Lecciones del 75º aniversario de la II República española.
Medios alternativos / La Haine.- James Petras*. "La victoria del fascismo español, aliado con los nazis en Alemania y con Mussolini en Italia, fue el detonante más importante del comienzo de la consecución de un imperio mundial por parte de Alemania. Hoy existe una situación análoga en relación con las guerras coloniales de Estados Unidos en Oriente medio y el sudeste asiático".
El 75º aniversario de la II República española, nos ofrece muchas lecciones políticas que son relevantes hoy. La corta vida de la Segunda República, 1931-1939, coincide con el alzamiento del imperialismo a escala mundial y el resurgimiento de las luchas revolucionarias de obreros y campesinos en España, Francia, China, India y otros lugares. La victoria del fascismo español, aliado con los nazis en Alemania y con Mussolini en Italia, fue el detonante más importante del comienzo de la consecución de un imperio mundial por parte de Alemania.
Hoy existe una situación análoga en relación con las guerras coloniales de Estados Unidos [EEUU] en Oriente medio y el sudeste asiático. Tras la fácil conquista imperial en Europa del Este y los estados balcánicos, el imperialismo estadounidense logró la destrucción militar de Yugoslavia con el apoyo activo de la Unión Europea [UE] y la OTAN. Tras ello, el imperio estadounidense se expandió hasta la antigua URSS, estableciendo regímenes clientelistas y bases militares en Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y otros lugares. La derrota imperialista de Iraq en la Primera Guerra del Golfo fue animada por sus aliados israelíes para ampliar su colonización de Palestina mediante las expulsiones étnicas a gran escala.
A finales de 2002, el arco del imperio estadounidense se extendía desde el Báltico, pasando por Europa Central, hasta el sudeste asiático, con la excepción de Líbano, Siria, Irán, Iraq y Afganistán. La invasión estadounidense de Iraq vino motivada por el objetivo de completar "el arco del imperio" y, además, las aspiraciones hegemónicas regionales del Estado israelí. Los estrategas imperialistas y sionistas en Washington, visionaron una serie de "soluciones finales" para los estados antiimperialistas: lograr la conquista de Iraq, seguida de nuevas guerras y amenazas para derrocar a los regímenes iraní y sirio.
Sin embargo, las guerras secuenciales de EEUU para crear un Nuevo Orden Mundial Hitleriano han sido, de momento, abortadas por el poderoso movimiento de liberación nacional en Iraq. Washington, animado por la euforia triunfalista tras su exitosa conquista en Yugoslavia, se enfrenta a la hora de la verdad con la resistencia armada y civil en Iraq. La maquinaria de guerra [estadounidense] está estancada; el número de bajas [estadounidenses] crece, los costes se disparan y los grandiosos planes de guerra de un mundo unipolar se han roto. El ejército imperial está desmoralizado; los voluntarios no se alistan, los soldados desertan, se extiende el número de personas descontentas. Las nuevas guerras imperiales se convierten en discutibles y en poco realistas para los verdaderos estrategas políticos en Washington.
Al igual que las victorias del fascismo en España en la década de 1930 encendieron la llama de las guerras imperiales de 1939-1945, así las guerras imperialistas estadounidenses en los Balcanes y en el Golfo en la década de 1990 hicieron detonar las guerras coloniales del nuevo milenio. Sin embargo, la guerra del pueblo iraquí ha llevado a una cara derrota de los planes estadounidense de un imperio mundial y ha multiplicado su efecto, debilitando la capacidad el estado imperialista estadounidense para implicarse en nuevas invasiones imperialistas y conquistas contra las fuerzas antiimperialistas en cualquier parte de Asia, Oriente medio o América Latina. Al igual que el éxito del fascismo en España llevó a una mayor expansión del fascismo [en el mundo], las derrotas llevan a una crisis y finalmente a la desaparición de los sueños imperialistas. Del mismo modo la derrota del imperialismo estadounidense, primero en Indochina y ahora en Iraq, obligará temporalmente, más tarde o más temprano, a una limitación del imperialismo militar.
La segunda lección de la República Española es el aspecto central de tener un Estado compatible con la configuración social del régimen. La división entre un ejército fascista y una sociedad civil izquierdista lleva al levantamiento del ejército y a la derrota de la República. Hoy, cuando el Presidente Chávez y el gobierno de Venezuela se mueven hacia la izquierda y abrazan los programas antiimperialistas y un programa pro-socialista, la consolidación y la integración de un ejército leal se convierte en un imperativo.
La lección del pasado, en concreto el trágico resultado de la II República Española, es un punto de partida para apoyar a la heroica resistencia iraquí y los avances sociales de la República [Bolivariana] de Venezuela.
Binghamton (Nueva York), 28 de marzo de 2006. Texto original en inglés para la web del 75º aniversario de la II República Española (www.nodo50.org/republica) traducido por Paloma Valverde.
* Sobre el autor: Durante la década de los años 60, y antes de licenciarse, James Petras (1937) fue militante de los derechos humanos y líder estudiantil en la Universidad de Berkeley (California, EEUU). Se doctoró en Filosofía. Desde 1960 a 1973 enseñó y dirigió investigaciones en algunos países latinoamericanos, especialmente en Chile, donde colaboró con el gobierno de Salvador Allende. Tras el golpe de Estado de Pinochet, Petras fue miembro del Tribunal Russel sobre la represión en América Latina junto a Julio Cortázar y Gabriel García Márquez. En las décadas de los años 70 y 80 participó activamente en el movimiento de derechos humanos que combatió las torturas y desapariciones provocadas por las dictaduras latinoamericanas, y escribió para renombrados periódicos de izquierda: Le Monde Diplomatique, New Left Review, Monthly Review. Entre 1982 y 1984 fue director del Instituto de Estudios Mediterráneos de Atenas. Petras también enseñó en la Universidad de Pennsylvania y fue director del Proyecto de Estudio del Desarrollo Latinoamericano del Instituto de Administración Pública de la misma universidad. Actualmente es profesor en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton.
0 comentarios