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Lazos Rotos

Cristina Tavío y la Constitución Española de 1978.

Foros ciudadanos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Que el Partido Popular se opuso a la Constitución Española de 1978 es algo que a nadie se le escapa. Que ese mismo partido se pretende presentar ahora ante la sociedad -a parte de como un auténtico nido de corrupción en Canarias- como el único que defiende la Constitución, frente al resto de la humanidad en su conjunto, que quiere destruirla, es otra de las contradicciones esperpénticas a las que se enfrenta el Estado Español.

Ahora bien, la lectura que ellos hacen de la Constitución es -digámoslo así- especial. La interpretan a su manera y hay capítulos de la Carta Magna que no terminan de digerir correctamente. Y, es sobre todo, la que se refiere a los derechos fundamentales de los ciudadanos la que no termina de encajar muy bien en un partido que, en ocasiones, se muestra como una auténtica rémora de un pasado que creíamos lejano. Tan lejano que hace más de 30 años que enterramos al Generalísimo, que murió tranquilamente en la cama.

Y es que doña Cristina Tavío, de los Tavío de toda la vida, está muy molesta con el ejercicio de un derecho fundamental básico, como el derecho de concentración y manifestación, por parte de unos colectivos ciudadanos que no piensan como ella. No tuvo la señora reparo alguno en levantar la mano, o apretar el botón, en el Parlamento de Canarias para rechazar el simple debate de la mayor iniciativa legislativa popular presentada nunca antes en Canarias, 56.000 firmas cuando la Ley exige 15.000, y jamás se la ha oído criticar la censura de los medios de comunicación, ni los insultos que se nos lanzan domingo tras domingo desde editoriales de periódicos como El Día. Eso a ella le resulta divertido dentro de su particular visión de la Democracia.

Cristina Tavío, muy finamente, viene a decir lo mismo que el mayor bocazas del mundo, que es su compañero en el Cabildo, que cobra de nuestros impuestos una pasta sin que nadie sepa exactamente a qué se dedica, cuando decía que si los grupos ecologistas quieren opinar de algo "que se presente a las elecciones", como él. Cristina Tavío, sin embargo, no sólo no desautorizó a su compañero sino que dice que la acampada pacífica y ejemplar que ocupó una pequeña zona de la Plaza de la Candelaria no se debió producir porque es como si se cerrara el acceso a un hospital o como si no se permitiese jugar a los niños en un parque. Una muestra de cinismo sin precedentes dado que la Plaza de España y de La Candelaria -en todo caso- está todo el año llena de chiringuitos de todo tipo.

El mayor enemigo del Crimen de Granadilla, que ella defiende como todos los tradicionales caciques que gobiernan y mangonean en esta isla desde épocas inmemoriales, no son los grupos ecologistas que jamás hubieran sido capaces de sacar a más de cuatro o cinco mil personas a la calle contra este atentado sin precedentes, porque, para bien o para mal, la mayoría de los ciudadanos tienen preocupaciones diarias que no les permiten estar al tanto de todo lo que pasa. La gente se ha lanzado a la calle por decenas de miles, contra todo el Parlamento, todo el Cabildo, contra casi todo el Ayuntamiento de Santa Cruz, casi todo el Ayuntamiento de Granadilla -Coalición Canaria en Granadilla defiende lo mismo que nosotros, aunque Adán Martín se ha olvidado de sus compañeros cuando regresó de Bruselas disparando hacia todas partes-, contra las editoriales de El Día, de Diario de Avisos, de La Opinión; contra casi todas la radios desde las que se nos insulta casi todos los días... por otros motivos mucho más importantes que la costa de Granadilla, o que se quieran cargar el puerto de Santa Cruz. Y es que 56.000 personas han firmado en papel timbrado, con su DNI, con su dirección y su número de Teléfono contra esta inmoralidad y ustedes no han querido ni discutir sobre el asunto. Sin debatirlo siquiera tiraron decenas de miles de firmas a la basura, como cuando expropiaron ilegalmente a unos ciudadanos un edificio para ponerse unos despachos de puta madre, con la misma sangre fría.

Y desde ese momento, es como si a nivel de España se hubiese presentado una ILP de tres millones de firmas y el Parlamento se niegue a debatirla, es cuando el Crimen de Granadilla ha quedado definitivamente muerto y enterrado. Y los que no creen en la participación ciudadana, ni en la Democracia, ni en el derecho a discrepar o disentir, ni en el derecho de manifestación ni concentración -de los que no piensan como ellos, porque los mayores "pancarteros" ahora mismo en España son los del Partido Popular-, ni se creen obligados a cumplir con la leyes, ni en la libertad de expresión, ni en nada de eso; también están quedando casi definitivamente desenmascarados. Entre ellos doña Cristina Tavío, con todo respeto.

Pero amiga Cristina, ¿cómo se puede ser tan bestia con lo fina que es usted? Si hasta el amigo Hilario, que en un principio nos mandó a la policía municipal a desalojarnos, nos puso letrinas, luz eléctrica y nos ofreció bocadillos cuando consultó con el primer abogado que se tropezó la animalada que suponía pretender oponerse a la acampada. Parece de chiste, pero con este ganado tenemos que arar.

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