EEUU pagó a periodistas cubanos para que criticaran al gobierno de Cuba.
Diario alternativo / Periódico Granma.- Al menos 10 influyentes periodistas del sur de la Florida, entre ellos tres de El Nuevo Herald, recibieron miles de dólares durante varios años del gobierno de Estados Unidos por comparecer en programas de radio y televisión en las llamadas Radio y TV Martí, creadas para emitir propaganda anticubana y desestabilizar la situación en la Isla.
Los dos que más pagos recibieron fueron reporteros veteranos y una colaboradora de El Nuevo Herald. Pablo Alfonso, quien reporta sobre Cuba y escribe una manipulada columna de opinión, recibió casi 175 000 desde el 2001 por conducir programas en Radio y TV Martí, informó el propio libelo miamense.
La periodista "independiente" Olga Connor recibió unos 71 000, y el reportero Wilfredo Cancio Isla, quien cubre temas relacionados con la comunidad cubana en Miami y asuntos políticos, obtuvo casi 15 000 en los últimos cinco años.
Alfonso y Cancio fueron despedidos inmediatamente después de que The Miami Herald, la empresa matriz de El Nuevo Herald, cuestionó a los editores del diario en español sobre esos pagos. La relación de Connor con el rotativo fue terminada también.
Otros que cobraron pagos de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba, que opera Radio y TV Martí son: Helen Aguirre Ferré, editora de la página de opiniones del Diario Las Américas; el columnista y reportero Ariel Remos; Miguel Cossío, director de noticias del Canal 41, y el columnista Carlos Alberto Montaner, cuyas opiniones se publican en El Nuevo Herald y en The Miami Herald.
Montaner ha estado vinculado con la CIA, así como con organizaciones contrarrevolucionarias responsables de acciones terroristas contra Cuba. También cobra por atacar a Cuba Juan Manuel Cao, reportero del Canal 41, quien recibió 11 400 dólares de TV Martí este año. Cao negó en oportunidades anteriores haber recibido paga por su actividad anticubana.
La noticia no resultó sorpresa en Cuba, donde periodistas de la Isla han denunciado reiteradas veces, incluso por su nombre, el mercenarismo de periodistas que reciben paga del gobierno norteamericano para atacar a la Revolución cubana.
Mucho menos, como ya se ha dicho, para los anexionistas asalariados de la Oficina de Intereses en La Habana, quienes reciben las migajas que se asignan por el gobierno norteamericano para la subversión, porque el grueso se lo distribuyen en Miami, como se aprecia en este caso.
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