Antifascismo y memoria histórica.
Movimiento alternativo / Rompamos el Silencio.- La resistencia a la dominación y la lucha por la transformación social tiene múltiples caras. Una de ellas es el antifascismo, que adopta la forma de una oposición frontal a una ideología y a una forma de poder basada en la fuerza, en la superioridad de unas razas sobre otras, en la anulación de las libertades conquistadas a lo largo de la historia por las clases trabajadoras de todo el mundo, en una concepción reduccionista del ser social.
El fascismo surgió en una época como instrumento del poder para detener el fantasma revolucionario que estaba a punto de sacudir la historia de la explotación de los ricos sobre los desheredados de la tierra. Es por ello que no se puede hablar de antifascismo sin recordar que éste no fue sino la forma más extrema adoptada por el modelo de dominación capitalista en un momento en que estaba a punto de desaparecer. Fue la solución para asesinar los esfuerzos, los proyectos y las ideas de millones y millones de personas que querían construir un mundo basado en la solidaridad, la igualdad, la justicia y la libertad. Un intento de anular lo público y lo político de nuestras sociedades y nuestras vidas.
En el estado español, el fascismo se cobró cientos de miles de vidas a través de un levantamiento armado contra una república popular, impuso un régimen dictatorial y trató de eliminar cualquier rastro de libertad: asesinando, encarcelando, torturando... Durante 40 años trató de borrar la memoria de todos aquellos que entregaron sus vidas para la consecución de un mundo libre, igualitario y justo.
A pesar de ello y contra viento y marea, multitud de colectivos e individualidades tomamos hoy el relevo de nuestros abuelos y queremos gritar con fuerza que no les olvidamos y que no perdonamos a sus asesinos. Tampoco perdonamos a aquellos que se encargaron de diseñar un disfraz cosido a la medida de sus verdugos y al que llamaron transición a la democracia, gracias al cual en la actualidad una gran cantidad de responsables de la represión franquista continúa en la cúspide del poder ( judicial, policial, militar, político, económico...)
Con la excusa de no crear rencores, de no abrir heridas, de no remover la historia, se nos priva hoy de recordar la memoria de todos los antifascistas que entregaron su vida y su libertad por derrotar al fascismo, se nos impide levantar las fosas comunes donde les enterraron, se nos impone toda una nomenclatura fascista de nuestras calles, barrios, pueblos y ciudades.
No sólo queremos recordar a todos los represaliados y asesinados, también necesitamos recuperar sus ideas, así como la centralidad de la política en nuestras vidas para superar el orden social capitalista, tal y como ellos nos enseñaron con su práctica. Para ello consideramos de máxima importancia la autoorganización en todos los barrios de todos los pueblos y ciudades. No sólo para no olvidar el fascismo, no sólo para oponernos frontalmente al nuevo fascismo que levanta y militariza vallas contra los inmigrantes, que explota a personas obligadas a huir de la miseria y el hambre impuesta por el consumo y el imperialismo global de los países ricos.
También queremos construir un mundo nuevo donde el dinero, la explotación y la competencia no tengan cabida, donde no haya distinciones de razas ni de sexos, donde no se obligue a los pueblos a formar parte de estados que no reconocen. Queremos decidir, participar, intervenir, autodeterminar-nos: como mujeres y hombres, como pueblos, como niños, como trabajadores no asalariados, como consumidores responsables, como disidentes de un sistema que criminaliza y encarcela a todo aquello que se mueve con fuerza y pensamiento autónomo.
Rompamos el silencio. Hoy como ayer, por la revolución social... NO PASARÁN.
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