pérez. y Pedro Anatael Meneses

También en muchos puntos programáticos e ideológicos existen diferencias. Mientras los críticos plantean priorizar las inversiones en las infraestructuras medioambientales como las depuradoras de agua, plantas de reciclaje de residuos, desarrollo de tecnologías limpias y una política energética basada en renovables, las posturas del sector oficialista basa su discurso en la defensa del Plan de infraestructuras de transporte de Coalición Canaria, es decir, puerto de Granadilla, segunda pista del Reina Sofía, anillo insular, vía exterior, etc.

En política de transportes, los críticos resaltan los compromisos de las resoluciones del Partido y de su programa electoral, basado en la potenciación de la guagua ofreciendo que sean más baratas, más rápidas (con carriles bus), más asiduas, más ecológicas, más cómodas. Mientras, que la realidad de la actuación de la Ejecutiva Insular ha sido permitir que los consejeros del Cabildo y cercanos a esa Ejecutiva, Domingo Medina y José Vicente González pactaran el destino de 10 millones de Euros procedentes del Estado hacía el tranvía.

También en la RIC podrían existir diferencias. Sobre este debate todavía no se ha profundizado en el seno socialista, pero parece que también aquí podrían resaltar las diferencias ya que los críticos presentaron una propuesta para que la RIC se reoriente. Pretenden que sus ventajas fiscales y económicas se traduzcan en un beneficio para toda la población y no exclusivamente para los empresarios, y especialmente los más grandes, como ahora sucede. Sin embargo, desde los oficialistas de Fraga, Alemán y Segura, no se tiene un especial interés en este debate, ya que así es la mejor fórmula para mantener el status quo.

Esta línea política, representada por la Ejecutiva Insular, la Ejecutiva Regional, la Delegación del Gobierno y algunos de los alcaldes basan su estrategia en convencer a la ciudadanía que CC está agotada por llevar muchos años en el poder, pero sin llegar a plantear grandes cambios, de hecho, en el fondo están pensando especialmente en pactar con Coalición Canaria después del 2007, por eso ahora “no se les puede cabrear, ni hacer una oposición excesivamente dura”. Por ello, estos mismos sectores rechazan o ningunean a los movimientos sociales. Recuerdan que después de la gran movilización de Vilaflor, CC logró sacar en Tenerife los mejores resultados de su historia en el 2003.

Sin embargo, esa confluencia ideológica no es, por ahora, una familia unida. Las aspiraciones de Juan Carlos Alemán, de José Segura y del propio Jerónimo Saavedra a la candidatura a la presidencia del gobierno canario, colocan al socialismo canario en una encrucijada que nadie sabe como acabará. También han aparecido últimamente diferencias entre la Ejecutiva Insular y la de los socialistas canarios que vienen a complicar el panorama.

La consolidación de una opinión pública sólida favorable a una alternativa de gobierno que sea una propuesta realmente diferenciada de lo que hay, ha reforzado a los críticos que cada día están más fuertes. De hecho, el último comité Insular, máximo órgano entre congresos, demostró la fuerza que los ampara. Sin embargo, todos ven como una necesidad la unión porque podrá ser la mejor garantía para afrontar con éxito el 2007, pero para ello será necesario llegar a muchos acuerdos, y el tiempo corre deprisa.

canariasdigital.org

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