Aumenta el rechazo a inmigrantes africanos en España.
Medios alternativos / DW-World/ inSurGente.- Más de 18.500 refugiados llegaron este año al archipiélago canario, tres veces más que en todo 2005. Pero los africanos siguen siendo una pequeña minoría en el país. Dos clases diferentes de turistas llegan a tierra en Los Cristianos. Por la mañana, africanos debilitados y hambrientos bajan de sus precarias embarcaciones en el muelle del paraíso turístico de Tenerife. No tienen pasaporte, algunos ni siquiera equipaje, ni calzado. Pocas horas más tarde llega al puerto en el sur de la isla canaria un ferry del que descienden turistas con grandes maletas y bolsos. España quiere recibir siempre más turistas, pero a los africanos es preferible quitárselos de encima lo antes posible...
Ante la incesante avalancha de cayucos que llegan a las Islas Canarias, crece en España el rechazo a los inmigrantes ilegales. El presidente del gobierno canario, Adán Martín, los considera un peligro para la seguridad. Sintiéndose abandonado por el gobierno de Madrid, Martín solicitó ayuda a la Unión Europea y a Naciones Unidas para enfrentar la crisis migratoria.
Tres veces más que en 2005. Más de 18.500 refugiados llegaron este año al archipiélago canario, tres veces más que en todo 2005. Como los centros de acogida en las islas no aumentaron su capacidad, el gobierno español distribuye a los africanos -unos 11.000 en lo que va del año- en aviones chárter entre metrópolis como Madrid o Barcelona, donde tarde o temprano quedan librados a su suerte.
Ahora estalló la discusión entre las distintas comunidades españolas sobre la acogida de los recién llegados. Nadie parece querer albergarlos. Cinco comunidades gobernadas por el opositor Partido Popular acusaron al gobierno central de trasladar un excesivo número de ilegales a su territorio.
Los conservadores ven en el desplazamiento de los africanos una prueba de que la política de inmigración del presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero esa en realidad una chapuza. Sin embargo, fueron los populares quienes inventaron esta modalidad de transporte en 2002, cuando gobernaban en Madrid.
Actitud ambivalente. España se ha convertido en un paraíso de la inmigración ilegal, se quejó el diario El Mundo. Los inmigrantes son tan bien tratados que cada vez quieren venir más. Son salvados por la Guardia Costera en alta mar; organizaciones de ayuda les dan alojamiento y cuidados.
Los españoles tienen una actitud ambivalente ante estos ilegales. Por un lado consideran que los africanos son víctimas que necesitan ayuda, pero también los ven como una amenaza. El color oscuro de la piel de los recién llegados no desempeña un papel menor. Despiertan viejos prejuicios que en Europa estaban enterrados hace siglos en el inconsciente, advierte Antumi Toasije, de la Federación Panafricana en España.
Pero los africanos siguen siendo una pequeña minoría entre los inmigrantes ilegales que habitan España. Según El Periódico, sólo el 4,5 por ciento de la inmigración irregular llega a través de cayucos. Las principales puertas de entrada no son las Canarias, sino Madrid y los Pirineos.
Al aeropuerto de Madrid, Barajas, llegan miles de latinoamericanos que no necesitan visado para entrar en España. En los Pirineos, autobuses cargados con búlgaros o rumanos cruzan la frontera franco-española. Pero casi nadie toma nota de estos flujos, quizás porque son menos espectaculares que la dramática llegada en cayucos y sus protagonistas tienen piel blanca.
Un artículo de DW-World, la página web de la Deutsche Welle.
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