Nuevo crimen de guerra. La única democracia de Oriente lanza ahora sus bombas contra bañistas palestinos. La familia Ghalia perdió a seis miembros en el bombardeo. En 2005 había perdido a cuatro.
Agencias / Rebelión / Haaretz/The Associated Press.- Traducido del inglés para Rebelión por LB. El mayor daño causado por el ataque artillero llevado a cabo el viernes por el ejército israelí contra una playa de Gaza lo ha sufrido la familia Ghalia, que ha perdido a seis de sus miembros, entre ellos el padre, una de sus dos mujeres, un chico y una bebé de 18 meses.
Hace menos de dos años cuatro miembros de la familia Ghalia resultaron muertos cuando un proyectil disparado por el ejército israelí cayó sobre la granja de la familia, situada en la ciudad de Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza. Los militares israelíes habían dirigido sus ataques contra ese área en respuesta a fuego de mortero palestino.
Ali Ghalia, un campesino palestino, se había ido a la playa con sus dos esposas y sus nueve hijos, y la familia estaba disfrutando de un picnic cuando recibieron el impacto de un proyectil de la artillería israelí.
Hoy era su primer día de playa este verano. Se había llevado a los niños para que jugasen. Es el destino, dijo Nasreen Ghalia, una cuñada del padre.
Nasreen informó que uno de los sobrevivientes es una niña de siete años, Hadeel, que aún ignora que ha perdido a sus padres y hermanos. La familia ha ordenado a los visitantes que no revelen la noticia a la niña.
Hadeel fue hospitalizada con metralla en el cuello. Tres hermanastros y hermanas y su madrastra permanecen ingresados en otros hospitales, algunos de ellos en estado grave.
Ahora Hadeel es huérfana, dijo Nasreen, que no se encontraba en la playa con la familia.
Con los ojos arrasados de lágrimas, el marido de Nasreen, Ramadan, alza sus manos al cielo preguntando qué va a hacer con los hijos de su difunto hermano. Sólo Dios lo sabe, dice.
Este es mi sitio, no pienso irme a ninguna parte, declaró Nasreen. Sólo quiero que los israelíes nos dejen en paz.
El fuego de artillería esparció miembros humanos, destruyó una tienda y lanzó al aire sábanas ensangrentadas sobre las que los bañistas habían estado sentados. Inmediatamente se formó una multitud que se agitó despavorida gritando y corriendo histéricamente de un lado para otro.
Kamal Ghobn acababa de llegar a la playa en autobús acompañado de cerca unos 50 familiares en el momento en que se produjo el ataque.
Estaba aparcando el autobús y todos bajaron para dirigirse a la playa. Cuando cerré la puerta oí el estampido de los proyectiles y sentí una aguja en el costado, declaró Ghobn, que resultó levemente herido por la metralla. Dijo que vio caer cuatro proyectiles. Ningún miembro de su familia resultó herido.
Ghobn dijo que se lanzó a recoger a una mujer para llevarla en su autobús para que recibiera atención médica.
Después del ataque, una sollozante muchacha yacía sobre la arena, llorando desconsoladamente por su padre. ¡Padre! ¡Padre!, gritaba junto al cuerpo inmóvil de un hombre tendido sobre la arena.
Un hombre asió el cuerpo mutilado de lo que parecía ser una muchacha o una mujer joven. ¡Musulmanes, contemplad esto!, gritaba.
Los servicios de emergencias de los hospitales palestinos quedaron desbordados. Un doctor de emergencias permanecía de pie a la entrada de la playa, gritando a las ambulancias y dirigiendo el tráfico mientras que seguían despejando la playa de heridos y de trozos de cuerpos.
El ejército israelí dispara frecuentemente contra espacios abiertos del norte de la Franja de Gaza desde los que los militantes palestinos lanzan cohetes Kassam de fabricación casera contra Israel. Los continuos ataques de la aviación y la artillería israelíes apenas han conseguido detener los rudimentarios cohetes, que aterrizan sobre Israel casi diariamente. Los cohetes son muy poco certeros pero en algún caso han llegado a ser fatales.
Aunque Israel ha instado a la población civil a permanecer alejada de las zonas de lanzamiento de los cohetes Kassam, recientemente se han producido otras bajas civiles. A principios de abril una niña de 8 años resultó muerta cuando proyectiles disparados por tanques israelíes alcanzaron su casa, y el mes pasado tres miembros de una familia, incluido un niño de 6 años, murieron en un ataque del ejército israelí contra el vehículo en el que viajaban. El misil tenía como objetivo un militante palestino que viajaba en un vehículo próximo.
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