¿Qué le pasa a la derecha española?
Medios alternativos / Revista Fusión.- Mariló Hidalgo. El 14 de marzo de 2004 el pueblo español hizo sonar su voz en las urnas y José Luís Rodríguez Zapatero ganó las elecciones por una amplia mayoría. Su llegada al Gobierno devolvió la esperanza a millones de ciudadanos que gritaron aquello de ¡no nos falles, ZP! Desde entonces el Partido Popular no ha sabido aceptar su derrota ni su papel como primer partido de la oposición. ¿Qué está pasando en las filas del PP? ¿Qué estrategias e ideología defienden? ¿Quién forma parte hoy de la Derecha española?
Han pasado ya dos años desde que el Partido Socialista Obrero Español ganó las elecciones aquel 14 de marzo gracias a los votos del 42,64% de ciudadanos. Acudieron a las urnas casi tres millones más de votantes que en el año 2000, lo que explicó el alto índice de participación ciudadana (77,21%) y el posterior giro político(*).
Esta victoria pilló por sorpresa a un Partido Popular que creía asegurado su triunfo y mantenía vivas las esperanzas de continuar gobernando cuatro años más. Un PP que consiguió un 37,64% de votos, 691.000 menos que en los comicios de 2000 y que desde el primer momento tuvo claro que aquello había sido consecuencia de una manipulación de la ciudadanía -apoyada por algunos medios de comunicación y por supuesto por el PSOE- después de los atentados del 11-M, "violando a sabiendas la ley electoral".
Pero los datos hablaban de otra realidad. Unos meses después, el CIS hacía públicos los siguientes resultados: Los atentados influyeron en el voto de un 28,5% de ciudadanos (mucho al 10,1%, bastante al 11,4%, poco al 7%) y nada a un 71,3% De ese 28,5% a los que sí influyó a la hora de votar, al 21,9% les animó a votar, ya que no pensaban hacerlo, el 13,5% cambió su voto y el 53,8% reafirmó su voto. Para José Manuel Roca, profesor de Sociología en la UCM y uno de los autores del libro 'La Derecha furiosa'(*) "la clave de la victoria del PSOE estuvo en conservar a sus votantes habituales, haber incorporado primeros votantes y de otras formaciones de izquierda -en particular de IU-, en recuperar votantes antiguos que se habían abstenido y en recibir el voto centrista descontento con la deriva derechista del PP. Y frente a la experiencia de ocho años de gobierno popular y sobre todo, de los dichos y hechos de la última legislatura -que mostraron toda la carga de autoritarismo y clericalismo que había dentro del PP-, de nada sirvió el intento de hacer una campaña neutra basada en los resultados como buenos gestores económicos pues para la gente de izquierda, la alarma sonaba desde hacía tiempo".
Después de dos años el Partido Popular ha ejercido una oposición basada en el descrédito hacia la figura de Rodríguez Zapatero -tanto dentro como fuera de nuestras fronteras-, la crispación, el insulto, los gestos airados, las actitudes chulescas, etc. Este tipo de gestos que se han trasladado también al ámbito parlamentario, empiezan a preocupar al conjunto de la ciudadanía que observa con perplejidad cómo la convivencia democrática se deteriora por momentos. La pregunta está ahí, ¿qué le pasa a la derecha española? Enrique del Olmo, sociólogo y también coautor de 'La Derecha furiosa' argumenta dos razones. "La sustancial es porque perdió el poder de una forma que no esperaba, con el rechazo masivo y significativo de la población. En segundo lugar, creo que está tan furiosa porque pensaban que España era su cortijo y que iban a seguir mandando como lo había hecho históricamente la derecha española. Si nos fijamos, todos sus tics son identificables con la derecha tradicional y sus valores culturales. El que de pronto se encuentren en medio de un proceso de reforma social, con nuevas ideas, con un gobierno que intenta avanzar hacia otro modelo de sociedad... es lo que no pueden soportar". José Manuel Roca añade otro argumento, "la furia es un estado natural de la derecha en este país. Es una derecha muy autoritaria, reaccionaria. Cualquier tipo de reforma le parece mal porque se aparta de ese ideal de país unido, católico y regido por un gobierno despótico. Detrás de esto hay una concepción muy patrimonial de lo que es el país y el Estado. El comportamiento de la derecha es el comportamiento del amo que gobierna su finca y hace lo que quiere" [...]
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