El barco se hunde, Irak y la corrupción hacen trizas a lo que queda del segundo mandato de Bush.
Medios alternativos / IAR-Noticias.- El barco se hunde, Irak y la corrupción hacen trizas a lo que queda del segundo mandato de Bush, y nadie quiere quedarse en cubierta para ser devorado por el agua y los tiburones que acechan a los aventureros de las conquistas petroleras. Las críticas y las divisiones comienzan a desmoronar el exitoso proyecto "neoconservador" que marcó la dinámica de la política exterior norteamericana desde el 11-S en adelante.
Nadie quiere quedarse en el Titánic de Bush. Mientras, las más importantes figuras republicanas afrontan la encrucijada de permanecer vinculadas al barco de Bush, o producir una diáspora partidaria que los aleje de la alicaída imagen presidencial con vistas a los comicios legislativos de fin de año.
La sensación se profundiza con las incesantes encuestas registrando que la mayoría de estadunidenses se opone a la ocupación de Irak y no apoya al presidente en la nueva escalada guerrerista contra el "terrorismo" que quiere imprimirle al país ocupado por las tropas norteamericanas.
Una nueva encuesta del Pew Research Center difundida el miércoles,señala que la aprobación de Bush ha bajado a 33 por ciento, y que entre los republicanos se ha desplomado de 89 por ciento en enero de 2005 a 73 por ciento.
Mientras tanto, el sondeo encuentra que la palabra más empleada anteriormente por los encuestados para describir a Bush: "honesto", ahora es "inepto", mientras que "idiota" y "mentiroso" son empleadas con mucha más frecuencia que hace un año.
Los sondeos que muestran una inesperada erosión del apoyo a Bush entre los republicanos más firmes y los independientes, se debe, principalmente, a la creciente percepción de que el mandatario es incompetente.
"La competencia no es un tema partidario", escribió Alan Abramowitz, cientista político de la Universidad de Emory de la sudoriental ciudad de Atlanta, en la edición dominical del periódico The Washington Post.
"Hay una creciente preocupación entre los republicanos ante la posibilidad de perder el control de ambas cámaras si los comicios de mitad de periodo se convierten en un referéndum sobre un presidente con una aprobación en el entorno de 30 por ciento o peor", agregó.
De modo similar, la derecha cristiana, que en los últimos años se volvió el sector más decisivo del electorado republicano, se ha enfrentado con "moderados" y "libertarios" del partido, que son seculares y aborrecen los intentos de legislar o imponer de otro modo una visión religiosa de la moral a toda la nación.
La extraordinaria popularidad de Bush luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 -y su capacidad para traducirla en victorias legislativas y electorales- generalmente mantuvo satisfechas a todas las facciones principales del Partido Republicano.
Algunos, como los de Wall Street, se inquietaron por el impacto de su unilateral política exterior, cuando está vigente un sistema multilateral del cual las corporaciones multinacionales obtuvieron beneficios sustanciales. También les preocupa el impacto de las enormes reducciones impositivas sobre el déficit federal.
Tras la exitosa campaña de 2004 por la reelección, la unidad comenzó a desfallecer, debido a la creciente impresión de que, pese a las reiteradas garantías del gobierno, la ocupación militar de Irak no iba bien en absoluto y que Bush no tenía un "plan de fuga" viable.
Todavía se suele considerar que un dominio demócrata de alguna de las cámaras del Congreso -y más aún de las dos- está lejos. Pero la perspectiva es tomada cada vez más en serio por analistas políticos de Washington.
Mientras se desploma la posición del presidente George W. Bush en las encuestas, al gobernante Partido Republicano se le dificulta más que nunca mantener la unidad en asuntos clave como política exterior, inmigración y libertades civiles [...]
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neike -