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Lazos Rotos

Un informe del ITER justificaría la caída de las torres de Unelco-Endesa.

Foros ciudadanos / Foro Ciudadano Contra la Incineración de Residuos.- Un informe del ITER, cuyos resultados preliminares están siendo presentados por ahí a bombo y platillo y utilizados por Unelco-Endesa en su legítimo derecho de defensa, mantiene que en el Valle de Güímar se registraron vientos MEDIOS de 160 km/h durante 2 horas -aunque en un segundo avance ya han bajado de 2 horas a 10 minutos- al paso de la tormenta tropical 'Delta', el pasado 28 de noviembre.

A ver quién es el gallo que discute semejante "conclusión científica" de tan prestigioso instituto que tiene una web sobre meteorología, anunciada por el Cabildo como una herramienta muy valiosa en la predicción meteorológica, y que fue la única en el hemisferio norte que no se enteró de que se aproximaba la tormenta. O al menos, si lo sabían, lo mantuvieron en secreto, seguramente para no alarmarnos.

Ahora bien, la segunda fase de semejante estudio debería explicar cómo fue posible que con semejantes vientos sostenidos durante dos horas -o diez minutos, como han dicho poco después-, lo que contradice todos y cada uno de los registros existentes no sólo en Tenerife sino en el resto de las islas afectadas, no hubiésemos tenido que lamentar desgracias personales de ningún tipo, cómo quedó algún tejado en pié en ese Valle o cómo todas y cada una de las naves industriales del polígono industrial no fueron a parar al mar directamente. O cómo quedó un solo pino en pie en todos esos montes (no hay pino canario que resista vientos de esas características).

Hablar de vientos MEDIOS durante DOS HORAS -o diez minutos- de 160 km/h son palabras bastante mayores y supone reconocer rachas máximas por encima de los 200 km/h, sin duda, algo que no se ha visto nunca por aquí por debajo de los 2000 metros y que el Altísimo quiera que no veamos jamás. No hay aparato alguno que haya registrado nada parecido en las Islas Canarias al paso de la tormenta, aunque Unelco también se agarra al dato de los vientos que se registraron en El Teide, donde es bastante habitual que se superen los 200 km/h por tratarse de vientos en altura. O por lo menos existen muchas situaciones de ese tipo registradas.

El ITER, nadie sabe por qué, se ha lanzado a presentar un estudio absolutamente teórico (aunque mucho antes que los propios autores ya lo avanzaban hace algunos meses los directivos de Unelco en una especie de orgasmo múltiple al que tuvimos la oportunidad de asistir), que puede dar resultados muy distintos según las variables que se utilicen. En el Valle de Güímar sí había anemómetros funcionando, como el de la estación agronómica que tiene el Gobierno de Canarias en el Valle de Güímar que da unos datos en torno a los 100 km/h. Y en otros partes de la Isla, como en la Punta del Hidalgo, donde no hay efectos de ondas de ningún tipo -siguiendo la teoría del ITER- que sufrieron unos daños bastante similares a los que pudimos ver en el Valle de Güímar.

Como en las investigaciones policiales, en las que siempre que aparecen colillas alguien podría llegar a la conclusión de que alguien estuvo fumando, en el caso del estudio del ITER alguien podría concluir que este estudio pretende cubrirle las espaldas a alguien. Ese alguien podría ser Unelco, por ejemplo, al que se le han caído decenas de torres de alta tensión junto a invernaderos que han quedado intactos. Pero no sólo eso, Vallerhermoso, la empresa que construyó la primera Torre de Santa Cruz, a la que se le cayeron las planchas que recubren las fachadas, también se ha agarrado a este estudio como a un clavo ardiendo ante el vergonzoso litigio que mantiene con los vecinos de ese edificio, a los que quiere hacerles pagar la reparación.

Por eso a muchos nos jode bastante que una empresa pública, con dinero público, se dedique a lanzar estudios absolutamente teóricos y que no son contrastables con nada, que son inmediatamente utilizados por empresas privadas -que los presentan incluso antes que el propio ITER- para defender sus intereses privados frente, precisamente, a los intereses de los ciudadanos que, al fin y a la postre, somos los que pagamos a las cabezas pensantes del ITER para que lleven a cabo esos estudios.

A nosotros no nos gusta recordar que:

Primero: El ITER (Instituto Tecnológico de Energías Renovables) es un invento de Ricardo Melchior para dividir los esfuerzos de Canarias en el desarrollo de las energías alternativas separándose Tenerife del ITC (Instituto Tecnológico de Canarias), algo como lo quiere hacer el belillo del alcalde de Granadillas creando su propio cuerpo de bomberos.

Segundo: Esta política ha conseguido que Tenerife, lugar de Europa con más posibilidades para la implantación de estas energías, se sitúe justamente en la cola de la Unión Europea en la implantación de estas tecnologías, con datos reales en la mano.

Tercero: Que la energía en esta isla la controla Unelco, que está metido en el ITER directa e indirectamente porque no sólo tienen inversiones allí, en molinos, sino que el propio director del ITER fue compañero de trabajo de Ricardo Melchior en Unelco.

Y con esos antecedentes, la verdad, uno no entiende cómo, con nuestros impuestos, el ITER se lanza a hacer público un estudio que, primero que nadie, lo ha utilizado Unelco para dar charlas por ahí justificando que se le cayeran decenas de torres de alta tensión. Mucho antes de que se hicieran públicos estos datos, hace unas cuantas semanas, ya Unelco -a principios de febrero- estaba hablando del jodido estudio. Como en las películas de Cantinflas.

Nuestro máximo respeto para los científicos que han desarrollado este estudio preliminar, de mucho interés como teoría científica, pero nuestro desprecio más absoluto para la utilización que algunos listos están haciendo de la investigación -totalmente teórica y esperamos que bien intencionada- en defensa de intereses privados y en contra de los intereses generales de los ciudadanos.

La "meteorología forense" puede tener su interés, desde el punto de vista teórico, para muchas cuestiones de carácter científico. Está bien que este estudio se haga, se analice bien, se contraste y se debata en profundidad antes de ser publicadas sus conclusiones en la prensa (un estudio de estos generalmente debería durar años por lo delicado del asunto). Unelco-Endesa estaría dispuesta a pagar una fortuna porque alguien demuestre que en esta isla hubo un huracán el pasado 28 de noviembre. La teoría de ellos es que si demuestran que hubo un huracán ya no importaría nada que sus torres estuviesen podridas literalmente, cuestión absurda, porque con el Decreto de 1996 en la mano poco importa ni la velocidad del viento, ni las fotos de las torres, ni nada de nada... eran sus propios estudios los que decían que aquellas torres ponían en riesgo la vida de las personas, asunto que está contemplado como delictivo en nuestro Código Penal.

Por las referencias que nosotros tenemos parece poco probable que los autores del estudio del ITER se hayan llevado un duro de Unelco por un estudio que encaja perfectamente en los argumentos que la compañía necesita -o cree que necesita- para defenderse en los tribunales. Por eso, francamente, no sólo tenemos que lamentar que hayan puesto en manos de Unelco, con nuestros impuestos, un argumento -que la Compañía presentó incluso antes que el Iter- para defenderse frente a lo que los ciudadanos demandamos, sino que, encima, les hayan hecho ese tremendo favor a cambio de nada o del simple agradecimiento, supuestamente.

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