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Icod de los Vinos. Democracia versus patidocracia.

Icod de los Vinos. Democracia versus patidocracia. Desde el advenimiento de la democracia en España las elecciones se han convertido en el instrumento que posibilita la representación de los ciudadanos, eligiendo con sus votos a sus "representantes" en las diferentes instituciones del Estado. En el caso que nos atañe, en las elecciones locales, a los diferentes representantes de la corporaciones municipales. Esto ocurre cada cuatro años, sin embargo, en la Constitución no se articula ningún mecanismo de control y/o censura -posibilidad de revocación- de los ciudadanos sobre estos mismos políticos que ha elegido y no han cumplido con sus promesas, o han delinquido aprovechandose de sus cargos.

Cuando un partido se apoltrona en el poder con la tranquilidad de saber que sus "leyes", que sus cambios, que su política, en definitiva, no va a tener ningún problema para salir adelante, entonces las sombras de la “dictadura” con ropajes de democracia sobrevuelan las nobles intenciones de los ciudadanos que, gracias a la "libre" opción del voto, se ven inmersos en una trampa de la que no hay ninguna forma de salir.

En estos casos la democracia es tan sólo una disculpa para ejercer, desde la mayoría absoluta, la más degradante tiranía, el desprecio absoluto a las reglas del juego y el proteger los intereses personales por encima de los municipales. En Icod de los Vinos el Partido Socialista ha olvidado que el término democracia no significa el gobierno de la mayoría, sino el gobierno en el que se respeta la minoría.

La clase política, salvo honrosas excepciones, ha convertido la democracia en un entramado de intereses, en una ridícula farsa de lo que debe ser un sistema político y social basado fundamentalmente en el pueblo, en el ciudadano. Es por esta razón que para que un sistema funcione democráticamente no basta con tener una Constitución impresa sobre el papel, sino que es necesario que se ponga en práctica, y no como hasta ahora que la realidad se ha alejado tanto de una teoría que parecía tan prometedora.

Es absolutamente necesario modificar las leyes, la Constitución si es preciso, para poner freno a la ambición sin límites de los poderosos, al egoísmo y a la enfermiza obsesión por el poder que mueve a estos individuos, para hacerles entender que -aunque lo crean- nadie está por encima de las leyes. Para que entiendan que en democracia la sociedad se construye entre todos, sin sectarismos, ni amiguismos, sin sentir miedo a las represalias del partido de turno.

O en caso contrario, la palabra democracia se convertirá en un simple vocablo vacío de contenido. Democracia, los ciudadanos están empezando a no creer en ella.

Artículo de opinión de la redacción de Lazos Rotos.

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