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Lazos Rotos

La expulsión silenciosa.

Documento_viaje1Palestina / Comité Democrático Palestino - Chile.-El expansionismo sionista en Palestina tiene como pilar fundamental la expulsión de los palestinos de sus tierras. Cuando Golda Meir pronunció su tristemente celebre frase “Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, este slogan se estrelló contra una realidad incuestionable e innegable: La tierra tenía un pueblo…, un pueblo milenario, con cultura y tradiciones y con fuerte arraigo y profundas raíces. (Clic para ampliar la fotografía: Documento de viaje otorgado a un palestino donde se indica en hebreo, inglés y árabe: Ultima Renovación de permiso de estadía)

Entonces, la respuesta y la solución estratégica del sionismo es “vaciar” esta tierra de su milenario pueblo. De esta forma el año 1948, se logró expulsar a mas del 75% de la población de los territorios palestinos que fueron ocupados por las bandas militares y paramilitares sionistas, que posteriormente pasaron a formar parte del naciente estado de Israel, ocupando el 78% de la superficie de Palestina. El año 1967, el resto de Palestina (Cisjordania, Jerusalén y Gaza), cayó bajo la ocupación de Israel. Desde entonces, una sistemática y planificada política de “Transferencia, o Transfer” cuyo objetivo es vaciar Palestina de sus habitantes para facilitar la anexión de más tierras palestinas y la construcción de asentamientos para colonos dentro de estas tierras ocupadas. Para ello se utilizan todo tipo de “leyes” (Un palestino no puede: tener doble nacionalidad, viajar sin visa de retorno, vivir en forma prolongada en el extranjero…), artimañas ( no dar permisos de construcción para los palestinos, tramites muy prolongados, inventar motivos para demoler las casas, expulsar a los palestinos de Jerusalén aludiendo que sus “centros de actividades se encuentra fuera de la ciudad”, …), dificultar la subsistencia (cierres, Check Points, cortes de consumos básicos, especialmente el agua, allanamientos, golpizas, detenciones, opresión y castigos colectivos…), la represión militar, el uso de las armas y todo que la fértil y macabra imaginación sionista podía inventar. ¡Todo lo necesario para que un palestino emigre y que nunca vuelva a su hogar. Es la Transferencia Silenciosa…

En una Conferencia denominada “No permitir el retorno equivale a la expulsión” llevada a cabo esta semana en la ciudad palestina de Ramala, el Dr. Adel Samara, provocó “dolorosas risas” cuando exclamó: “si hubiera sabido que mi esposa que volvió de Estados Unidos hace mas de 30 años, llevaba una visa por 3 meses, no me habría enamorado de ella, no me habría casado y no habríamos tenido hijos y nietos”. “Soy uno de los Divorciados por las políticas israelíes”, añadió.

El año 1975, el Dr. Adel, se casó con una palestina que estudió en Estados Unidos. Ella volvió a Ramala, su ciudad natal para lo cual las autoridades de ocupación le otorgaron una Visa por 3 meses para estar en su propia casa y ciudad. Durante 31 años lleva renovando esta visa para lo cual debe viajar cada 3 meses al extranjero y cuando se lo permiten, volver nuevamente. Nunca logró obtener un “permiso” definitivo para quedar con su familia, esposo e hijos.

Este caso es similar a miles donde por cualquier artificio, Israel impide que los palestinos que viven en el extranjero por motivos de estudios o trabajos puedan volver a sus casas y ciudades. Además, hay más de 50 mil familias que hoy viven en Cisjordania y Jerusalén que son amenazados con medidas administrativas que implicarán la disgregación de estas familias y su expulsión de sus tierras Son cientos de miles de palestinos que en los últimos años salieron de Palestina y hoy no pueden volver. A éstos hay que sumar los más de 5 millones de Refugiados Palestinos y sus hijos expulsados en 1948.

¡Con seguridad, cerca de nosotros hay un palestino que por algún motivo, no puede volver a vivir en su propia casa y suelo patrio, donde nació y creció!

Lo mas triste y paradójico que los palestinos son impedidos de volver a sus casas por autoridades que en su gran mayoría extranjeros provenientes de todos los rincones de la tierra. Llegan a Israel y automáticamente por el solo hechos de profesar el judaísmo, se convierten en ciudadanos (con todos los privilegios), autoridades y gobernantes, expulsando a la población palestina que por miles de años son habitantes de esa tierra.

Además, el silencio internacional es cómplice. No existe un verdadero interés de facilitar una solución basada en el derecho y la legalidad que la misma comunidad internacional ha establecido. Sólo priman los intereses económicos, militares y geopolíticos.

A modo de ejemplo, fue “amargo” ver la reacción de Francia y la Comunidad Europea frente al caso del soldado Shalit capturado en combate por militantes palestinos, un francés que llegó a Israel para servir en un ejército de ocupación, combatir y agredir gente que no conoce, lejos de Francia su verdadera patria y a miles de kilómetros de su país. Sin embargo los Consulados de esos mismos países, ocultan la expulsión silenciosa de los palestinos que portan sus nacionalidades…

Santiago, 20 de Septiembre de 2006.

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