Caos y falta de electricidad y telefonía en Tenerife.
Partidos políticos / Unidad del Pueblo.- Un dispositivo de 300 policías y guardias civiles patrullan desde anoche las calles de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna para garantizar la seguridad y evitar el pillaje. Hasta ahora, y según los datos facilitados por el subdelegado del Gobierno español en las Canarias occidentales, se ha detenido a seis personas por actos de pillaje durante la noche del lunes. Ambas ciudades siguen sin luz a causa del paso de la tormenta tropical Delta. No será hasta el viernes cuando recuperen en su totalidad el suministro de electricidad, según las previsiones oficiales.
Los fallos en el fluido eléctrico afectan todavía a unos 200.000 abonados en Tenerife, 2.623 en Gran Canaria, 2.100 en Lanzarote, 956 en Fuerteventura y 217 en La Palma. Aunque en la tarde de ayer volvió la luz a algunos puntos de Santa Cruz de Tenerife, el problema en esta isla sigue siendo grave, tal y como admite el gobierno autonómico. Los servicios de emergencia y abastecimiento trabajan para evitar que el área metropolitana de Tenerife, formada por Santa Cruz y La Laguna, vuelva a pasar otra noche sin luz. En algunos hogares, llevan más de 17 horas sin corriente. El trabajo es complicado, ya que las seis torretas caídas en el sur de Tenerife precisan de cinco grúas, cuando sólo trabaja una.
La tormenta tropical, que ha causado un muerto y cuatro heridos a su paso por las Islas Canarias, abandono ayer, al mediodía, el archipiélago dejando cuantiosos daños materiales en núcleos urbanos y en la agricultura. Los fuertes vientos, de hasta 200 kilómetros por hora, provocaron además el cierre de puertos y aeropuertos, que poco a poco van recuperando la normalidad. El temporal también hizo naufragar una patera a 400 kilómetros al sur de las islas, con unos 50 inmigrantes a bordo. Seis de ellos murieron y 12 han desaparecido. Delta se desplaza ahora hacia Marruecos, donde se espera que pierda fuerza al tocar tierra.
La falta de suministro eléctrico también ha provocado fallos en los sistemas de telefonía, que en el caso de la móvil afectaban al 25% de las líneas de El Hierro, al 20% de las de Tenerife, al 13% de las de Lanzarote y al 11% de las de La Palma. En cuanto a la telefonía fija, los daños afectan a unas 10.650 líneas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 3.599 de la de Las Palmas.
Poco a poco todo el archipiélago se recupera de las consecuencias de los fuertes vientos provocados por el Delta, que en algunos puntos de la cumbre de Tenerife alcanzaron los 200 kilómetros por hora, y todos los puertos y aeropuertos de Canarias se encuentran abiertos, aunque registran retrasos, y ya son muy pocas las carreteras por las que no se puede circular. Sin embargo, muchos colegios y centros de enseñanza de todo el archipiélago continúan sin clases, mientras que también se han suspendido las intervenciones quirúrgicas previstas en los centros hospitalarios. Los efectos de la tormenta se han dejado sentir también en la actividad política, comercial y social de las islas, que se han visto suspendidas.
El patrimonio histórico y cultural de la isla de Gran Canaria ha sido el que más ha sentido los vientos del Delta, ya que además de romper el monumento natural conocido como El Dedo de Dios, una roca basáltica de 30 metros de altura que emergía del mar en Agaete, también ha causado el desprendimiento de cinco metros cuadrados de la cubierta del Parque Arqueológico de la Cueva Pintada de Gáldar, uno de los más importantes de España, cuya apertura estaba prevista para este año. En cuanto a los daños personales, hay que lamentar la muerte de siete personas: un hombre de 63 años de Puerto del Rosario (Fuerteventura) que arreglaba el tejado de su casa y seis inmigrantes subsaharianos que viajaban en una patera que se hundió el lunes a causa del fuerte oleaje a 400 kilómetros al sur de Gran Canaria.
Los 26 inmigrantes supervivientes de la tragedia, en la que se han dado por desaparecidas a otras 12 personas, llegarán hoy al Puerto de Las Palmas de Gran Canaria a bordo del buque Esperanza del Mar. En el archipiélago los efectos del viento causaron, además, heridas a, al menos, cuatro personas. Además de los destrozos en el material urbano de las ciudades, y el desprendimiento de trozos de tejados, muros, carteles luminosos y árboles y palmeras, los vientos han causado graves destrozos a la agricultura, hasta el punto de que el sector ha solicitado al Gobierno de Canarias que haga un informe para que se declare zona catastrófica. Los mayores efectos en el campo se han sentido en Tenerife y Gran Canaria, y de forma más virulenta en La Palma y El Hierro, donde el campo presenta "una visión desoladora", según el presidente de la organización agraria Asaja en Canarias, Roberto Góiriz.
En La Palma también persistían problemas con el suministro eléctrico, aunque las líneas principales se restablecieron.
Todos los puertos y aeropuertos quedaron ayer operativos y en Gran Canaria se restableció el suministro eléctrico que afectó a miles de personas en varios municipios del norte de la isla.
En el conjunto del Archipiélago permanecían anoche cortadas o semicortadas al tráfico ocho carreteras, dos en Gran Canaria, tres en Tenerife y otras tres en La Palma.
En Gran Canaria un dispositivo de 250 operarios del Cabildo Insular y medio centenar de bomberos del Consorcio de Emergencias se emplearon a fondo para limpiar las carreteras afectadas que fueron abiertas al tráfico, salvo la de Pagador-Moya y Firgas-La Laguna, que sólo tenían operativo un carril en ambos sentidos.
La normalidad vuelve hoy a los colegios del Archipiélago, salvo los de los municipios de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna y otros seis centros más de Tenerife, Fuerteventura y Gran Canaria, que han sido dañados por el temporal. En Gran Canaria permanecerán cerrados el colegio de Caideros, en Gáldar, y el IES de La Aldea.
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