Familiares de las víctimas de la guerra en Arucas luchan por recuperar sus restos.
Familiares de las víctimas de la Guerra Civil critican el "mutismo absoluto" de la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria en el retraso en la tramitación del expediente para rescatar a sus muertos de Los pozos del olvido.
La Consejería, según algunos familiares, "da pretextos para no avanzar en el expediente" que permitiría exhumar con métodos científicos los restos de los represaliados durante el régimen de Franco, que se hallan en los pozos de Arucas, a pesar de que el Cabildo aprobó hace dos años por unanimidad una moción para tramitar el expediente y abrir un punto de información para los familiares.
Según testimonios transmitidos de modo oral y que se recogen en la exposición Los Pozos del Olvido, promovida por la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas (AMHA), las denuncias de que se habían escuchado gritos en el interior de los pozos fueron acalladas días después con "camiones que arrojaron piedras, tierra y escombros" al interior de las simas.
Fueron cuatro simas: El Francés, Llano de Las Brujas, barranco de Tenoya y el ubicado en el puente del barranco aruquense, a las que se arrojaron los "desaparecidos" de la Guerra Civil y sus secuelas.
La muestra que se exhibe en Arucas está compuesta por 25 paneles con fotos de los desaparecidos, testimonios y diversos documentos, aunque no se podrá encontrar nada acerca de quienes ordenaron los crímenes, pues la asociación no quiere desvelar sus identidades porque sus descendientes no tienen la culpa y, en muchos casos, el silencio es tal que muchas personas desconocen que sus abuelos fueron los artífices de tanto dolor.
Se especula que fueron entre 3.000 y 5.000 las personas desaparecidas en el Archipiélago, de los que el historiador Juan Medina Sanabria ha comprobado que 66 eran de Arucas, aunque esta cifra no es definitiva porque los archivos desaparecieron.
Además, "rara es la familia que no tiene uno o dos desaparecidos en Arucas" -con 33.200 habitantes actualmente-, pero aún no se atreven a denunciar sus casos "por miedo a posibles represalias o porque quieren olvidar esa página fea" de la historia.
Así lo interpreta la vicepresidenta del AMHA, Balbina Sosa, cuyo padre militó en la Federación Obrera y fue encarcelado en la prisión de Gando, en Telde, aunque pudo salvar su vida y regresar a casa; eso sí, con huellas de latigazos y una herida abierta en el pecho de 35 centímetros.
El objetivo de la asociación, que considera que en Gran Canaria no hubo Guerra Civil, sino "exterminio de ideas y personas", es recuperar a los jornaleros y concejales de las simas en las que fueron arrojados vivos o moribundos, identificar sus restos mediante técnicas genéticas y entregarlos a sus familiares, afirmó su presidenta, Pino Sosa.
El coste del proyecto asciende a 1.227.342 euros, aunque los expertos admiten que el estado de conservación de los huesos puede suponer un gran problema a la hora de localizarlos e identificarlos ya que, debido a los gases presentes en las fosas y la existencia de agua, los restos de los cadáveres pueden haberse desintegrado.
Desde su dolor, que no desde el rencor, la presidenta del AMHA, Pino Sosa, pide justicia y el reconocimiento público, social e institucional de las víctimas del franquismo y de sus familiares, estigmatizados durante muchos años.
Pino Sosa seguirá al frente de la lucha por recuperar los restos de los represaliados y, mientras tanto, se siente gratificada con la muestra pues "ha puesto rostro a las palabras" y, con 80 visitas diarias, ha sido un éxito y el Gobierno canario y el Ayuntamiento de Arucas han decidido prolongarla otro mes.
Fuente: Canarias Ahora
La Consejería, según algunos familiares, "da pretextos para no avanzar en el expediente" que permitiría exhumar con métodos científicos los restos de los represaliados durante el régimen de Franco, que se hallan en los pozos de Arucas, a pesar de que el Cabildo aprobó hace dos años por unanimidad una moción para tramitar el expediente y abrir un punto de información para los familiares.
Según testimonios transmitidos de modo oral y que se recogen en la exposición Los Pozos del Olvido, promovida por la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas (AMHA), las denuncias de que se habían escuchado gritos en el interior de los pozos fueron acalladas días después con "camiones que arrojaron piedras, tierra y escombros" al interior de las simas.
Fueron cuatro simas: El Francés, Llano de Las Brujas, barranco de Tenoya y el ubicado en el puente del barranco aruquense, a las que se arrojaron los "desaparecidos" de la Guerra Civil y sus secuelas.
La muestra que se exhibe en Arucas está compuesta por 25 paneles con fotos de los desaparecidos, testimonios y diversos documentos, aunque no se podrá encontrar nada acerca de quienes ordenaron los crímenes, pues la asociación no quiere desvelar sus identidades porque sus descendientes no tienen la culpa y, en muchos casos, el silencio es tal que muchas personas desconocen que sus abuelos fueron los artífices de tanto dolor.
Se especula que fueron entre 3.000 y 5.000 las personas desaparecidas en el Archipiélago, de los que el historiador Juan Medina Sanabria ha comprobado que 66 eran de Arucas, aunque esta cifra no es definitiva porque los archivos desaparecieron.
Además, "rara es la familia que no tiene uno o dos desaparecidos en Arucas" -con 33.200 habitantes actualmente-, pero aún no se atreven a denunciar sus casos "por miedo a posibles represalias o porque quieren olvidar esa página fea" de la historia.
Así lo interpreta la vicepresidenta del AMHA, Balbina Sosa, cuyo padre militó en la Federación Obrera y fue encarcelado en la prisión de Gando, en Telde, aunque pudo salvar su vida y regresar a casa; eso sí, con huellas de latigazos y una herida abierta en el pecho de 35 centímetros.
El objetivo de la asociación, que considera que en Gran Canaria no hubo Guerra Civil, sino "exterminio de ideas y personas", es recuperar a los jornaleros y concejales de las simas en las que fueron arrojados vivos o moribundos, identificar sus restos mediante técnicas genéticas y entregarlos a sus familiares, afirmó su presidenta, Pino Sosa.
El coste del proyecto asciende a 1.227.342 euros, aunque los expertos admiten que el estado de conservación de los huesos puede suponer un gran problema a la hora de localizarlos e identificarlos ya que, debido a los gases presentes en las fosas y la existencia de agua, los restos de los cadáveres pueden haberse desintegrado.
Desde su dolor, que no desde el rencor, la presidenta del AMHA, Pino Sosa, pide justicia y el reconocimiento público, social e institucional de las víctimas del franquismo y de sus familiares, estigmatizados durante muchos años.
Pino Sosa seguirá al frente de la lucha por recuperar los restos de los represaliados y, mientras tanto, se siente gratificada con la muestra pues "ha puesto rostro a las palabras" y, con 80 visitas diarias, ha sido un éxito y el Gobierno canario y el Ayuntamiento de Arucas han decidido prolongarla otro mes.
Fuente: Canarias Ahora
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