Venezuela: ¿por qué los EEUU quieren derrocar a Chávez?
La parte más compleja y mucho más de fondo de la intervención de los Estados Unidos en Venezuela consiste en examinar cuáles son sus intereses ocultos en esta campaña de desestabilización del Gobierno de Chávez.
Venezuela es junto con Brasil un punto estratégico para la coordinación y acción sobre las repúblicas sudamericanas y la integración de estas al ALCA. El interés político de los EEUU es mantener su liderazgo, hegemonía militar y control económico de la región.
América Latina, desde el sur del Río Bravo hasta la Patagonia argentina, está considerada como una de las reservas biológicas más ricas del mundo. Con grandes riquezas de petróleo, gas natural, biodiversidad, agua, minerales, etc., recursos virtualmente inmensos que son apetecidos por las compañías norteamericanas.
Estados Unidos pretende ocupar aquí un puesto primordial. Pero pretende también impedir la constitución del MERCOSUR. Tratando, por lo tanto, de reducir en lo posible la presencia y la influencias extrañas en esta área, y reorientando a las repúblicas sudamericanas hacia el ALCA.
La política exterior de los Estados Unidos se ocupa, ahora más que antes, de emplear su influencia para crear un equilibrio continental favorable a sus intereses. En esa lucha involucra la geoestrategia, que es la gestión estratégica de los intereses geopolíticos.
El ALCA, en el que participaran sectores del gran capital financiero, consorcios multinacionales, especialmente ligados a la familia Bush y sus allegados en extracción e industria del petróleo, y las oligarquías del área ligadas al capital trasnacional estadounidense, es el pivote estratégico de la penetración estadounidense en la región.
En la nueva fase de expansionismo del capitalismo, como es la Globalización, el ALCA es la herramienta que los EEUU necesitan para consolidar el poder mundial frente a sus dos rivales comerciales: el Japón y la Unión Europea. Venezuela forma parte de ese proyecto de alcance geoestratégico continental de los EEUU.
El ALCA responde a los llamados "intereses nacionales" y forma parte de un reposicionamiento geoestratégico de los EEUU en América Latina, ante el descontento popular creciente producido por las políticas neoliberales impuestas por los organismos financieros internacionales.
Apoderarse de Venezuela es tener el control de vastos recursos naturales, especialmente hidrocarburos, gas natural, hierro, bauxita, diamantes y otros minerales. Igualmente que recursos acuíferos y biodiversidad, tan necesarias para el futuro patrón de desarrollo del siglo XXI.
Su posición geopolítica es estratégica, con fronteras con Colombia, Guyana y Brasil. Especialmente ahora que existe la posibilidad de que Lula Da Silva obtenga el triunfo electoral en la segunda vuelta de elecciones programadas para el 27 de este mes (27.10.02). Es por esa razón que es de esencial importancia para los EEUU derrocar a Chávez a la mayor brevedad posible, antes de que su posición sea reforzada por el triunfo electoral de Lula.
Venezuela es uno de los pilares del grupo de países que se resiste a la recolonización estadounidense por medio del proyectado ALCA; razón por la cual, el retorno de la derecha al poder en Venezuela es una garantía para las trasnacionales norteamericanas.
Por ser Venezuela uno de los miembros más importante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), puede ser el elemento clave para terminar con ella, especialmente frente a la futura agresión de Irak para instalar un gobierno pronorteamericano que privatice el petróleo y saque al país de la OPEP.
Es evidente que los objetivos del ALCA chocan con proyectos como el MERCOSUR y con regímenes poco dóciles como el de Chávez en Venezuela y probablemente Lula en el Brasil. Con la irrupción de Lula en el Brasil, se puede establecer una nuevo equilibrio en América del Sur, inconveniente para las pretensiones del Imperio Global. ¡Hay que sacar a Chávez antes que llegue Lula!
Fuente: El Nuevo Diario :: Gustavo-Adolfo Vargas (Politólogo)
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