800.000 euros para limitar la libertad de expresión.
Manuel de la Rosa Hernández / Artículos de opinión.- El Ayuntamiento de Santa Cruz manifiesta que ha gastado 800.000 euros en mantener limpia la ciudad de carteles, pintadas y murales durante los tres últimos años. Está bien mantener la ciudad en las mejores condiciones posible pero también debería ser preocupación del consistorio capitalino el velar por los derechos fundamentales de los ciudadanos como son los de la libertad de expresión. Parece que este servicio se ha puesto en marcha más con el afán de impedir dicho ejercicio que para una supuesta preocupación por la limpieza.
Si esta fuera la preocupación real del alcalde y su equipo de gobierno municipal deberían poner los medios para que la ciudadanía se pueda expresar mediante los medios habituales de cartelería, murales,... facilitando los correspondientes paneles y chirimbolos en lugares estratégicos de la ciudad. Solo existen contados de estos artilugios metálicos en algunos puntos. La ciudad y los barrios deberían contar con soportes adecuados para que se pueda expresar la ciudadanía.
Tanto afán por mantener una imagen de la ciudad no se ha visto cuando lleva años de patas arriba con la proliferación de obras de infraestructura por doquier.
Probablemente mucho de ese dinero se podría haber ahorrado de haber puesto estas y otras soluciones. En cualquier caso en aras de la libertad de expresión las ordenanzas municipales deben flexibilizar mucho lo de lugares no permitidos, pues también hay numerosas vallas y muros de obras que deberían poderse utilizar sin más cortapisas para la colocación de carteles. El reduccionismo de la interpretación de la norma y el carácter inquisitorial de quienes la promueven limitan esas posibilidades. Los agentes municipales y los empleados que ejercen estas funciones de limpieza deberían contar con instrucciones que colaboren a facilitar el ejercicio adecuado de la libertad de expresión y no impedirlo en cualquier caso.
Cuando llega cualquier campaña electoral la ciudad se llena de paneles por todos lados y sin embargo la vida democrática no debería reducirse a su ejercicio cada cuatro años.
Los responsables municipales y la empresa concesionaria señalan que los carteles se pegan habitualmente en los mismos lugares, pues si eso es así se deberían ir habilitando en esos espacios todo lo necesario para que esa expresión pueda ejercerse sin cortapisas colocando paneles, chirimbolos o vallas según las posibilidades en cada caso.
Todos los centros municipales y públicos en general deberían contar también con los correspondientes paneles para facilitar la colocación de publicidad de actividades sociales de cualquier tipo, así como todo lugar concurrido.
Los presupuestos municipales del próximo ejercicio deberían incluir una partida de gastos relativos a la colocación de soportes adecuados para facilitar la libertad de expresión de los ciudadanos y sus organizaciones sociales.
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