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Lazos Rotos

El Faraón se muere...

Agapito de Cruz Franco / Artículos de opinión.- Las recientes modificaciones a la Ley del Sector Eléctrico Canario del pasado 15 de diciembre de 2005 en el Parlamento, y por la que el Gobierno pasa por encima de las competencias propias de los Municipios, son la gota que colma el vaso en ese continuo y ascendente proceso de descomposición, de la ya de por sí endeble democracia representativa de Canarias.

No se puede argumentar que el interés público es la razón para que un Gobierno cercene, curiosamente, el interés público de una sociedad que se manifiesta en la calle o a través de sus representantes más directos y cercanos: los Ayuntamientos. ( Ya no les sirve eso de que son las Instituciones democráticas las que deben decidir y no una Manifestación. Ahora tampoco tienen la decisión parte de esas Instituciones democráticas. ¿Llegará un tiempo en que la espada diga que tampoco el resto de Instituciones?) Una decisión semejante es la definición más precisa de una dictadura, gobernar contra lo que quiere el pueblo y sus Ayuntamientos y al servicio de los intereses económicos de las Multinacionales Eléctricas.

Antiguamente no era así. La Compañía gobernaba directamente Canarias. Más tarde lo hizo a través de sus delegados políticos, colocados en los puestos clave de decisión política. En este circo, anécdotas las hubo y muy significativas de personajes de la Canarias profunda, como aquel Consejero que respondía a las preguntas de sus señorías sobre las actuaciones de la Consejería de Industria, leyendo los faxes remitidos por la propia Empresa eléctrica. Hoy, con el cambio climático y la sociedad concienciada, no saben ya qué hacer y han recurrido a las viejas maneras, eso sí, disfrazadas de una falsa democracia y al calor del chaqué y de sus muros interiores..
Pero se han equivocado. Canarias está poblada por ciudadan@s y no por súbditos. Así, para enfrentarnos a las dictaduras, o a la fosilizada energía del faraón, no nos queda más remedio que la revolución hacia el sistema de la democracia directa. El proceso de la burocracia administrativa en los diferentes marcos –Canarias, España, Europa-, el período de Manifestaciones multitudinarias, o las agrupaciones de electores que se preparan, que no se representan sino a sí mismas, y que pretenden suceder a los movimientos ciudadanos, son esfuerzos inútiles.

En los últimos tiempos el Parlamento canario está lleno de precedentes que hacían presagiar este presente simplemente fascista. Entre muchos otros, el acuerdo ilegal adoptado por unanimidad y que propuso una ley hecha ad hoc para proceder a la expropiación de unos inmuebles colindantes con la sede del Parlamento para así poder ampliarlo. Los dineros de la RIC que en lugar de ir a necesidades sociales o ambientales, son destinados por unanimidad al Empresariado para sus negocios, más otra parte para deuda pública e ir a parar de nuevo al Empresariado. La decisión, adoptada también por unanimidad, sobre la proposición no de Ley por la que se apoyaba la construcción del Puerto de Granadilla, arrojando a la basura la opinión de las decenas de miles de personas que han rechazado en manifestaciones esta obra faraónica y las 56.000 firmas de una ILP que ni siquiera llegaron a admitir a trámite …

El sistema, aquí, ha tocado fondo. Ya no da más de sí. Y el Régimen, que lleva 30 años atado, padece ya una diarrea terminal que indica que su final está cerca. Sobre todo si como en la canción de Luis Llach, “estiren tots…”. Mientras, las dinastías pujando entre ellas. Las OPAs, con Gas Natural son más europeas. La Pirámide preparada para recibir al difunto Faraón, entre el odio de una sociedad que, en la oscuridad, ha visto la luz y que ya no le pertenece. Como nada pertenece a los muertos. Pero eso sí, los fieles sirvientes del Faraón deben morir con Él. Cuando cambie la tortilla – y en todas las autonomías gastronómicas, con mejor o pero Estatuto, la tortilla siempre cambia- el enjambre de plumíferos que escribe “su” (de ÉL) opinión en la prensa canaria cada día, debe morir con ÉL. Las mascaritas del carnaval electorero, correveidiles, baboseantes y aduladores, que te miran de forma repetitiva hasta la embriaguez desde la mayoría de las televisiones privadas en horas intempestivas, mezcladas muchas veces con la pornografía para personas adultas, deben morir con ÉL. Los medios de comunicación, devenidos en boletines empresariales y con editoriales faraónicas, deben morir con El. Las clientelas municipales, insulares y autonómicas (versión actualizada del caciquismo del final del siglo XIX y comienzos del XX) surgidas al pairo del permiso urbanístico y el cachanchaneo, del empleo familiar, del saco cemento y la fachada pintada, tienen que desaparecer abducidos por las sombras sin aire del interior de la Pirámide. ¡Oh Señor de las Tinieblas!

Momificados, que perduren para toda la eternidad en el fondo de esa Pirámide de cemento y metal podrido que ellos mismos construyeron, para recuerdo de lo que nunca debió haber sido. Dioses y Tumbas. Sombras de sí mismos. Jinetes espectrales reclamando los invisibles anillos para su Señor. Los más ricos del cementerio. Les estamos esperando. En Vilaflor, San Miguel, Arona, Granadilla, Adeje… En Arinaga, La Isleta, Malpaso, Berrugo ... Les estamos esperando. Y no les tenemos absolutamente ningún miedo. Porque somos el pueblo. Porque nuestro lugar es la vida y la calle. Y nos importa un carajo las leyes de ustedes, los Faraones muertos.

Agapito de Cruz Franco

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