Lo que la Iglesia católica oculta.
En estos últimos días la Iglesia se ha pronunciado, en todos los foros a los que tiene acceso, condenando con gran cinismo e hipocresía la homosexualidad así como la opción, por parte de las parejas homosexuales, de legalizar su unión y equipararla con la de las parejas heterosexuales.
La iglesia pervive aún en las oscuras catacumbas de la intransigencia, con actitudes fariseas y muy alejadas de lo que debería ser un comportamiento realmente cristiano. La iglesia llama a la desobediencia civil, planteando la objeción de conciencia, ante las bodas que se celebrarán en los ayuntamientos españoles. Obviando con alevosía y premeditación que el Congreso debatió y aprobó el 21 de abril pasado el proyecto de Ley para regular el matrimonio entre parejas homosexuales, con el apoyo mayoritario de los diputados, al contar únicamente con el rechazo de PP y de Unió Democrática de Catalunya (UDC, parte de CiU).
La Iglesia lleva siglos luchando contra todo lo que suene a sexo, tratando de vender o de imponer una moral estricta que va contra las leyes naturales de la creación y que, además, está haciendo un daño irreparable en la lucha contra enfermedades como el Sida, que se encuentra con el obstáculo de la prohibición por parte de la Iglesia del preservativo, con todas sus consecuencias.
La hipocresía de la Iglesia católica es tal que sin embargo oculta los numerosos escándalos de abuso de menores pedofilía- , que se han dado y seguirán dándose en sus filas, manteniendo estás abominables y execrables prácticas en el más estricto de los secretos al mismo tiempo que se intenta acallar a todos los que quieran denunciar a base de extender cheques, o sea, comprando las conciencias y las "almas" de los feligreses.
Condenamos las desviaciones de los sacedortes, obispos y cardenales -los casos de pederastia protagonizados en la década de los sesenta y setenta por sacerdotes católicos de Estados Unidos-, y denunciamos la falsedad, la mentira, el oscurantismo, la doble moral, de esta institución que se atreve a juzgar a los demás.
Desde Prensa Alternativa vaticinamos que ese mismo sexo, al que temen y condenan será quien comience a corroer y demoler la estructura de una Iglesia alejada de la sociedad, de los necesitados, de los que pasan hambre, de los niños que mueren a diario, de los desheredados -han condenado la Teología de la Liberación-, alejada de la inmensa mayoría de los que sufren.
Una Iglesia cercana a los poderosos, que ha bendecido innumerables dictaduras, que se ha codeado con genocidas -Pinochet-, una Iglesia alejada de los jovenes, por mucho que quieran ocultarlo -¿dónde están los jovenes en las iglesias?
Está muy cercano el tiempo en el que la Iglesia se derrumbará y nada quedará de ella. Sería conveniente que los "creyentes" se volvieran más críticos, más realistas, y de paso que analizaran su particular creencia, porque si conscientemente están manteniendo en pie una mentira semejante, son también responsables de sus consecuencias para los que no tienen otra opción, que son muchos en el tercer mundo.
Artículo de opinión de la redacción de Lazos Rotos.
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