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Lazos Rotos

Los maestros y el primer ciclo de la ESO.

Medios alternativos / Magec.info. Carmelo Agustín Martín Sánchez. En cierta ocasión me preguntaba por curiosidad un compañero licenciado qué habíamos hecho los maestros para ocupar las plazas del primero ciclo de la ESO. Le contesté que absolutamente nada, porque hacía muchísimos años que veníamos dando clase en 7º y 8º de EGB, que correspondía a lo que ahora era el primer ciclo de la ESO. En realidad, no sé a quién se le había ocurrido la "genial" idea de pasar al alumnado de esta edad de los colegios a los institutos, al mismo tiempo que permitir sólo a los licenciados dar clase allí, con todos los problemas que el tiempo está demostrando que trae consigo.

Pues bien, después de que un tribunal le diese la razón a un sindicato de licenciados en el sentido de que los maestros no podíamos impartir clases en Secundaria, la Consejería de Educación pretende que se cumpla la sentencia para el próximo curso, decisión muy loable si se hiciera de forma justa y respetando los derechos que otros docentes también tenemos.

Me explico. Para empezar, según datos ofrecidos por los sindicatos, alrededor de quinientas plazas estarían afectadas por esta decisión. Si tenemos en cuenta la cantidad de maestros interinos y sustitutos que trabajan en el primer ciclo de la ESO y que, al no permitírseles ocupar estas plazas, se van a quedar sin trabajo, ya estamos ante una situación grave. La mayoría de estos maestros no va a obtener una plaza en educación infantil o primaria, por el simple hecho de que la Consejería cada año busca la manera de recortar en vez de crear más plazas educativas.

Por otra parte, la alternativa que ofrece la Consejería de Educación a maestros como yo, que obtuvieron en su día un destino definitivo en el primer ciclo de la ESO en un concurso general de traslados, pero que, acogiéndonos a la posibilidad de estar más cerca de nuestros domicilios hemos solicitado una comisión de servicios de acercamiento, es la de volver a ese destino definitivo para jubilarnos allí. Dicho de otra manera, no tendremos el derecho a la movilidad que la ley garantiza a los funcionarios. Si quiero cambiar de centro educativo debo abandonar la Secundaria y pasarme a Primaria. Y no es que se acabe el mundo aquí, pero no hace falta ser pedagogo o psicólogo para comprender que todos los maestros no reunimos las mismas cualidades para trabajar con una edad o con otra: por eso todos mis años de docencia, y ya son diecisiete, he impartido clases en este ciclo. Además, está claro que cualquier profesional rinde más y mejor cuando está a gusto en su puesto de trabajo, y esto lo debería tener en cuenta la Consejería cuando se preocupa por los porcentajes de fracaso o éxito escolar.

En medio de todo esto yo me pregunto: si ya se sabía de antemano lo que iba a ocurrir con las plazas del primer ciclo de la ESO, ¿para qué nos han permitido a los maestros impartir clases y obtener un destino definitivo en este nivel, si ahora resulta que somos un estorbo y no se sabe qué hacer con nosotros?

Pero el colmo de los despropósitos es que se permita a los maestros en comisión de servicios por cargo directivo en el primer ciclo permanecer un año más en dicha plaza. ¿Es que no son maestros iguales que los demás? Esto es un agravio que no se puede tolerar bajo ningún concepto porque la ley es la misma para todos.

Confío en que este escrito llegue a tiempo y que los sindicatos, que tienen la obligación de representarnos, hagan todo lo imposible por impedir que semejante atropello se lleve a cabo. Porque está bien que se cumplan los derechos de unos, pero no a costa de los de los otros.

Carmelo Agustín Martín Sánchez
(El Guanche)

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María Suárez -

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